
La Comisión de seguimiento del Pacto de Toledo ha concluido su segunda sesión para redactar sus propuestas para la reforma del sistema de pensiones sin cerrar ningún acuerdo y se volverá a reunir para proseguir sus trabajos la próxima semana, previsiblemente el miércoles.
Los grupos están eludiendo los temas más conflictivos y que más les separan, como el aumento del periodo de cálculo de las pensiones, la ampliación de la vida laboral o la congelación de las pensiones para 2011, en aras de lograr avances en los trabajos, que continuarán en los próximas semanas.
Para la portavoz socialista, Isabel López i Chamosa, el hecho de que se haya acordado dejar estas cuestiones "hasta el final" es un síntoma positivo, ya que muestra la firme voluntad de su partido de negociar las cuestiones en las que las posiciones están más cercanas.
Sin embargo, ayer Chamosa afirmó que la ampliación de 15 a 20 años del periodo de cálculo con el que se computa la cuantía de las pensiones "es uno de los consensos más generales que hay".
"No caben consensos puntuales"
Tanto la socialista como su homólogo del PP han coincidido en señalar a los medios que "no caben consensos puntuales" sobre una cuestión concreta en la negociación. "El acuerdo será global o no será", ha remarcado la diputada del PSOE.
Los grupos están siguiendo el guión que dicta el documento de 2003 y así el miércoles debatieron propuestas en relación a la separación y clarificación de las fuentes de financiación, el mantenimiento del poder adquisitivo de las pensiones, el Fondo de Reserva, la financiación y la simplificación e integración de regímenes especiales.
En la jornada de hoy se han referido a la mejora de las bases, las cotizaciones orientadas al empleo, incluyendo aquí la ampliación voluntaria de la vida laboral, la modernización e información al ciudadano y la gestión del sistema.
Revalorización de la pensión
Los debates que han centrado las reuniones en estos dos días han sido ante todo los referentes a la revisión del sistema de revalorización de las pensiones, apartada la cuestión relativa a la suspensión de la revalorización automática por IPC en 2011. Varios grupos han planteado que se revise el sistema para que no dependa exclusivamente de la inflación, sino que pueda tener en cuenta otras variables, como el PIB.
En cualquier caso, todavía no se ha puesto sobre la mesa eliminar la disposición que garantiza que el aumento de poder adquisitivo que pueda derivarse de una inflación inferior a la prevista se consoliden con carácter permanente en las pensiones.
También ha cobrado importancia la flexibilización de las bases de cotización para que los "topes" máximos no hagan que un mayor esfuerzo contributivo no se traslade adecuadamente a la pensión, situación en la que Trabajo calcula que se encuentran dos millones de personas.