Economía

Los banqueros británicos se quedan sin bonus

Los tories pasan al ataque. Ante el repunte de los laboristas, aupados por su decisión de meter mano a los bonus bancarios, han decidido recuperar el terreno perdido proponiendo la creación de bancos populares. ¿Cómo? De momento, los conservadores prevén vender las acciones de Royal Bank of Scotland (RBS) y de Lloyds a los contribuyentes, a precios con significativos descuentos como si se tratara de un "bonus de un banco popular".

La idea que acaba de poner sobre la mesa el responsable de Economía de la oposición, George Osborne, dentro de un amplio vademécum de propuestas orientadas a sacar al Reino Unido del atolladero económico. La operación pondría en manos de los contribuyentes los 70.000 millones de libras (cerca de 80.000 millones de euros) con los que el Gobierno británico rescató a sus gigantes financieros y de los que ahora es copropietario.

¿Y por qué esta propuesta ahora? Con el horizonte de las elecciones británicas en el mes de mayo, los laboristas acaban de recibir un fuerte impulso en las encuestas durante esta semana ante el incesante goteo de directivos financieros que renuncian a sus bonus bancarios tras la fuerte oposición del Ejecutivo británico. El primero en dar el paso fue Barclays, RBS y Lloyds -las dos entidades que más ayudas han recibido hasta el momento en Reino Unido- le siguieron y a HSBC, a pesar de no haber recibido inyecciones estatales, los accionistas le impidieron que su directiva se aumentase un 36 por ciento el sueldo. Barclays fue la primera gran entidad en mostrarse sensible a la situación al anunciar a mediados de mes que ni el director ejecutivo, John Varley, ni el presidente Bod Diamond, ni el director de finanzas, Chris Lucas, cobrarán en efectivo sus bonus correspondientes en acciones. Eso sí, las irán percibiendo en forma de acciones para evitar una fuerte arremetida por parte del Ejecutivo de Gordon Brown.

Cuestión de sensibilidad

La decisión de Barclays se ciñe exclusivamente a una cuestión de sensibilidad, ya que cabe recordar que la entidad no recibió ningún tipo de ayuda estatal en el momento en el que más arreciaba la crisis financiera que azotó a los mercados internacionales.

Pero el hecho de que la dirección no vaya a cobrar un bonus por su gestión del año más duro de la crisis no supondrá que el resto del personal se quede sin primas. La entidad que preside Diamond, que ha logrado capear el temporal recurriendo al capital privado, anunciaba haber limitado a 2.700 millones de libras (3.051 millones de euros) las primas que pagará a su personal.

La dirección del banco sumaba así su segundo año consecutivo y metía una enorme presión a los dos grandes bancos "propiedad" del Estado británico, RBS y Lloyds... que terminaron por ceder.

Sin embargo, hizo falta un empujón por parte del ministro británico para la Empresa, Peter Mandelson que tuvo que "invitar" al consejero delegado del banco parcialmente nacionalizado, Stephen Hester, a tomar la decisión de renunciar a su prima.

El primer ejecutivo de RBS tenía previsto recibir un bonus de 1,6 millones de libras (1,8 millones de euros) pese a que el 84 por ciento está en manos del Reino Unido. Pero el Ejecutivo británico dijo no, sobre todo, después de que la entidad británica arrojara unas pérdidas de 6.200 millones de libras (cerca de 7.000 millones de euros) al cierre del ejercicio de 2009.

Hay que recordar, además, que el actual consejero delegado de la entidad británica fue nombrado a dedo por el Gobierno después de que acudiese al rescate del gigante bancario. Ese mismo gobierno que ahora le ha negado ese bonus, le ha puesto a la vez un caramelo de cara al futuro: "Si más adelante (Hester), le da la vuelta al banco y es merecedor de una recompensa, yo sería el primero en estar de acuerdo, pero no de momento?, sostenía el ministro de Empresa británico al "invitarle" a que renunciase a su bonus.

Pero Hester no parece conformarse. El consejero delegado, resignado a quedarse sin su bonus, negocia con el Gobierno el pago de una prima de 1.300 millones de libras (en torno a 1.470 millones de euros) para los responsables de la banca de inversión.

Tras los pasos de RBS


Si RBS tuvo que ceder, Lloyds -del que el Estado británico es propietario en un 40 por ciento- no podía hacer otra cosa.Tras la estela de sus homólogos, Eric Daniels renunciaba a su bonus de 2,3millones de libras (2,6 millones de euros).

Era el presidente de esa entidad seminacionalizada,Win Bischoff, el que agradecía públicamente la "significativa contribución" del consejero delegado de Lloyds para facilitar la recuperación del banco. Sin embargo, la prima de Daniels tan sólo es una gota en un oceáno de pérdidas que alcanzaron los 6.400 millones de libras (cerca de 7.200 millones de euros) al cierre del ejercicio de 2009.

La política comunicativa requiere un cuidada atención, y el presidente de la entidad británica recordaba que, "por segundo año consecutivo", el consejero delegado de Lloyds renunciaba a su prima. Sin embargo, no mencionaba en ese comunicado que Daniels continuará percibiendo un salario anual estimado de un millón de libras (1,12 millones de euros). "Daniels ha tomado esta decisión porque cree que los progresos que el grupo está obteniendo pueden verse empañados por el actual debate sobre los bonus que recibe la banca", justificaba el presidente del gigante bancario.

Pero a nadie se le escapa que esas declaraciones no se pueden desligar de un hecho objetivo: Lloyds fue uno de los bancos que más se beneficiaron de los planes de rescate de la banca británica efectuados por el Reino Unido.

El otro gran banco británico, el más global de los cuatro, vivió esta semana una curiosa situación. A pesar de no haber recibido ayuda estatal alguna, ni de haberse beneficiado de ninguno de los planes de rescate que se han puesto a disposición de la banca mundial, la dirección del HSBC se encontraba con una severa oposición de sus accionistas a cualquier tipo de mejora en la retribución.

En concreto, HSBC decidió consultar a sus accionistas sobre sus planes para subir el salario de su consejero delegado, Michael Geoghegan, hasta 1,4 millones de
libras esterlinas (1,6 millones de euros), aproximadamente un 36 por ciento más, así como para incrementar la retribución del director financiero del banco, Douglas Flint hasta 900.000 libras (1,02 millones de euros).

HSBC justificaba que la subida planeada tomaba en consideración los resultados del banco, que logró mantener la rentabilidad incluso durante la crisis financiera, así como el hecho de que la entidad no necesitó ayudas públicas para garantizar su viabilidad.

Otro de los argumentos con el que se presentaron ante los accionistas para justificar esa subida lo situaba en que se había congelado durante los dos últimos años los incrementos de salarios para sus ejecutivos, pero ni así...

¿Por qué? La respuesta de los accionistas fue una subida de esas características que contravenía las recomendaciones sobre las retribuciones en el sector ante la irritación de los ciudadanía y la clase política.

El salario como alternativa


Pero, al menos, al consejero delegado de HSBC no se le cercenaba el derecho a percibir una prima anual vinculada a los resultados del banco de hasta 4,3 millones de libras
(4,9 millones de euros), casi cuatro veces más que su salario.

Y es que esa es la vía de escape que están tomando la mayoría de los banqueros para mitigar la situación de quedarse compuestos y sin bonus. El jefe del RBS ha sido el primero en avanzar que una vez que el dinero que la entidad ha recibido sea devuelto a los contribuyentes, reclamará los 1,6 millones de libras (1,8millones de euros) que le corresponden en bonus.

Mientras en Reino Unido ven las barbas pelar, en Francia han puesto las suyas a remojar. Y ante la estricta regulación sobre bonus, la banca ha empezado a aumentar el salario fijo para compensar las menores primas, a dar compensaciones en acciones del banco o través de facilidades de créditos a los empleados. Medidas todas ellas orientadas a mitigar una polémica que la banca internacional comienza a burlar a través de sus propios resortes. A la vez se zanja un debate que ha dejado a los banqueros británicos sin las jugosos bonus, aunque eso sí, todo apunta a que tan sólo será... por el momento.

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