
elEconomista charlaba esta semana desde la New York Stock Exchange con Michael Izza, consejero delegado del Institute of Chartered Accountants for England and Wales, un asiduo experto en materia macroeconómica y empresarial. Izza suele ser asiduo invitado de la CNBC en Europa y de la cadena Bloomberg. Durante su conversación con elEconomista.es habló de los retos que enfrenta el Viejo Continente, las lecciones dejadas por la crisis financiera y los retos que enfrentan las cúpulas empresariales de EEUU y Europa.
¿Qué piensa sobre la situación que vive en estos momentos Europa?
La crisis de deuda soberana es algo que ha provocado gran preocupación, especialmente por el efecto contagio. Los rescates de Grecia e Irlanda han puesto en jaque a Portugal y otras economías mucho más grandes como España e Italia. Este hecho supone un gran problema de confianza en los mercados europeos. La duda que surge es dónde estará el freno: ¿Portugal?. Si hablamos de España o Italia son dos economías muy importantes en cuestión de tamaño y su coste sería descomunal. Otro de los asuntos a tener en cuenta es que a día de hoy, Alemania tira del resto de países. El éxito alemán está enmascarando las debilidades de otros países. En 2011 y 2012 el crecimiento alemán no será sostenible a los niveles actuales, si eso sucede, Europa se paralizará. En 2011 y 2012, Europa registrará cifras de crecimiento muy modestas.
¿Qué lecciones podemos aprender de la crisis? ¿Existe coordinación mundial al respecto?
Cuando la crisis alcanzó su cúspide, los gobiernos se mostraron dispuestos a interactuar y llevaron a cabo encuentros de éxito que previnieron que la situación empeorara. El problema ahora es que los gobiernos no tienen ese sentimiento de urgencia, como se demostró en Seul. Los países se han atrincherado en barreras nacionales y no cooperan al mismo nivel. Esto sucede en áreas clave como la regulación, donde la normativa nacional no tiene sentido en un mundo empresarial ampliamente globalizado. En lo que se refiere a la contabilidad, me gustaría ver realmente una normativa global que permita comparar a las compañías a un mismo nivel. En este sentido, EEUU sigue estando muy rezagado al respecto.
El trabajo de los supervisores financieros ¿es suficiente?
Todavía queda muchísimo trabajo por hacer. En lo que se refiere a las propuestas realizadas tanto en Europa como EEUU, todavía está por demostrar si provocarán cambios significativos a largo plazo. Aquí en EEUU, la reforma financiera de Chris Dodd y Barney Frank es descomunal pero no sabemos si cuando se ponga en práctica funcionará cómo estaba descrita. Por su parte, Europa sigue esperando a conocer cuáles serán sus respuestas regulatorias en muchas áreas. No sabemos cuál será el impacto de tener un supervisor bancario sobre los 27 países europeos,? no debemos olvidar que esta crisis demostró un fallo general de regulación y es responsabilidad de los reguladores que la lección de esta situación sea una mejor regulación.
¿Cuáles son los retos para las cúpulas directivas de las empresas en el futuro?
En esta crisis se han descubierto distintos retos para las cúpulas empresariales de todo el mundo, que necesitan solucionarse. Desde la perspectiva europea, donde este tema no es homogéneo, creo que hay una serie de preguntas que formularse. La primera sería sobre la compensación de los ejecutivos, especialmente si esta se liga a los resultados empresariales. Otro asunto sería si es obligatorio separar el papel de consejero delegado y presidente del consejo de administración. ¿Qué esperamos de esos consejos de administración?, uno de los problemas que ha puesto de manifiesto esta crisis es que muchas entidades son demasiado grandes y complejas por lo que quizás ni el propio consejo de administración entiende el funcionamiento de las mismas. Por último hay que asegurarse que los inversores de estas empresas juegan un papel importante y no delegan esa responsabilidad a otras personas.
¿Qué diferencias existen entre EEUU y Europa?
Existen características muy distintas. Los objetivos son distintos, por ejemplo, separar el papel del consejero delegado y el presidente del consejo de administración es algo no es demasiado común en EEUU mientras que en Reino Unido está prohibido. Si pones demasiado poder en manos de un solo individuo es muy difícil para el consejo y los inversores cambiar de rumbo en el caso de que la estrategia de ese individuo no funcione