Quito, 12 sep (EFECOM).- La caída este año de la producción del sector petrolero ecuatoriano frena el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) del país, impulsado sobre todo por el aumento del consumo de los hogares y la inversión, en especial del sector público, según el Banco Central del Ecuador (BCE).
En una reunión con periodistas de medios extranjeros, el gerente general del BCE, Jorge Dávalos, recalcó que el crecimiento del PIB previsto por la entidad para 2007, una vez hechas las últimas correcciones, es del 3,4 por ciento, mientras para 2008 se calcula que puede alcanzar el 4,2 por ciento.
La mejora del próximo año, según Dávalos, se produciría debido, sobre todo, al aumento de la producción y la exportación de petróleo, que este año se calcula que globalmente caerán cerca del 6 por ciento respecto a 2006, sobre todo las de la empresa estatal Petroecuador, cuya caída se calcula en un 11 por ciento.
Para este año, la producción petrolera total del país, entre la pública y la de empresas privadas, se calcula que puede ser de 184 millones de barriles (una media de cerca de 506.000 diarios), mientras en 2008 la producción superaría los 190 millones de barriles (521.000 al día).
Dávalos admitió que, otro factor que ha podido incidir en que el crecimiento del PIB se mantenga bajo respecto a otros países de América Latina es la situación política, a las puertas de una Asamblea Constituyente que debe transformar el marco institucional del país.
Sin embargo, señaló su esperanza de que, pasadas las elecciones para la Constituyente del próximo 30 de septiembre, "los agentes económicos vuelvan a actuar como siempre" y señaló como un indicador de esta tendencia la sustancial mejora del Índice de Confianza Empresarial del sector productivo en los dos últimos meses.
En la parte positiva, favorecen el crecimiento del PIB el aumento del consumo, favorecido entre otras cosas por las remesas de los emigrantes (que en 2006 llegaron a 2.915 millones de dólares y este año se espera que crezcan un 3 por ciento) y el aumento del Bono de Desarrollo humano entregado por el Gobierno a los más pobres.
También la inversión del Estado, que en el primer semestre superó los 1.500 millones de dólares y que se espera acabe el año en 3.000 millones, ha sido un factor "dinamizador" del crecimiento de la economía, mientras la inversión privada crece con menos fuerza, "alrededor de un 2 por ciento para este año".
María Belén Freire, directora de Estudios del BCE, destacó la contención de la inflación, que la entidad espera que acabe 2007 entre 2,45 por ciento y 2,97 por ciento.
Entre los productos que más han contribuido a la inflación de los últimos meses se encuentran los agrarios y agroindustriales y, de ellos, el BCE destaca el trigo la leche y el arroz, cuyos precios han subido considerablemente en los mercados internacionales.
Sobre el empleo, la tasas de ocupación se mantienen alrededor de los niveles de los dos últimos años, con un desempleo en agosto del 9,8 por ciento y un subempleo del 39,4 por ciento.
La balanza de pagos del país ha registrado en el primer semestre de 2007 un déficit, tanto en la comercial como en la de cuenta corriente, debido a la disminución de las exportaciones petroleras.
En el campo de la deuda externa, la del sector privado ha aumentado en 2007 y se situaba a finales de agosto en 5.034 millones de dólares, mientras la del sector público se mantenía prácticamente estable, pese al aumento de las amortizaciones realizadas, en 10.346 millones de dólares.
Freire explicó que, tras la adopción del dólar como divisa única en el país desde el año 2000, los empresarios se han encontrado con un panorama más "estable", que ha favorecido la inversión productiva.
Por su parte, Dávalos descartó que el país vaya a abandonar, por decisión de la próxima Asamblea Constituyente, la dolarización, "pues nadie en sus cabales lo pensaría", dijo, y recordó que el propio presidente, Rafael Correa, ha sido "categórico" al señalar que se mantendrá.
Finalmente, Dávalos defendió la importancia de que el Banco Central del Ecuador mantenga su autonomía e independencia técnica, que el Gobierno ha señalado que pretende eliminar en la nueva Carta Magna, ya que, al no tener el país una moneda propia, no las considera necesarias. EFECOM
cho/prb
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