
El déficit presupuestario de EEUU alcanzará este año los 1,47 billones de dólares, por encima de los 1,40 registrados el año anterior, según los cálculos de la Casa Blanca dados a conocer hoy.
La previsión es más optimista para este año que la dada a conocer el pasado febrero, cuando esperaba un déficit presupuestario de 1,48 billones, pero es más pesimista para los años venideros.
La Oficina de Gestión y Presupuesto (OMB) de la Casa Blanca espera que este año se logre un crecimiento económico del 3,2% y sitúa en sus previsiones la tasa de paro en el 9,7%.
En febrero, preveía que este año el índice de desempleo alcanzara el 10%.
Para el año próximo, la Casa Blanca espera un déficit fiscal de 1,42 billones de dólares y un desempleo del 9%.
Los números, peor de lo esperado
Esa cifra es peor de lo esperado hasta ahora -1,37 billones- y la OMB la justifica por la caída en los ingresos procedentes de los impuestos y en la lentitud de la recuperación económica, que progresa más despacio de lo esperado.
Para 2012 -el año en que se celebrarán nuevas elecciones presidenciales en EEUU- los expertos de la Casa Blanca prevén que el desempleo se mantenga en torno al 8,1%.
Al presentar el informe interino sobre la situación presupuestaria estadounidense, el director de la OMB, Peter Orszag, indicó que las nuevas cifras ponen de relieve "una situación fiscal que requiere atención".
El informe alerta de que la economía del país aún "afronta fuertes vientos en contra", debido a factores como la falta de recuperación en el mercado inmobiliario o la escasez de concesión de créditos.
A la espera del crecimiento
Matiza, no obstante, que "la Administración espera que el crecimiento económico y la creación de empleo continúen durante 2010 y se eleven en 2011 y más allá".
El ingente déficit fiscal estadounidense es un factor de preocupación creciente entre los votantes estadounidenses.
El presidente de EEUU, Barack Obama, defiende la necesidad de mantener el gasto público para apuntalar una economía todavía frágil tras la grave crisis que estalló en el 2008.
No obstante, ha asegurado que tomará medidas para contener el déficit presupuestario -entre otras, ha ordenado la congelación del gasto público no obligatorio- y se encuentra a la espera de las recomendaciones de una comisión que constituyó a principios de año para reducir la deuda.