Economía

Los nuevos y pequeños reactores que revolucionarán el panorama nuclear

Más pequeños que el vagón de un tren y con un coste diez veces inferior. Así podrían ser los reactores nucleares de la próxima década, prototipos que el Gobierno de EEUU ya tiene sobre la mesa y que prometen revolucionar el actual debate nuclear y la reconfiguración de la actual industria atómica.

Según The Wall Street Journal, tres grandes eléctricas estadounidenses, Tennessee Valley Autority, First Energy Corp y Oglethorpe Power, firmaron el miércoles un acuerdo con Babcock & Wilcox, filial de McDermott International, por el que se comprometen a conseguir la aprobación del Gobierno para que el nuevo reactor pueda operar comercialmente en el país. Se trata de un primer paso sustancial para conseguir que el diseño del reactor obtenga la certificación de la Comisión Reguladora Nuclear de Estados Unidos.

Pese a que Babcock & Wilcox no promociona activamente el reactor fuera de Estados Unidos, la compañía cree en su potencial en países con redes eléctricas pequeñas. Pero para que esta tecnológía pueda exportarse se necesitarían permisos especiales.

El reactor más pequeño de Babcock & Wilcox genera entre 125 y 140 megavatios de electricidad, en torno a una décima parte de lo que produce uno grande.

Sin embargo, las empresas creen que estos reactores más pequeños y simples pueden ser fabricados con rapidez e instalados en decenas de emplazamientos nucleares existentes. También pueden ser la alternativa a las obsoletas plantas a carbón, en cuyas instalaciones podrían situarse los nuevos minireactores.

Las ventajas de los nuevos propotipos

"Vemos ventajas significativas en esta nueva tecnología modular", dice Donald Moul, subdirector del departamento de energía nuclear de First Energy, una eléctrica de Ohio. Los reactores más pequeños, no obstante, afrontan los mismos problemas que las centrales más grandes. Es decir, dónde depositar los residuos y los temores de la población ante los riesgos de accidente, amén de que su proliferación y diseminación geográfica los convertiría en posibles blancos terroristas.

Para las eléctricas, un reactor pequeño tiene varias ventajas, empezando por el precio. Además, mientras los grandes reactores se construyen in situ en un proceso que puede tardar hasta cinco años, los reactores más pequeños podrían fabricarse en las plantas de los productores para luego ser transportados en tren o buque de carga, lo que reduciría el tiempo de construcción a la mitad.

No hay que olvidar tampoco que dado que pueden enfriarse tanto con agua como con aire, los reactores pequeños no precisarían colocarse cerca de grandes fuentes de agua, que es otro de los problemas de sus hermanos mayores, que exigen millones de litros al día para su refrigeración. Y por último, los reactores pequeños almacenarán todos sus residuos en el mismo lugar durante la vida útil de cada uno, que se estima será de unos 60 años.

Con todo, como recuerda el diario estadounidense, el desarrollo nuclear avanza a paso de tortuga: la nueva generacón de grandes reactores no empezaría a funcionar hasta 2016 o 2017, según los cálculos más optimistas, y se espera que la primera solicitud de certificación para el diseño de un reactor pequeño de Babcock & Wilcox llegue en 2012. Así, las primeras unidades no arrancarían hasta después de 2018.

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