Economía

Los 10 países más problemáticos de la UE

Diez son los países de la UE al borde del precipicio de la crisis actual de la deuda pública, según una batería de informes presentada este miércoles por la Comisión Europea. A los sospechosos habituales -Grecia, Irlanda, Portugal, España e Italia-, se suman Chipre, Malta y nada más y nada menos que, Francia y Reino Unido.

Alemania es la única gran economía europea que se salva de la quema. Bélgica sería el décimo país: está al limite de caer en el mismo saco, pero lo cierto es que los mercados empiezan a considerar que está dentro por las tensiones separatistas que amenazan al país e impiden desde junio la formación de un Gobierno estable con competencias para meter en vereda su espiral de deuda pública.

Los diez países en cuestión comparten la complicada coyuntura de que apenas les queda margen fiscal ni macroeconómico, dados sus elevados niveles de deuda pública y de déficit por cuenta corriente. Así que no les queda más remedio que ajustar sus presupuestos públicos y reformar sus economías para capear el temporal.

Entre los documentos publicados ayer por Bruselas también figura una comparación de la evolución de la competitividad y los precios de las economías de diez países de la UE entre los años 1998 y 2010. España es el líder destacado de la pérdida de competitividad, mientras que Alemania encabeza de largo a los que han ganado competitividad.

La presentación corrió a cargo del conservador luso José Manuel Durao Barroso, presidente de la Comisión Europea; el liberal Olli Rehn, comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios; y el socialista húngaro László Andor, comisario de Empleo, Asuntos Sociales e Inclusión. Los representantes comunitarios instaron al Gobierno español a reformar las pensiones y retrasar la edad de jubilación.

Esperando nuevas medidas

También defendieron que la UE pacte en la cumbre del 4 de febrero aumentar los recursos y flexibilice el uso del fondo de rescate de países al borde de la quiebra.

El fondo dispone de 750.000 millones de euros, cantidad que los mercados juzgan insuficiente si hubiera que socorrer a España o a Italia. Su flexibilización permitiría que también actuara de forma preventiva comprando deuda pública o dando créditos para apuntalar la liquidez de países en apuros, sin esperar a que estén al filo de la bancarrota.

El acto de ayer supone el pistoletazo de salida del nuevo mecanismo de control presupuestario europeo. A partir de este año, los Gobiernos de la UE deben presentar cada primavera las grandes líneas de sus presupuestos para el año siguiente. Si alguno olvida el compromiso de reducir déficit y deuda, el resto le presionará para que se enmiende antes de adoptar el presupuesto definitivo.

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