"España necesita un Plan País para crear empleo". Esta contundente afirmación de José María Fidalgo resume el sentir de los expertos que ayer integraron la Mesa del Empleo de elEconomista. Un foro de debate, organizado en colaboración con Accenture y la participación de Aedipe, que ayer reunió a un centenar de destacados representantes del mundo económico y empresarial en torno a las reflexiones y propuestas de Fernando Moreno, Federico Durán, Luis Garicano, Jaime Montalvo y el citado José María Fidalgo.
Un Plan País que debe ir mucho mas allá de la reforma del mercado laboral y la negociación colectiva para impulsar medidas de fomento a la productividad y la competitividad, que son los grandes déficit de este país, además de abrir el grifo de la financiación.
José María Fidalgo fue rotundo a este respecto: la reforma del mercado laboral aprobada por el Gobierno "ha dejado la casa peor que estaba", afirmación que argumentó con su crítica a las modalidades de contratación, sobre las que señaló que "para lo que se ha hecho era mejor haber ido al contrato único, pero algunas patronales no lo querían".
Especialmente crítico fue el ex secretario general de Comisiones Obreras con el llamado Acuerdo Social y Económico firmado la semana pasada por el Gobierno y los agentes sociales. "La reforma de las pensiones no sirve para crear empleo y el resto del acuerdo es harina", dijo, para añadir que "el empleo depende de tener un Plan País y eso no se ha discutido. Lo único que se está discutiendo son salidas de emergencia".
Para José María Fidalgo, lo que necesita este país ahora "es crecer en productividad, en competitividad y en producto". "Competitividad tiene que ver con los costes de producción", pero también con el producto y el tamaño de las empresas" que, en España, es tres veces inferior al de las alemanas, apuntó. "Hay que tener producto y nosotros no tenemos y el tamaño no se impone por decreto", lo que se refleja en la balanza comercial.
Respecto a la financiación, Fidalgo se mostró también muy escéptico con la reforma del sistema financiero. "Algunas cajas se caen y era mejor haber hecho un banco malo hace dos años", aseguró. Además, para reactivar la economía propuso dar financiación y eximir de impuestos a las pymes de menos de 200 trabajadores.
Una legislación inadecuada
Previamente a la exposición de los ponentes, Francisco Puertas, socio director de Talento y Organización de Accenture, se refirió a la "rigidez" de la legislación laboral española que reduce, sensiblemente, la capacidad de gestión de las pequeñas y medianas empresas, que son las que generan la mayor parte del empleo en España. Para Francisco Puertas, la legislación laboral "no ha creado empleo nunca ni lo creará per se". "Hoy la legislación laboral está actuando como un freno que impide adaptarse a la restricción económica por otras vías que no sean la destrucción de empleo".
La legislación laboral fue también fuertemente censurada por Federico Durán, quien pidió "eliminar la normativa laboral para las pymes" que, en su opinión, deberían regirse en su funcionamiento por "el derecho civil puro y duro".
El ex presidente del Consejo Económico y Social (CES) se sumó a las críticas generalizadas contra una reforma laboral en la que todos coincidieron que se ha demostrado que, como no podía ser de otra manera, "no sirve" para la creación de empleo estable, y se mostró también partidario de "eliminar el control judicial en la extinción de los contratos". Una cuestión que la patronal ni siquiera planteó en el último debate como sí que lo había hecho en otras ocasiones.
Analizó también Durán la actual negociación colectiva que "hay que cambiar de arriba a abajo", aunque se lamentó porque "los sindicatos y la CEOE no tienen voluntad de cambiarla".
En su opinión, la reforma de la negociación colectiva debe tener un artículo único que diga "la negociación colectiva es libre".
Más contundente fue con otro de los instrumentos que, en su opinión, fomenta la excesiva rigidez de nuestro mercado laboral, el Estatuto de los Trabajadores que, dijo, "habría que tirarlo a la basura". Frase que acompañó asegurando que en este país "hemos pasado a tener libertad sindical, pero manteniendo el intervencionismo franquista".
Empleos basura
Al franquismo aludió también Luis Garicano afirmando que "estamos en un marco de relaciones laborales franquistas y no hemos hecho esa transición".
Garicano, que es profesor de Economía y Estrategia de London School of Economics, abordó el problema de la dualidad del mercado laboral español que "crea empleos basura e impide la formación en el puesto de trabajo".
Se refirió al reciente dato sobre el crecimiento de los salarios en España durante el mes de enero, un 3 por ciento de media, para señalar que "esta inercia en los incrementos salariales está mandando a personas a la calle".
Destacó, en este punto, la necesidad de impulsar la productividad y la competitividad de las empresas, especialmente en las pymes, porque "las empresas grandes no han sufrido pérdidas de competitividad ni han disminuido sus exportaciones, pero las pequeñas empresas no crecen".
Finalmente, en materia de negociación colectiva se mostró favorable a acabar con la ultraactividad de los convenios y a ampliar y flexibilizar las cláusulas de descuelgue para las empresas.
Productividad en los salarios
Sobre esta idea también hizo mucho hincapié Fernando Moreno, que actualmente es consejero de Cuatrecasas y director del Instituto Internacional de este mismo bufete. Moreno destacó que la estructura salarial española no ayuda, ya que el 80 por ciento del salario corresponde al sueldo fijo y sólo el 20 por ciento es el que va dependiendo de otras condiciones.
El que fuera director del Gabinete de Relaciones Laborales de CEOE en la época de José María Cuevas aseveró que junto a la ley "hay que cambiar el comportamiento de los negociadores", poniendo de ejemplo la reforma acometida en 1994, una reforma que, a su juicio, podía haber flexibilizado la negociación colectiva, pero que los agentes sociales hicieron porque no funcionara.
Después de dar un gran repaso por las incongruencias de la reforma laboral, de la que sólo salvó la libertad que se le ha dado a las agencias de colocación y el modelo alemán de reducción de jornada, criticó severamente "la incertidumbre normativa" que genera llevar más de dos años enteros de reformas, aunque sean mínimas reformas. Además denunció que todas estas reestructuraciones no comparten un hilo conductor común.
Jaime Montalvo, ex presidente del CES y presidente del Consejo Consultivo de Sagardoy, abrió y cerró el debate destacando el problema de la competitividad española. Y recordó lo preocupante que era contemplar cómo nuestra economía creaba empleo a un ritmo superior del crecimiento de su PIB, "por lo que estaba cayendo nuestra competitividad".
Pero, sobre todo, resaltó que el debate de las reformas se ha centrado en mínimos detalles como, en el caso de la modificación del sistema de pensiones, en relación al retraso de la edad de jubilación a los 67 años. Ahora el debate curiosamente gira en torno a "la productividad". "Para ponerla en marcha, lo primero es saber lo que es", recordó. En el debate, se puso de relieve que los bajos salarios son sólo un síntoma de baja productividad y escasa competitividad. Montalvo aconsejó que es necesario "descentralizar la estructura de la negociación colectiva, sobre todo, en algunos aspectos". Asimismo explicó que los resultados deben determinar muchísimo las subidas salariales. "Se tendría que recuperar la especialidad de los convenios. Los sectoriales y provinciales servirían para aquellos que no tuvieran ningún convenio específico", dijo.
Pero aquí se abría otro debate, cómo ser capaces los trabajadores de las microempresas de imponer sus condiciones laborales ante su empresario. La pregunta la aclaró Montalvo: "Los sindicatos han abandonado su captación de trabajadores y se dedican a hacer gestiones con las empresas de gran tamaño".