La industria de defensa mundial está de enhorabuena. Según un estudio realizado por una institución europea, a nivel global los países se han gastado un 3,5% más en la guerra, lo que supone un desembolso total de más de un billón de euros.
Este repunte viene de la mano de Estados Unidos, a la cabeza en gasto armamentístico, que en 2006 derrochó la nada despreciable cantidad 529.000 millones de euros, un 5 por ciento más que el año anterior, en operaciones militares como las de Afganistán o Iraq.
Y, debido sobre todo al agujero en la economía estadounidense que representa la presencia en el antiguo feudo de Sadam Hussein, se estima que la suma siga aumentando: "Teniendo en cuanta los factores a corto y medio plazo, el conjunto de los gastos hasta 2016 a causa de la guerra en Iraq serán de 2.267.000 millones de euros", según se indica en el informe del Instituto Internacional de Paz de Estocolmo (SIPRI, en sus siglas en inglés).
La Administración Bush lleva extraídos más de 430.000 millones de dólares de las arcas del Estado para financiar su particular campaña contra el terrorismo y el "eje del mal", que dio comienzo en 2001 tras los atentados del 11 de septiembre.
China se sube al 'carro'
En China, el gasto militar también ocupa un lugar importante en la agenda de su Gobierno. El gigante asiático, que se encuentra en medio de la modernización de su ejército, invirtió en 2006 más dinero en armamento que en 2005, pasando de 44.300 millones de euros a 49.500 millones.
Una tendencia al alza que está previsto que continúe el próximo año: han anunciado para 2007 un incremento del 17 por ciento en su presupuesto de defensa. De acuerdo a las previsiones oficiales, la mayor parte del dinero se empleará en adecuar los salarios de oficiales y soldados de acuerdo "al buen desempeño de la economía" y para "actividades públicas" como los grandes desfiles, y sólo una "mínima parte de los incrementos" se destinará a la compra y producción de armas".
