
Los republicanos lograron hoy retrasar el voto sobre la reforma financiera en el Senado de Estados Unidos, uno de los proyectos prioritarios del presidente Barack Obama.
Los líderes demócratas no consiguieron los 60 votos requeridos para marcar un límite al tiempo destinado al debate en el pleno, lo que habría impedido que el partido de la oposición usara tácticas dilatorias para aplazar el voto.
Al final 57 senadores votaron a favor de poner ese tope frente a 42 en contra, incluidos dos demócratas que quieren regulaciones más duras que las incluidas en el proyecto de ley.
El líder de ese partido, Harry Reid, previsiblemente intentará de nuevo limitar el debate y poner una fecha al voto final, pero antes tiene que sumar a tres senadores de su parte en las negociaciones sobre el contenido de la propuesta legislativa.
Una gran reforma
El proyecto de ley, de 1.400 páginas, incluye la mayoría de las medidas propuestas por la administración de Obama y supone una reforma de gran calado de las normas financieras del país, que intentan tapar las lagunas descubiertas durante la crisis.
Si el Senado lo aprueba tendrá que ser armonizado con la versión ratificada por la Cámara de Representantes en diciembre.
El proyecto crea una nueva oficina de protección al consumidor en el seno de la Reserva Federal, una de las ideas más criticadas por los republicanos.
También da autoridad a las agencias reguladoras para intervenir y desmantelar a grandes entidades financieras, un proceso que pretende evitar quiebras desordenadas como la del banco de inversión Lehman Brothers, que estuvo a punto de hundir el sistema financiero mundial a finales de 2008.
Mayor vigilancia
El proyecto establece, además, un sistema de supervisión del mercado de derivados, que mueve 615 billones de dólares, para aumentar la transparencia y competencia.
Asimismo, crea un consejo de reguladores, compuesto por nueve miembros y presidido por el secretario del Tesoro, para elevar la coordinación entre las agencias y vigilar los peligros al sistema financiero como un todo.
Obama, en su discurso radiofónico del sábado pasado, dijo que todos los estadounidenses se beneficiarán de la reforma de Wall Street.