Manuel Ostos
Argel, 22 mar (EFECOM).- El banquero Rafik Khalifa, el hombre que en poco tiempo llegó a crear un imperio financiero, actualmente exiliado en Londres bajo la amenaza de ser extraditado, fue condenado hoy a cadena perpetua por un tribunal argelino.
El tribunal de Blida, donde tuvo lugar el proceso en el que estaban implicados 104 acusados, le declaró hoy culpable de una larga lista de delitos entre los que figura asociación de malhechores, robo, estafa y falsificación de documentos oficiales, condenándole a cadena perpetua.
Además de Khalifa, otros nueve de los 104 implicados en el que se considera el mayor delito financiero en toda la historia de Argelia, fueron juzgados en ausencia y condenados a penas de diez a veinte años de cárcel.
Entre los ausentes figuran el antiguo ministro de Industria, Abdenur Keraman; el ex gobernador del Banco Nacional de Argelia, Abdelhuabab Keraman, hermano del anterior, y una de sus sobrinas, Yasmina, que dirigía la compañía aérea de Khalifa.
La sentencia pone final a este insólito escándalo financiero, en el que las pérdidas de la Hacienda argelina han sido calculadas en más de mil millones de dólares, pero no despeja en su totalidad el misterio Khalifa.
Nadie ha explicado con exactitud y en todos sus detalles como este ex farmacéutico de 40 años, hijo de un antiguo dirigente de la revolución argelina, pudo abrir en 1998 el primer banco privado de Argelia con unos documentos preparados por un octogenario notario, Omar Rahal, condenado en este proceso a diez años de cárcel.
En menos de tres años, el "niño de oro", como se calificaba popularmente a Khalifa, fundó una compañía internacional de aviación, la Khalifa Airways, una sociedad inmobiliaria, otra de alquiler de automóviles de lujo y una cadena de televisión por satélite.
El imperio se sustentaba con los fondos del Banco, que ofrecía créditos superiores a los de las otras entidades bancarias, hasta un 10 por ciento, y atrajo así los depósitos de empresas, sindicatos y sociedades estatales, además de los ahorros de miles de personas corrientes.
Khalifa gastaba por doquier cifras monumentales en las fiestas que daba en su lujosa propiedad de la selecta ciudad francesa de Cannes, donde acogió mediante entrega de "sobres abultados" con divisas, según se dijo en el juicio, a todo un abanico de artistas, entre ellos la exhuberante canadiense Pamela Anderson, y el actor francés, Gerard Depardieu.
El grupo Khalifa llegó a tener 20.000 empleados, 30 aviones en régimen de alquiler y otros 7 de su propiedad, 200 automóviles de lujo y tres chalés en Francia.
También apadrinó al equipo francés de fútbol de primera división Olympique de Marseille, y regaló billetes de avión y decenas de tarjetas de crédito a amigos personales y personalidades del sistema político.
Todo ello hizo correr la voz de que detrás del imperio estaba una vasta operación de blanqueo de dinero en la que se encontraban implicados algunos poderosos generales del Ejército argelino.
A lo largo del proceso concluido esta mañana ese rumor no ha podido verificarse, de la misma forma que tampoco apareció la menor prueba de que la creación del grupo Khalifa obedeciera a una operación montada por círculos del propio régimen argelino.
Desde su exilio londinense, Khalifa asegura que ha sido víctima de una "venganza política" y acusa al presidente Abdelaziz Buteflika de haberla organizado para destruirle.
En declaraciones a la cadena de televisión qatarí "Al Yazira", dijo que dispone de pruebas de sus acusaciones y dio a entender que si llegó a fundar su imperio fue porque gozó de importantes protecciones.
El primer error que cometió, a juicio de sus compatriotas, fue la transferencia al extranjero de cuantiosas sumas en divisas, lo que hizo que la comisión nacional bancaria se interesara en las cuentas de su Banco.
En noviembre de 2002, la comisión tomó la decisión de prohibir las operaciones de comercio exterior del Banco Khalifa, y en febrero del año siguiente tres ejecutivos del grupo fueron detenidos en el aeropuerto de Argel cuando trataban de sacar fraudulentamente dos millones de euros.
A partir de esa fecha el imperio se fue derrumbando con la misma velocidad con la que fue construido. Los aviones en "leasing" tuvieron que ser devueltos a sus propietarios y el Banco y las demás empresas cerraron sus puertas.
"Yo cree mi grupo porque soy un hombre audaz al que acompañó la suerte", dijo Khalifa en una de sus entrevistas. Ahora sabe que si la Justicia británica le extradita le espera la cadena perpetua. EFECOM
mo/mdo
Relacionados
- Botín deja el consejo de Sovereign y le releva un hombre del grupo en EEUU
- Carlos Slim, el tercer hombre más rico del planeta, continúa en expansión
- Buffett y Slim amenazan hegemonía de Gates como hombre más rico del mundo
- Fernando Alonso: el hombre anuncio más caro del mundo
- Tres artistas y un solo hombre