El Índice de Precios al Consumo (IPC) español subió en febrero una décima respecto al mes anterior, lo que permitió a la tasa interanual mantenerse estable en el 2,4% y sorprender positivamente a los analistas. La inflación subyacente, en la que no se tiene en cuenta la energía y los alimentos frescos, ha vuelto a poner la nota negativa al aumentar más de lo previsto.
Los economistas preveían que los precios se encarecerían en el mes de febrero un 0,1% y que la tasa interanual del IPC repuntaría una décima hasta el 2,5%. Respecto a la inflación subyacente, se esperaba una subida mensual del 0,2%, tal y como ha ocurrido, y que la tasa anual permaneciera estable en el 2,7%, pero se ha elevado al 2,8%.
Es el segundo mes consecutivo de escalada para la inflación subyacente ya que en enero repuntó dos décimas. Los analistas atribuyen el alza al encarecimiento de los alimentos elaborados. José Luis Martínez, estratega de Citigroup, espera que la inflación subyacente se traslade al IPC general por lo que "en estos momentos es muy probable que estemos viendo el suelo de la inflación española, que tenderá a elevarse los próximos meses".
Otra vez las rebajas y los carburantes
El periodo de rebajas también se ha notado en febrero y ha sido uno de los factores que ha permitido el leve aumento mensual del IPC. En concreto, el precio del vestido y el calzado se abarató un 1,2%, según ha informado hoy el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Los alimentos y las bebidas no alcohólicas contribuyeron con una caída del 0,2%, que se produjo principalmente por la disminución de los precios de los pescados, crustáceos y moluscos, las carnes de ovino y de ave y los aceites.
El transporte, como ocurrió en el mes pasado, vuelve a colaborar para que la tasa interanual de la inflación se mantenga moderada. La mayor parte de este comportamiento es debido a la evolución de los precios de los carburantes y lubricantes, que este mes han registrado una subida menor que la de febrero de 2006.
Evolución del IPC
Fuente: INE
