Son los nombres y apellidos de las principales noticias financieras y bursátiles de 2009. Sus palabras y sus actos, muchos de ellos sin precedentes en la historia, dejaron huella. Unos para bien y otros para mal, pero todos dieron forma al pasado ejercicio.
Parece que no son de este mundo. Que se trata de personajes que salen en la tele. Pero no. Tienen nombre y apellidos. Y son de carne y hueso. Banqueros centrales, empresarios, gestores, analistas... todos ellos son humanos. Lo que les distingue es la trascendencia de sus actos y palabras. Más que nada, porque tienen el poder de modificar aspectos como el consumo o la inversión. Y 12 de ellos otorgaron a 2009 la vitola de histórico.
A ello contribuyeron de manera especial los banqueros centrales, encabezados por el presidente de la Reserva Federal (Fed), Ben Bernanke; el del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet; y el del Banco de Inglaterra, Mervyn King. Todos ellos dejaron pequeño cualquier precedente para plantar cara a las turbulencias financieras y sus efectos en la economía real. Otro banquero central, Zhou Xiaochuan, que preside el de China, continuó haciendo caso omiso a las presiones y frenó la apreciación del yuan. Junto a ellos, Timothy Geithner, el secretario del Tesoro de EEUU, dejó un sabor agridulce: aunque la mayor economía del mundo vuelve a crecer, también acumula el mayor déficit público de la historia.
También brillaron Emilio Botín, presidente de Santander, y Francisco González, presidente de BBVA, por haber afianzado a sus respectivas entidades entre las más sólidas del mundo. Lo mismo ocurre con César Alierta, máximo dirigente de Telefónica. Otro presidente, el de Técnicas Reunidas, José Lladó, puede sacar pecho porque sus acciones fueron las que más subieron en 2009: un 117,9 por ciento.
Vikram Pandit, consejero delegado de Citi, ocupó un lugar destacado porque en marzo dio el pistoletazo de salida al ciclo alcista bursátil al anunciar que el banco volvía a ganar dinero. Warren Buffett, el oráculo de Omaha, protagonizó en noviembre la mayor adquisición de su historia: ofreció 44.000 millones de dólares para controlar por completo el operador ferroviario Burlington Northern Santa Fe.
Pero no todos los protagonistas pueden presumir por ello. El ejemplo más sonado es el de Bernard Madoff, el otrora afamado inversor que en junio fue condenado a 150 años de prisión por la mayor estafa de la historia.