China ha superado a Japón y se ha convertido en la segunda mayor economía del mundo, por detrás de Estados Unidos, gracias a tres décadas de acelerado crecimiento que han sacado a millones de personas de la pobreza, según un alto funcionario del país asiático.
Dependiendo de a qué ritmo aumente su tipo de cambio, China va en camino de rebasar a Estados Unidos y convertirse en la economía número uno en torno al 2025, según las proyecciones del Banco Mundial, Goldman Sachs y otros expertos.
China estuvo cerca de sobrepasar a Japón en 2009, por lo que el anuncio realizado por un alto funcionario de que se había logrado no tomó a nadie por sorpresa. En efecto, Yi Gang, jefe de regulación cambiaria de China, mencionó el hito en comentarios publicados este viernes.
"China, de hecho, ya es hoy la segunda mayor economía del mundo", afirmó en una entrevista con la revista China Reform que fue publicada por su agencia, la Administración Estatal de Moneda Extranjera.
Menos ingresos per cápita
Superar a Japón podría darle a China la posibilidad de presumir pero sin mucho fundamento, dado que su ingreso per cápita de unos 3.800 dólares al año es una fracción del japonés o del estadounidense.
"China es todavía un país en desarrollo y nosotros debemos ser suficientemente prudentes para reconocerlo", dijo Yi, al ser consultado si ya era tiempo de que el yuan se convirtiera en una moneda internacional.
La economía china se expandió un 11,1% interanual en el primer semestre de 2010 y probablemente termine con un crecimiento de más del 9% en todo el año, según Yi.
¿El mayor consumidor de energía?
En una evaluación discutida por Pekín, la Agencia Internacional de Energía dijo la semana pasada que China había superado a Estados Unidos como el mayor consumidor de energía del mundo.
Si China puede conservar un ritmo del 5 al 6% anual en la década de 2020, acumulará un crecimiento acelerado por 50 años, lo que según Yi sería un hito sin precedentes en la historia humana.
El ascenso económico ininterrumpido, que permitió que China rebasara a Gran Bretaña y Francia en 2005 y a Alemania en 2007, se está traduciendo gradualmente en un modelo para el escenario mundial.