Economía

"Dejaré Lloyds Bank a punto de volver a tener beneficios"

Imagen: Archivo

Eric Daniels era un estudiante de historia entusiasta. Se licenció en Historia moderna europea y, en su oficina del grupo bancario Lloyds de la City, rinde homenaje al pasado: se han sacado de algún almacén los retratos de los fundadores de Lloyds, Samson Lloyd y John Taylor, y se expone un libro de contabilidad de la época en que los empleados de banca de Lloyds apuntaban los depósitos de los clientes a mano.

El primer ejecutivo del banco, que creció en el vaquero estado de Montana, es un estadounidense también amante de Gran Bretaña: "Me siento sorprendentemente cómodo aquí, en el ambiente histórico. El mundo moderno es como es hoy en gran parte gracias a lo que hizo Gran Bretaña durante el siglo XIX y parte del XX, la Revolución industrial, nuestra forma de concebir el mundo, la filosofía y la ciencia". Y realiza una vista hacia el futuro de su trabajo de forma similar: "Soy el director administrativo de Lloyds, una noble institución de 245 años de antigüedad. Mi trabajo consiste en dejarla en buen estado para la siguiente generación".

Y es justo lo que hará el próximo mes de septiembre, cuando el ex consejero delegado del Santander UK, Antonio Horta-Osório, haya tomado las riendas del banco a pleno rendimiento.

Daniels afirma estar "muy contento" con su trabajo de siete años al frente del banco, incluido el momento decisivo en que él y Victor Blank, entonces presidente, se abalanzaron hacia la decadente HBOS en 2008, cuando estalló la crisis financiera. Daniels también dirigió la banca minorista de Lloyds durante dos años antes de sustituir al violinista Peter Ellwood como director ejecutivo en 2003.

Pero muchos creen que su decisión de renunciar en menos de un año significará que abandona el banco con asuntos sin resolver y sin haber conseguido varios objetivos: ver al Gobierno vender parte de su 41 por ciento del capital, por ejemplo, y empezar a pagar los dividendos después de la prohibición de la distribución a los accionistas por la Comisión Europea, como parte del acuerdo de miles de millones de ayuda estatal que recibió Lloyds.

Daniels quiere señalar que el banco hará todo lo que esté en su mano por reiniciar los dividendos en cuanto sea posible, lo que, según el acuerdo con la Comisión, sería en enero de 2012 para el rendimiento en 2011. "Cuando asumí el mando en 2003, había un gran revuelo acerca de los dividendos. Creo que tomamos la decisión correcta manteniéndolos. Luego, los subí en 2007. No puedo decir mucho más ahora, pero nuestra historia habla por sí sola".

Con respecto a la apuesta del Gobierno, Daniels se muestra más flemático que muchos de los que lo conocen y creen que ha vivido en el pasado. Destaca que Lloyds fue capaz de recaudar satisfactoriamente un capital de casi 26.000 millones de euros (22.500 millones de libras) a finales de 2009, lo que mantuvo la propiedad de los contribuyentes del banco por debajo del 50 por ciento y se demostró que había un apetito considerable entre los grandes inversores por volver a adquirir acciones. Esto cambió la imagen de Lloyds. En cuanto a derechos, curiosamente, el Gobierno decidió ejercer los suyos en lugar de venderlos. Éstos y otros inversores pensaron que los derechos serían un buen negocio, lo cual resultó ser así posteriormente."

En comparación, al valorar el Royal Bank of Scotland la posibilidad de lanzar una emisión de derechos el pasado otoño, pensó que no recibiría el apoyo necesario de la City. Mientras el récord de captación de capitales por parte de Lloyds indicaba que sería posible evitar el retorno a un régimen de seguro gigante creado por el Gobierno para financiar sus activos tóxicos, RBS tuvo que entrar en el sistema y aceptar el trago de unos fondos estatales adicionales, haciéndose con su propiedad pública al 83 por ciento. Daniels no puede hacerse cargo de Lloyds al privatizarse parte de las acciones del Gobierno, pero sí que puede argumentar que deja allanado el camino para ese momento decisivo.

Investigaciones en marcha

Sin embargo, mientras Daniels prepara sus maletas, éste ha recibido un par de sorpresas en forma de dos investigaciones sobre si el mercado de la banca minorista del Reino Unido está demasiado concentrado en manos de unos pocos actores, tras la adquisición de HBOS por parte de Lloyds y el colapso o la retirada de otros, como los bancos islandeses. Uno de los procesos lo lleva a cabo el Comité Selecto del Tesoro, que ha solicitado ante este organismo la comparecencia de los líderes de la banca en diciembre. La experiencia será probablemente poco agradable para Daniels, quien ha tratado de librarse en anteriores encuentros con motivo de este ambiente combativo.

Pero la investigación a cargo de los parlamentarios es poco probable que concluya con algún cambio significativo en las políticas del Gobierno. Así las cosas, es más seria la creación en junio de la Comisión Independiente sobre la Banca a cargo de la coalición para discutir dos cuestiones: la seguridad del sistema financiero y si los bancos deben separarse, provocando la quiebra de los bancos de inversión en el futuro, a la vez que quedarían protegidos los depósitos minoristas por una garantía del Gobierno, y si hay suficiente competencia entre las principales entidades.

Mientras Barclays y HSBC quedarían afectados gravemente por una separación de la banca minorista y la banca de inversión, Lloyds, que controla casi un tercio de la banca minorista en el Reino Unido, sería el primero en la línea de combate si la comisión recomienda - y el Gobierno le respalda- una ruptura por motivos de competencia. Para preocupación de Lloyds, las expectativas apuntan a que el organismo, presidido por el economista Sir John Vickers, se centrará en la competencia ya que es más fácil afrontar el problema que llevar a cabo la división según la actividad de los bancos y porque ningún otro país va a separar a sus bancos minoristas de los de inversión. Sería inviable para el Reino Unido realizar esto solo.

Daniels se reunió con los miembros de la comisión para "establecer las reglas de enfrentamiento" y recibió un cuestionario detallado, el cual Lloyds está cumplimentando. El jefe de Lloyds dice que confía en que la Comisión querrá "crear un sistema bancario justo que dé un buen valor a los consumidores". Para ello, sostiene que "los consumidores británicos tienen ya un valor muy bueno".

Las comparaciones con otros países pueden ser engañosas, según él. La opinión de que Estados Unidos, por ejemplo, posee un mercado altamente diversificado debido a los miles de bancos que posee repartidos por todo el país, no es del todo real ya que en lugares como California, el dominio está en manos de únicamente dos o tres de los grandes, señala él.

Su argumento de que si los políticos y las entidades reguladoras quisieran un sistema bancario estable y a la vez justo para los consumidores, deberían tener en cuenta los estudios sobre los mercados bancarios que han demostrado que "no existe ninguna correlación entre la concentración y la disponibilidad o valor", y advierte que "sí existe una correlación entre la concentración y la estabilidad".

El debate resulta especialmente elocuente según Daniels ya que la competencia fue una consideración de suma importancia cuando Lloyds decidió abandonar toda su precaución habitual en la compra de HBOS, propietario de Halifax y el Banco de Escocia. Admite que el acuerdo fue "muy controvertido". En aquel momento él y Victor comunicaron al Gobierno que sólo seguirían adelante si recibían garantías de que no sería impedida por razones de competencia. Lo consiguieron gracias a que los ministros se desgañitaron por frenar la caída del banco.

Posteriormente se desencadenó un debate encarnizado sobre si el acuerdo fue el adecuado. Muchos de los que están ahora en el Gobierno creen que hubiera sido mejor nacionalizar el HBOS y dejar a Lloyds como un banco "limpio" capaz de continuar con sus préstamos a los clientes.

Para los accionistas de Lloyds, la compra sembró la manzana de la discordia con la dirección después de que las acciones de la entidad se vinieran abajo y en el 2009 tuvieran que comerse 27.668,8 millones de euros (24.000 millones de libras) en deudas incobrables, principalmente procedentes de los préstamos de dudoso cobro de HBOS a empresas inmobiliarias.

Daniels sostuvo con firmeza la idoneidad del acuerdo y el hecho es que este año Lloyds volverá a tener beneficios. Aunque admite que existe el riesgo de que sus accionistas puedan quedarse finalmente con un acuerdo injusto. "Evidentemente, cuando absorbimos el HBOS era una institución aquejada de muchos problemas. Todos sabían que debíamos asumir pérdidas. Los accionistas de Lloyds tuvieron que sufrir las pérdidas, por lo que es justo que después de sentir el dolor puedan disfrutar de los beneficios de la absorción".

Junto con otros experimentados banqueros, Daniels cree que la posición de Gran Bretaña como centro financiero preeminente se ve amenazada por los movimientos de los políticos destinados a conseguir que el sistema financiero sea más seguro y, a la vez, por la amenaza de los numerosos impuestos nuevos en un esfuerzo por demostrar que los bancos están obligados a pagar la crisis de los últimos tres años. "Debemos preocuparnos por si el sector financiero está pagando su cuota justa. Pero vivimos en una economía cada vez más global. Sería un error descomunal esperar la evidencia de que la institución X trasladara todas las oficinas centrales a Xanadú. Esto no ocurre. La realidad es que todas las empresas tomarán decisiones incrementales.

"Si queremos crecer debemos levantar otros sectores como, por ejemplo, el farmacéutico. Pero también debemos ser conscientes de que los servicios financieros son fundamentales para la economía británica y es una de las áreas en las que el Reino Unido posee una ventaja claramente inconfundible."

Nueva regulación

Los bancos deben lidiar también con los retos competidores de las entidades reguladoras que decretan la necesidad de una mayor posesión de capital y liquidez por parte de los bancos, mientras que los centrales advierten que retirarán la financiación fácil que inundó el mercado en los últimos años con el objeto de garantizar que los bancos continúen prestando dinero.

Esta cuestión es especialmente delicada para Lloyds, ya que posee una de las mayores dependencias en la financiación de los mercados monetarios del mundo, a diferencia de en los depósitos de clientes, y los críticos creen que el banco deberá afrontar un grave apuro de financiación en los próximos dos años. Daniels insiste en que el banco está en plena forma y destaca que ha conseguido un importante avance gracias al recorte durante este año de su financiación al sector público y mayorista y una mayor confianza en los depósitos de clientes.

Pero Daniels comenta que la cuestión debe considerarse en el contexto del clamor político de que los bancos deberían aumentar sus préstamos y de que los bancos centrales y las entidades reguladoras están adoptando medidas que enca- recerán la financiación.

Una de las funciones "socialmente útiles" de los bancos es la "transformación del vencimiento": la concesión de hipotecas a 25 años a los clientes y su financiación con fondos a tres o cuatro años de los mercados monetarios. "En cierta medida se produce un desajuste", explica Daniels, los principales bancos y sus entidades reguladoras deciden cuánto deberían guardar en los colchones en caso de que se agotaran los mercados de financiación. "Lo que debemos hacer como empresa es determinar el grado de expansión que se desea para los bancos".

En un futuro actualizado sobre la actividad de los tres meses anteriores al 30 de septiembre, cabe esperar que el mayor banco comercial del Reino Unido trace un retrato positivo. Daniels cree que la economía británica es sólida.

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