
Las entidades españolas elevaron un 47% su inversión en bonos de nuestro país el año pasado. La cartera helena es marginal, pero la portuguesa se llevaría 67.000 millones en caso de impago.
Primero fue Grecia. Después Portugal y España. Aunque la situación de estos dos últimos países nada tiene que ver, según los economistas y la clase política, también están poniendo en duda la capacidad de resistencia del sector bancario por sus exposiciones también en la Península Ibérica.
Las entidades españolas sumaban el año pasado -últimas cifras españolas- un riesgo conjunto a estas tres economías superior a los 154.000 millones de euros. La mayor inversión es en deuda de nuestro país, pero la cantidad en bonos y obligaciones lusas no es nada desdeñable. Donde apenas tendrían problemas en caso de impago es en el estado heleno, ya que la cifra se sitúa por debajo de los 1.000 millones de euros.
Los principales bancos y cajas acumulaban en sus balances 86.347 millones en deuda española, según los datos aportados por las propias entidades. Este riesgo lo elevaron el ejercicio pasado más de un 47 por ciento ante alta rentabilidad y seguridad, sobre todo, de las letras del Tesoro, superior a otros productos, como la renta variable.
El problema de la liquidez
Sin embargo, esa seguridad, se ha convertido en incertidumbre y ahora pesa como una losa. La agencia de calificación crediticia Moody's ha puesto en tela de juicio al sector financiero español (además de al portugués, italiano y británico) y ha advertido de un posible contagio griego debido, principalmente, al paro y al déficit de las cuentas y al retraso en la reestructuración de las cajas. A los riesgos en deuda pública, los bancos y las cajas tienen que hacer frente en los próximos ejercicio a unos vencimientos de más de medio billón de euros, con los que se ha financiado para poder dar créditos.
El temor de lo que está sucediendo se había instalado hace meses en el seno de algunas entidades. Ante la preocupación decidieron desprenderse de parte de estos activos, disminuir su exposición y lograr plusvalías con las que engordar la hucha para cubrir impagos.
Es el caso de BBVA, que redujo en el primer trimestre sus riesgos a casi la mitad. Según el consejero delegado, Ángel Cano, la inversión del banco en deuda soberana descendió entre diciembre y marzo de 37.000 a 27.000 millones, de los que un tercio son títulos españoles, es decir, en torno a 9.000 millones.
El Santander también indicó que había minimizado los riesgos y que sus títulos de deuda. Los títulos españoles habían disminuido en tres meses de los casi 28.000 a 24.000 millones. Además también había vendido parte de los activos en Portugal y en Grecia. Los relativos al país vecino ascienden, en su caso, a 3.000 millones, mientras que los del país heleno, a 200 millones.
El resto de entidades consideran que es residual sus exposiciones a estos dos últimos estados. Al igual que BBVA, el Sabadell, Banesto o el Pastor opinan que sus riesgos son marginales. Lo mismo apunta el Popular. El banco catalán indica que a marzo, la inversión en deuda portuguesa era de 25 millones y en Grecia nula.
Banesto, por su parte, no cuenta con bonos u obligaciones de ninguno de estas administraciones, mientras que el Pastor cifra a cierre del primer trimestre en 100 millones sus riesgos con Portugal y en 35 millones con Grecia. Además, el grupo gallego cuenta con compromisos en España superiores a los 1.700 millones. El Popular no dispone de activos griegos, los lusos alcanzan los 200 millones y ha limitado su cartera en España a 4.100 millones.
Vencimientos a corto
En la mayor parte de los casos, explican fuentes del sector, los vencimientos de las obligaciones son a corto plazo, sobre todo, en la deuda no española, que sitúa entre uno y tres años. Cuanto más corto el periodo de pago de las letras, explican, el riesgo de impago es menor.
El conjunto del sistema español, según las últimas cifras publicadas por el Banco Pagos Internacional (BIS, siglas en inglés), posee activos públicos griegos por valor de 1.000 millones de euros a cierre de septiembre pasado, mientras que portugueses a 67.000 millones.
Otras fuentes sostienen que buena parte de estos activos están garantizados con contratos de seguros. Las aseguradoras también han asumido compromisos. Mapfre, por ejemplo, tiene activos griegos por importe de 540 millones.
Los franceses, los más expuestos a España
Los bancos españoles no son los más expuestos a la deuda de la administración de nuestro país. Las entidades francesas y alemanas son las que más deuda hispana tienen contraída. Los grupos financieros germanos han comprometido en obligaciones, letras del Tesoro y bonos por valor de 238.000 millones de dólares (183.000 millones de euros, aproximadamente), según los últimos datos publicados por el Banco de Pagos Internacional.
El mismo informe, indica que los siguientes que se verían afectados en mayor medida si España se declarara
en quiebra y no puediera asumir sus compromisos serían
las entidades alemanas. Éstas, que son las más expuestas con Grecia, sumarían un agujero de 220.000 millones de dólares (160.000 millones de euros).
Los riesgos para los británicos no son tan elevados y se reducen a prácticamente la mitad. La banca del Reino Unido cuenta con una inversión de deuda española similar a la de las entidades de nuestro país. Tiene activos por valor de 114.000 millones de dólares (unos 86.000 millones
de euros). Acto seguido estarían los estadounidenses.