
La situación económica de Estados Unidos cada vez pesa más sobre los hombros del presidente Barack Obama. Los 130.000 empleos perdidos durante julio han caído como un jarro de agua fría sobre el mercado de Wall Street, que parece que comienza a dudar sobre las políticas del inquilino de la casa Blanca.
La economía de Estados Unidos ha dicho adiós a 131.000 empleos en el mes de julio, según los datos publicados hoy por el Departamento de Empleo norteamericano. A pesar de esta mala cifra, mucho peor de lo previsto por el mercado, la tasa de paro se mantiene estable en el 9,5%.
El sector privado fue incapaz de contrarrestar los despidos en el gobierno federal y en los estados y sólo creó 71.000 empleos. Incluso las cifras revisadas para junio establecen la pérdida de empleo ese mes en 221.000 puestos y no en los 125.000 anunciados previamente.
Estancamiento económico
Estos datos fueron percibidos como otra señal de que la economía estadounidense se estanca y que se necesitarán varios años para que el mercado del empleo se normalice.
"El ritmo actual de desempleo es demasiado lento para reemplazar los más de ocho millones de empleos perdidos en la recesión -no será en el próximo año o en dos, quizá tampoco en cinco años", ha declarado Bart van Ark, economista jefe de Conference Board, una oficina de investigación sobre el mercado. "Es poco probable que las industrias como la construcción y la manufactura regresen alguna vez a los niveles de empleo pre-recesión", apunta.
Lo que es motivo de preocupación adicional en Washington, en particular para un presidente que ha priorizado la lucha contra la recesión económica. A Obama le quedan pocos meses para probar que sus políticas funcionan antes de las elecciones legislativas de noviembre.
Este viernes, de visita en una planta de constructores de carteles en Washington, Obama no abandonó su optimismo: "El hecho es que hemos agregado empleos en el sector privado en todos los meses de este año, en lugar de perderlos, como lo hicimos en los primeros siete meses del año pasado. Esa es una buena señal". Pero admitió que "el camino a la recuperación no es recto. Algunos sectores se recuperan más rápido que otros".
Un estímulo que no ha funcionado
De todas formas los opositores a Obama aprovecharon las nuevas cifras para afirmar que el enorme plan de estímulo económico no ha funcionado.
"Las políticas económicas de Obama han fallado en la creación de un crecimiento del empleo sostenible", ha afirmado el presidente del Partido republicano Michael Steele.
La oposición podría explotar también dos renuncias de peso en el equipo económico presidencial: tras la partida a finales de junio del director de Presupuesto de la Casa Blanca, Peter Orszag, ha llegado el adiós de la principal consejera económica de Obama, Christina Romer.
En Wall Street, los mercados reaccionaron con pesimismo, cayendo pesadamente. Durante meses los inversores han esperado señales que les indiquen hacia dónde se dirige la economía, ya que los datos brindan un panorama confuso.
Esa tendencia no ha variado, por lo que Obama y sus asesores deben meditar sobre si se necesitan nuevas medidas de apoyo. Por lo pronto, se espera el próximo martes la reunión del Comité de Política Monetaria de la Reserva Federal (Fed), aunque se cree que se demorará la toma de decisiones lo más que se pueda con el fin de no quemar sus cartuchos.
"El problema del banco central ahora es que cualquier estímulo monetario adicional requerirá métodos no convencionales", explica Ryan Sweet de Moody's Economy.com "y el balance entre costos y beneficios no es del todo claro".
Igualmente se prevé que la Fed no varíe los tipos de interés, actualmente entre cero y 0,25%.