Michael Bloomberg es un multimillonario que siempre ha sabido hacerse notar pese a su corta estatura y su semblanza hierática. Muchos le tachaban de republicano con alma independiente y este lobo con piel de cordero así lo ha demostrado, desenganchándose del partido conservador con el que consiguió la alcaldía de Nueva York en 2001.
Ahora muchos apuntan que este político criado en el seno de Wall Street podría tener aspiraciones presidenciales.
Desde luego, con una cuenta corriente con más de 5.500 millones de dólares acumulados, podría permitirse el lujo de poder autofinanciar su propia campaña y aunque no cuente con opciones factibles de ocupar la Casa Blanca, sí podría hacer la pascua a sus respectivos contrincantes republicanos y demócratas. Especulaciones a un lado, este hombre nacido el día de San Valentín hace 65 años, cuenta con enorme apoyo entre las entidades que inundan el distrito financiero de la Gran Manzana. Su paso por Salomon Brothers, allá por 1966, fue el pistoletazo de salida de una fulgurante carrera como empresario, político y filántropo, construida desde la nada si se tienen en cuenta sus humildes orígenes.
La agencia financiera más grande del mundo
Cuando los devaneos del corporate estadounidense engulleron la firma de inversión, Bloomberg no dudó en aprovechar el tirón de sus inversiones en Salomon para dárselas de emprendedor y fue así como este licenciado por Harvard creó Bloomberg L.P. Este servicio de noticias financieras, que aún hoy lleva su nombre, nació después de que Mike, como le llaman sus amigos, tuviera la imperiosa necesidad de crear un sistema de almacenamiento informático que le facilitase encontrar cotizaciones de semanas anteriores sin tener que guardar meses los periódicos financieros. Si en 1982 el servicio de Bloomberg se inauguró con cerca de 20 suscripciones, hoy son más de 165.000 los que contratan sus servicios.
Liberal de corazón, su vena política le llevó en 2001 a ser tildado de chaquetero cuando decidió abandonar el partido demócrata para endosarse a las listas republicanas, mucho menos tumultuosas y una apuesta segura para ser elegido candidato a la Alcaldía de la Gran Manzana. Por supuesto, su apoyo al matrimonio homosexual, al aborto o al desarrollo de investigaciones con células madre no hizo más que ahondar una profunda brecha entre su nuevo partido y su verdadera ideología. Bloomberg ha desembolsado cerca de 155 millones de dólares para garantizarse su permanencia como consejero delegado de la ciudad de Nueva York.
Su imagen de acaudalado hombre de negocios no le impide chapurrear algunas frases de español con su profesor colombiano antes de ponerse a trabajar. Además, su saneado estado financiero le ha permitido dar rienda suelta a su vena más sentimental, la filantropía.
