Madrid, 13 may (EFECOM).- El déficit exterior de España se puede corregir "a largo plazo" si se adoptan políticas de flexibilización del mercado laboral, se reduce la concentración de la actividad exportadora en los países europeos y en la industria del automóvil y se consigue una mayor independencia tecnológica.
Esta es la tesis de un artículo de Esther Gordo y Juan Peñalosa, del Servicio de Estudios del Banco de España, publicado en el último número de Papeles de Economía, editado por la Fundación de las Cajas de Ahorros (FUNCAS).
A pesar de que se advierte que esa solución podría acarrear algunos "costes" en términos de empleo y pérdida de actividad, el Banco de España sostiene que resultará "fundamental" para que la economía española pueda seguir creciendo cuando la demanda interna del país -uno de los pilares de este dinamismo- se reduzca.
En cuanto al déficit exterior, ascendente desde 1998, el Banco de España afirma que se debe, fundamentalmente, a un empeoramiento de la competitividad-precio española, es decir, a un aumento de los precios de los productos españoles frente al de otros mercados, especialmente los países emergentes.
Esta situación se ve agravada por el diferencial positivo de inflación de España respecto a otros países, si bien se reconoce que las empresas españolas han realizado "un esfuerzo de contención" reduciendo sus márgenes.
En el estudio se destaca que este déficit es también una "contrapartida" del crecimiento de España, que, desde su entrada en la Unión Europea Monetaria (UEM), ha experimentado un ritmo superior al de otros países de la Unión Europea (UE) que le hizo perder atractivo en el mercado foráneo.
Sobre el saldo comercial exterior, el Banco de España alerta de varios desequilibrios que explicarían el creciente saldo negativo y que tienen su principal origen en el comercio de bienes, lo que el organismo asocia a las fuertes inversiones en equipo, que han superado la capacidad de ahorro de las empresas y familias.
Concretamente, hay tres ramas que acaparan casi la mitad del deterioro del saldo: la de vehículos de motor -con déficit desde 2004 por el mayor auge de vehículos importados-, la de equipos informáticos y material electrónico y del textil y la confección, muy afectada por la competencia de los países emergentes.
Para corregir la evolución de estos tres sectores, el informe recomienda reconducir la concentración de la oferta española en los mercados europeos y en la industria del automóvil y adoptar políticas que mejoren el capital humano y la capacidad tecnológica de las empresas.
De forma paralela al empobrecimiento de las exportaciones españolas, el informe recoge la expansión de las importaciones, que pueden presionar a la baja los precios finales y relajar las "tensiones" de los salarios.
Además, las importaciones generan un desvío de producto español que provoca una menor generación de renta nacional que atemperaría, gradualmente, la demanda y los costes en la economía nacional.
Así, el informe sostiene que las pérdidas de competitividad se reducirían y, posteriormente, se reinvertirían y podrían ser otra solución a la actual situación del sector exterior. EFECOM
pmv/txr
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