MADRID, 18 (EUROPA PRESS)
Ernst & Young ha puesto en marcha en Madrid un laboratorio de tecnología forense que permitirá la obtención de pruebas digitales para el esclarecimiento de fraudes mediante la creación de una imagen forense de cualquier equipo informático, según informó hoy la empresa en un comunicado.
Las técnicas aplicadas por Ernst & Young permiten analizar las evidencias obtenidas, elaborar y ratificar los informes periciales de contenido tecnológico, rastrear las fugas de información confidencial, detectar fraudes en transacciones o recuperar de datos borrados, entre otros adelantos.
España carece de un marco regulatorio para la obtención de pruebas digitales que, en muchas ocasiones, hace necesario recurrir a expertos para garantizar la fiabilidad, exactitud y legalidad de las mismas.
El responsable del laboratorio de tecnología forense de Ernst & Young, Jesús Fernández, explicó que las pruebas digitales obtenidas "podrán ser presentadas ante cualquier incidente empresarial, ya sea un fraude, un soborno, una demanda financiera o un litigio laboral".
La tecnología aplicada por Ernst & Young permite recuperar la información que haya sido borrada, que no sea visible o que esté oculta entre grandes cantidades de información, con el objetivo de encontrar las evidencias que ayuden a resolver casos de fraude, fugas de información, compra ventas irregulares de compañías o sospechas de comportamientos desleales por parte de los trabajadores.
Además, la tecnología empleada por la firma permite rastrear y trazar las posibles fugas de información confidencial que se hayan producido desde los sistemas informáticos de una empresa y que, de llegar a terceras personas, podría crear una situación crítica para la compañía.
Otro de los servicios que permite desarrollar la tecnología forense de Ernst & Young es el análisis de las transacciones que se realizan en una compañía. En el contexto de operaciones corporativas, como fusiones y adquisiciones, escisiones o 'joint ventures' se pueden obtener imágenes forenses de la situación de los sistemas de información críticos de forma que pueda ser probado con posterioridad cualquier aspecto que resulte necesario en el contexto de la operación.