Economía

El magro crecimiento español abre una brecha con los socios europeos

Europa abre brecha con España en el crecimiento económico y nuestro país se ve relegado al furgón de cola, con compañeros poco representativos como Letonia, Grecia, Bulgaria y Chipre.

Simultáneamente a la confirmación por parte del INE de que la economía española creció el 0,2% en el segundo trimestre y se contrajo el 0,2% interanual, Eurostat señalaba que el crecimiento de la Unión Europea fue en el mimso periodo del 1% y el 1,7%, respectivamente. Las misma cifras corresponden a la Unión Monetaria.

La economía española ratifica las consideraciones avanzadas por el Banco de España. Una leve mejora de la demanda interna, especialmente del consumo de los hogares, pero que aún se mantiene en cifras negativas, leve recuperación de la actividad industrial, retroceso de la inversión y una aportación positiva del sector exterior, aunque de menor voltaje que en el trimestre anterior.

Retraso industrial

Sin embargo, las cuatro mayores economías de Europa no sólo registran aumentos en términos intertrimestrales, sino que en términos interanuales muestran aún mayor fortaleza: Alemania crece al 3,7%; Francia, al 1,7%; el Reino Unido al 1,6% e Italia, al 1,1%.

Si se profundiza en algunas de las interioridades de la actividad económica del último trimestre, se puede observar el origen de algunas de las diferencias entre la evolución española y la de los países europeos de referencia. Por ejemplo, en la producción industrial en la que sólo el Reino Unido registra un crecimiento interanual igual que el español, del 3%, pero en Francia aumentó el 4,8%; el 8,2% se incrementó en Italia y el 11,5%en Alemania. No sólo las tasas son más elevadas sino que la producción final y la participación en el PIB de estas cuatro potencias es considerablemente superior. Por ello es pertinente comparar los respectivos Índices de Producción Industrial (con base 100 en 2005) y eso revela que Alemania se sitúa en el 105,7; Francia en el 96,5; Italia, en el 92,5; el Reino Unido, en el 91,5 y España en el 89,5.

Los contadores del consumo, además de más prolijos son más incompletos, pero también permiten poner en perspectiva la situación española.

En términos de comercio al por menor, la demanda de consumo, que es uno de los indicadores que han animado la economía española, anotan para nuestro país un incremento del 0,1% interanual en el segundo trimestre. Esta rúbrica pinchó en Francia, con una caída del 0,2%, pero mantuvo una tasa razonable en el Reino Unido (el 0,5%) y buena en Alemania, el 1,1%.

El comercio exterior

Aunque se ha advertido que la balanza por cuenta corriente española ha sido uno de los soportes del mejor comportamiento de la economía, esta afirmación hay que matizarla en el sentido de que es la balanza de servicios y transferencias la que aporta el colchón en los intercambios. La dependencia de la balanza comercial entre los grandes europeos es muy variada.

El Reino Unido presenta un déficit comercial de 42.800 millones de euros, el más elevado en términos absolutos de toda la Unión Europea. En el extremo opuesto está Alemania, con un excedente de 60.200 millones de euros. Francia presenta un déficit algo más elevado que España (25.600 millones por 21.300 millones de nuestro país) e Italia mantiene un desequilibrio de 11.200 millones de euros.

Además de las variables de la actividad en las que España se va quedando relegada de las economías grandes de Europa, no se puede dejar de considerar que el mayor freno al crecimiento es sin duda la caída de la tasa de actividad y la acumulación de un desempleo (20% de la población activa) que duplica al de la UE.

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