
El ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schauble, ha defendido con vehemencia al euro frente a unos ciudadanos alemanes cada vez más escépticos ante la moneda europea.
"Estas dudas (de la mayoría de alemanes) no están justificadas desde mi punto de vista", afirmó el ministro conservador al diario Bild, muy crítico con la moneda europea.
"Todos los alemanes serían más pobres sin el euro. En el mercado laboral, la situación sería mucho más grave sin el euro", justificó.
En un sondeo publicado el pasado verano (boreal), el 51,4% de los alemanes se mostraron partidarios de un retorno al marco, símbolo de la potencia económica y financiera alemana de la posguerra.
"Debemos explicar a la gente (...) que el euro les protege mejor de las turbulencias de la mundialización que lo que podría hacer una moneda nacional alemana", agregó.
Sobre la posible creación de un partido anti-euro, Schauble advirtió: "Debemos tomar conciencia de la peligrosidad de un partido anti-euro".
La británica The Economist advertía este sábado de la posibilidad, "muy costosa", de que el euro se pudiera romper tanto por arriba como por abajo. Por un lado, porque países como Alemania, Países Bajos o Austria decidieran salir de la moneda única y volver a sus antiguas divisas; por otro lado, porque los países con problemas de deuda puedan decidir abandonarlo para poder capear mejor sus dificultades.