París, 1 oct (EFECOM).- La legislación para fomentar las horas extraordinarias, una promesa electoral estrella del presidente francés, Nicolas Sarkozy, entró hoy en vigor entre las críticas de la oposición de izquierdas y los sindicatos, el tibio apoyo de pequeñas empresas y el escepticismo de los economistas.
La medida amenaza con ser gravosa para las arcas públicas, ya deficitarias, ya que en "régimen de crucero" costaría al Estado unos 6.500 millones de euros anuales.
"Es la primera vez desde hace mucho tiempo que el Estado francés invierte en el trabajo", dijo la ministra de Economía y Finanzas, Christine Lagarde, con motivo de la entrada en vigor de este dispositivo que encarna el eslogan de Sarkozy "trabajar más para ganar más".
Pero los economistas dudan de la eficacia del dispositivo para impulsar el anémico crecimiento económico de Francia.
Los jefes de pequeñas y medianas empresas (pymes), hacia las que se dirige principalmente la reforma, celebran la flexibilización del tiempo de trabajo pero ven el dispositivo más como un apoyo al poder adquisitivo que un instrumento para mejorar su competitividad.
Parte del "paquete fiscal" adoptado el pasado verano, la reforma exonera de impuestos y de cotizaciones sociales las horas extraordinarias para los trabajadores y prevé que sean pagadas un 25 por ciento más que las normales, incluso en las empresas de menos de 20 asalariados que hasta ahora se beneficiaban de una derogación.
Para incitar a las empresas a recurrir a las horas extraordinarias, se reducirán las cotizaciones sociales correspondientes, pero no lo bastante para alentarlos realmente, en palabras de un pequeño empresario.
El dispositivo, que será ampliado a los funcionarios, en virtud de un próximo decreto, asesta un nuevo golpe a la reducción del tiempo laboral a 35 horas semanales, que fue una reforma estrella del anterior gobierno de izquierdas (1997-2002).
El líder del Partido Socialista, François Hollande, dijo hoy que el dispositivo ideado por la derecha es "costoso, poco productivo" e incluso puede tener "efectos perversos".
"Si se hace trabajar más a los que ya tienen empleo y esto se produce en detrimento de las contrataciones, la economía francesa no se beneficiará", sentenció, al advertir, además, de que la medida va a generar "mucho papeleo".
Los comunistas, por su parte, afirmaron que la desfiscalización de las horas extraordinarias "no tendrá otros efectos que el de agravar las injusticias sociales.
Los sindicatos también son críticos y, en el mejor de los casos, escépticos sobre la eficacia del dispositivo, tanto para los trabajadores como para la meta de relanzar el crecimiento a través de un aumento del poder adquisitivo y, por tanto, del consumo.
"No creo que sea muy eficaz", dijo el líder de Fuerza Obrera, Jean-Claude Mailly, para quien la medida concernirá esencialmente a quienes ya trabajan 39 horas semanales y tendrán así cuatro horas desfiscalizadas.
En cambio, será "muy duro" para los trabajadores a tiempo parcial que realmente quieren trabajar más, vaticinó el dirigente sindical, para quien el relanzamiento del poder adquisitivo pasa por otras medidas, como "un aumento del 20 por ciento" del salario mínimo. EFECOM
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