París, 27 sep (EFECOM).- El Reino Unido, que gracias a su apertura a la globalización ha conseguido ser uno de los países desarrollados que mejor parado sale, debería priorizar la educación y la formación de los grupos más desfavorecidos para combatir las desigualdades sociales, que siguen siendo "importantes" según la OCDE.
En un informe dedicado al Reino Unido divulgado hoy, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) considera que el Gobierno debería reformar la afectación de fondos en la educación para favorecer los centros escolares que concentran la población con menos recursos.
"El primer objetivo debería seguir siendo poner el acento en que los alumnos adquieran competencias de base en cálculo y en lectura", y eso sin que las metas en términos de cantidad haga que se resienta la calidad de la educación, señala.
Los autores del informe, que constatan que los salarios más elevados en el Reino Unido han subido "mucho más rápidamente que los otros", consideran que las autoridades deberían mejorar las perspectivas de los trabajadores jóvenes poco cualificados facilitando el alza de su tasa de actividad e incitando a que aumenten su formación.
Para conseguirlo, abogan por reducir la fiscalidad de las madres o padres de familias monoparentales que trabajen e incrementar las ayudas de guardería para incitar a las madres a buscar un empleo.
También apuestan por hacer obligatorio el dispositivo de "pasarelas para el empleo" a los beneficiarios de prestaciones sociales.
La OCDE preveía, antes de que se produjeran las turbulencias financieras de este verano, que la economía británica crecería este año un 2,75% y un 2,5% el próximo, con una inflación en torno al objetivo del 2%. Ahora estima que hay "un riesgo de ralentización futuro (...) que podría necesitar bajas de los tipos de interés".
En términos generales, la organización destaca que este país se ha mostrado más proclive que sus grandes vecinos europeos a adaptarse a la globalización, y eso ha favorecido su economía.
A modo de ejemplo, señala que el Producto Interior Bruto (PIB) por habitante en el Reino Unido es el tercero más elevado del G7, por detrás sólo de Estados Unidos y Canadá cuando hace diez años era el que cerraba este grupo de los grandes países ricos.
Además, el hecho de haber reducido el peso del sector manufacturero en favor de los servicios le expone menos a la competencia frontal de los mercados emergentes, y las deslocalizaciones han permitido a las empresas británicas especializarse en las actividades donde tienen una ventaja comparativa, según esa misma línea argumental.
La OCDE, que hace notar el incremento del gasto público en los últimos años justificado para mejorar servicios públicos como la sanidad o la educación, advierte de que el déficit del Estado, aunque ha bajado del 3,4% del PIB en 2003 al 2,7% en marzo pasado, sigue siendo "sustancial" y "hay que reducirlo más".
También da una serie de recomendaciones para estimular la progresión de la productividad, como simplificar las reglas de urbanismo para favorecer la implantación de comercios y liberar más terrenos para programas inmobiliarios.
La organización afirma que continúan siendo insuficientes las partidas para infraestructuras de transportes, cuya calidad "tiene importancia para garantizar la eficiencia de los movimientos de mercancías y apoyar la eficacia y la flexibilidad de los mercados de trabajo".
A ese respecto, propone que se estudie la posibilidad de un dispositivo de peajes en todo el territorio que tenga en cuenta la congestión viaria y el impacto medioambiental. EFECOM
ac/jlm