
La canciller de Alemania, Angela Merkel, desembarcará el 3 de febrero en Madrid escoltada por una división acorazada de empresarios y sindicatos germanos, para celebrar una cumbre bilateral con José Luis Rodríguez Zapatero, los empresarios y los sindicatos españoles. La delegación germana podrá evaluar sobre el terreno los efectos devastadores de la crisis en la economía española. Y examinar si son eficaces los ajustes presupuestarios y las reformas económicas emprendidas por el Gobierno y exigidas por los países con los que comparte el euro.
Ha pasado un lustro desde que el proteccionista Gobierno Zapatero zancadilleara la llegada a España del gigante energético alemán E.ON, que se disponía a absorber Endesa. Pero se tuvo que conformar con los despojos de la operación, pese a que Zapatero prometió a Merkel un final feliz. La coyuntura ha dado un vuelco y la crisis y la sequía de capital que acorrala a una España a precio de saldo hace ahora que los inversores alemanes sean bienvenidos como Mister Marshall. La vida da muchas vueltas.
La reunión fue anunciada ayer por el presidente español y la canciller germana, tras la cumbre que el jueves y el viernes mantuvieron en Bruselas los jefes de Estado o de Gobierno de los 27 países de la UE. Zapatero destacó el alto significado de esta cita en la que participarán empresarios y representantes de los trabajadores.
Merkel, por su parte, afirmó que la cita con Zapatero el 3 de febrero en Madrid era una prueba de la voluntad de cooperar "en todos los niveles". Y que la participación de empresas y sindicatos demuestra que el objetivo es que sea un encuentro "lo más amplio posible". También quiso "dejar claro que en este momento una cooperación tal tiene una importancia especial". La cita hispano-alemana se celebrará en la víspera de la próxima cumbre europea en Bruselas, que debería centrarse en la política energética de la UE. Pero que, sin duda, no podrá evitar volver a abordar la crisis económica y los problemas de los países más débiles de la zona euro.
Impresionada
La canciller conservadora dijo ayer estar "impresionada" por los ajustes recién adoptados por el Gobierno español. Calcó así una declaración que realizaron hace quince días el liberal finlandés Olli Rehn, comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, y el conservador Jean-Claude Juncker, primer ministro de Luxemburgo y presidente del Eurogrupo: las reuniones de los ministros de Economía y Finanzas de los países que comparten el euro como moneda común. Merkel también alabó las reformas anunciadas por Portugal, país cuya solvencia -junto a la de España e Italia- concentra las dudas actuales de los mercados una vez que Grecia e Irlanda han sido rescatadas por la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Zapatero y el luso José Sócrates tuvieron que dar cuenta de sus reformas al resto de sus homólogos europeos. Según fuentes comunitarias, lo que más impresionó a los asistentes a la cumbre fue la determinación del español de mantener su plan de retrasar la jubilación a los 67 años.
La cumbre de los líderes europeos concluyó ayer con una declaración en la que prometen "hacer cuanto sea neceario para garantizar la estabilidad del conjunto de la zona euro". La declaración tiene dos lecturas: se ejecutarán todas las reformas y todos los tijeretazos precisos por dolorosos que sean; pero también se garantiza que el fondo de rescate disponga de los recursos adecuados.
El fondo de la UE y del FMI para rescatar a países de la quiebra tiene 750.000 millones de euros, que los mercados juzgan insuficiente para socorrer a España o a Italia. La cumbre pactó el jueves hacerlo permanente, y evitar que expire en junio de 2013 como estaba previsto. Pero ante la negativa de países como Alemania y Holanda, no cuantificó el dinero adicional con el que podría dotarlo. Las negociaciones siguen hasta marzo.
Zapatero apela al BCE
Merkel volvió a rechazar la emisión de eurobonos que, según Zapatero, no está en la agenda. El español apeló al papel del Banco Central Europeo (BCE) para ayudar a capear la crisis, y se felicitó de que la ampliación de capital refuerce a esta entidad. Merkel no dio un no rotundo a permitir que el fondo de rescate compre deuda de países en apuros o les dé préstamos a corto plazo. Todo sigue abierto y condicionado a la evolución de los mercados, según fuentes comunitarias.