Teresa Bouza
Washington, 31 may (EFECOM).- La locomotora económica estadounidense avanzó al ritmo más lento en más de cuatro años durante el primer trimestre, cuando el Producto Interior Bruto (PIB) creció un raquítico 0,6 por ciento, informó hoy el gobierno.
El dato defraudó las expectativas del consenso de economistas, que había pronosticado que el crecimiento revisado de los tres primeros meses del año quedaría en el 0,8 por ciento por debajo, pero no tanto, del 1,3 por ciento proyectado en abril.
Las malas noticias económicas no propiciaron la caída de la Bolsa neoyorquina, que registró una ligera subida durante las primeras horas de negociación, alentada por varios anuncios de adquisiciones empresariales y por las expectativas de que el enfriamiento del PIB provoque finalmente un recorte de los tipos de interés.
El abultado déficit comercial y la reducción de los inventarios empresariales fueron los principales lastres del PIB.
Según las cifras hechas públicas hoy, el déficit comercial -mayor de lo previsto- redujo en un punto porcentual el PIB de los primeros meses del año.
Las importaciones estadounidenses aumentaron a un ritmo del 5,7 por ciento en lugar del 2,3 por ciento previsto inicialmente. Las exportaciones, por el contrario, se contrajeron a un ritmo del 0,6 por ciento.
La decisión de las compañías de recortar las inversiones en existencias y tratar de vender los bienes que ya tienen acumulados también deprimió la marcha económica.
La primera economía mundial lleva un año de capa caída debido en gran parte a la debilidad del sector inmobiliario, lo que ha hecho que las empresas extremen la cautela a la hora de invertir y gastar.
El dato divulgado hoy jueves por el Departamento de Comercio, representa, por lo demás, una brusca desaceleración frente al crecimiento del 2,5 por ciento del último trimestre del 2006.
Pese al frenazo, tanto el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, como la Casa Blanca han descartado la posibilidad de una recesión este año.
El ex responsable del banco central estadounidense, el mítico Alan Greenspan, cree, sin embargo, que hay algo más de un 30 por ciento de posibilidades de que EEUU entre en recesión en el 2007.
El crecimiento económico de los tres primeros meses del año es el más débil desde el último trimestre del 2002, cuando la economía salía de una recesión y creció a un ritmo del 0,2 por ciento.
El PIB mide todos los bienes y servicios producidos en Estados Unidos y se considera el mejor barómetro de la salud económica.
Los economistas creen que la locomotora estadounidense recuperará empuje en los meses venideros, aunque sin recuperar la fuerza de años precedentes.
La National Association for Business Economics prevé, en ese sentido, que la economía avance a un ritmo del 2,3 por ciento en el segundo trimestre, entre abril y junio.
Por lo demás, expertos como Ashraf Laidi, analista jefe de CMC, una firma experta en el mercado de divisas, destacaron hoy que algunos componentes claves del PIB todavía son robustos.
Laidi destacó, en ese sentido, que el gasto personal que representa dos terceras partes del PIB se revisó al alza, hasta el 4,4 por ciento, frente al 3,8 estimado hace un mes.
El dato es el más alto desde el primer trimestre del 2006 cuando el consumo personal avanzó a un ritmo del 4,8 por ciento.
"Las cifras sugieren que el consumidor estadounidense será clave a la hora de prevenir un aterrizaje brusco del crecimiento", indicó Laidi en un comunicado.
Otros economistas mencionaron hoy que las malas noticias de hoy pueden presagiar buenas nuevas en el futuro, ya que se anticipa que las empresas se vean obligadas a volver a aumentar sus inventarios, que no pueden caer mucho más desde los niveles actuales. EFECOM
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