Los problemas financieros son comunes a todo el Estado de California, que incluso se plantea legalizar el cannabis para poner remedio a su agujero fiscal. Pero la ciudad de Los Angeles está ya al borde de la insolvencia debido a una disputa que enfrenta a las autoridades locales y al Departamento de Agua y Energía (DWP, por sus siglas en inglés).
Según recoge el diario The Wall Street Journal, las arcas de la ciudad podrían quedarse sin fondos para hacer frente a sus pagos si la compañía, que suministra agua y electricidad a los habitantes de Los Ángeles y poblaciones cercanas, no abona antes del 5 de mayo 73,5 millones de dólares.
Este reembolso, que hasta el momento se ha negado a efectuar, se corresponde con la aportación periódica que DWP, la empresa de servicios públicos más grande de EEUU, realiza a Los Ángeles en concepto de impuestos, y es fundamental para la ciudad, que de no recibirlo tendría que recurrir a su fondo de reserva, según explicó la controller del ayuntamiento, Wendy Greuel.
La cifra que debe la energética no soluciona el elevado déficit presupuestario que soporta, de más de 200 millones de dólares, pero agrava la situación.
El origen del conflicto
El origen del conflicto se encuentra en la decisión del consejo municipal de no aprobar una subida en las tarifas eléctricas, lo que provocó un profundo malestar en DWP. De acuerdo con los directivos de la compañía, el incremento en los precios que solicitan, de entre 9% y 28%, es esencial para cubrir los costes derivados de su inversión en energías renovables exigida por el ayuntamiento.
Sin embargo, finalmente el alcalde, Antonio Villaraigosa, decidió aplicar otra serie de medidas de contención de gasto, como recortes en los servicios y días de descanso forzosos para los empleados públicos.
La maniobra de la compañía, con la que pretende presionar a las autoridades locales para que accedan a elevar las tarifas, ahonda la crisis fiscal de la ciudad y ya ha conseguido materializar su primera repercusión negativa.
El pasado miércoles, Moody's anunció un recorte en los ratings de bonos emitidos por Los Ángeles por valor 3.200 millones de dólares y hacía hincapié en la "continua erosión" de la capacidad de la ciudad de mantener su presupuesto en equilibrio.
Esto, sumado a la posibilidad de que tenga que hacer uso del fondo de reserva para afrontar sus pagos, sitúa su deuda en el punto de mira del resto de agencias de calificación crediticia.
La deuda de California podría pasar a 'basura'
