Johannesburgo, 28 jun (EFECOM).- Después de un pulso entre el Gobierno y los sindicatos que se mantuvo por casi un mes, los funcionarios públicos de Sudáfrica dieron por concluida hoy la primera huelga de ese sector en la historia del país.
El paro comenzó el 1 de junio al exigir los sindicatos un aumento del doce por ciento en sus salarios, mientras que el Gobierno sólo ofrecía un seis de incremento. La huelga terminó después de que los sindicatos aceptaran una subida del 7,5 por ciento.
La jefa del equipo negociador de los sindicatos, Shireen Pardesi, confirmó en declaraciones a la emisora local SAfm que aunque el sector educativo no está conforme con el acuerdo alcanzado, la mayoría de los sindicatos habían aceptado la última oferta.
Los que quedan por confirmar dijeron que no tenían el mandato de sus bases para aceptar la propuesta, pero Pardesi insistió en dar por concluido el paro de actividades. El convenio final será firmado el 20 de julio, porque aún quedan flecos pendientes, agregó
En una rueda de prensa, Noluthando Mayende, presidenta del mayor sindicato de empleados públicos, que agrupa, entre otros, a maestros y trabajadores de la salud, confirmó también que la mayoría de los gremios habían aceptado el 7,5 por ciento de aumento.
Sólo los representantes de la educación estaban disconformes, agregó Mayende, quien dijo que ese sector espera seguir negociando con el Gobierno una mejora de sus condiciones laborales.
El pacto anunciado hoy también implica que las cartas de despido enviadas a empleados públicos que participaron en la huelga serán reemplazadas con advertencias por escrito, y podrán volver a su puesto de trabajo.
Nunca en Sudáfrica se había registrado una huelga general en el sector público, ni en los tiempos del "apartheid" ni a partir de 1994, cuando tomó posesión el primer presidente negro en la historia del país, Nelson Mandela.
El paro afectó seriamente las actividades en las escuelas y hospitales públicos. La mayoría de los centros educativos permanecieron cerrados durante un mes, y los centros médicos atendían exclusivamente las urgencias.
Según datos de la oposición política, sólo en la provincia de Gauteng, que incluye las ciudades de Johannesburgo y Pretoria, los hospitales han dejado de realizar 4.000 operaciones programadas y a partir de ahora se enfrentan a un masivo trabajo atrasado.
Pardesi insistió en que el sector educativo, uno de los 150 que estaban involucrados en esta movilización, "no está preparado para firmar" el acuerdo por no haber quedado completamente satisfecho con el 7,5 por ciento aceptado por la mayoría de los sindicatos.
Las negociaciones con los maestros continuarán hasta que se firme el convenio final, el 20 de julio, pero ya sin la presión de la huelga, agregó Pardesi.
La representante gremial evitó decir quién había ganado en este pulso, y añadió que sólo después de un análisis a fondo de la movilización se podrá saber cuál de los bandos ha salido vencedor. "El ganador sólo surgirá después de todo el proceso", insistió.
Un analista sindical, Terry Bell, dijo a la emisora SAfm que el final de la huelga era "inevitable" porque los empleados que se habían sumado al paro han estado sin cobrar sus salarios durante un mes, lo que agrava aún más la situación que atraviesan.
"El paro no se podía mantener por más tiempo", agregó Bell.
De por sí, en los últimos días habían comenzado a surgir agrupaciones gremiales regionales que estaban dando la orden a sus afiliados para volver a sus puestos de trabajo, lo que estaba creando divisiones en el movimiento sindical.
La movilización de trabajadores públicos reabrió un debate sobre el desencanto de las clases más bajas en Sudáfrica respecto a las esperanzas depositadas en el Gobierno que asumió en 1994 al final del régimen del "apartheid".
En las movilizaciones sindicales solían verse pancartas que comparaban el seis por ciento de aumento ofrecido con el Gobierno con el 57 por ciento de subida aplicada recientemente para el salario del Presidente y de los jefes de los otros poderes del Estado. EFECOM
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