
La crisis actual ha originado nuevas fórmulas que amenazan el libre mercado, aunque los expertos coinciden en que el cierre de fronteras es menor de lo previsto. Pero aún no ha acabado.
"Sálvese quien pueda". Los gobiernos, a lo largo y ancho del planeta, han vuelto a llevar a la práctica esta máxima, que define en esencia el proteccionismo, en el actual momento de crisis económica. Pero los tiempos han cambiado y las fórmulas para vivir "con lo nuestro y de lo nuestro" en momentos difíciles también son diferentes. De hecho, los expertos coinciden en felicitarse porque atrás quedó la política arancelaria de la Gran Depresión de 1929, que cerró muchas fronteras y llevó al bilateralismo en otros muchos casos. Insisten en que hemos aprendido esa lección.
Sin embargo, también comparten otra opinión, y es que siempre que hay una situación de depresión económica se originan nuevas "tretas y arbitrios para salvar los muebles de cada país", en palabras del catedrático de Economía y Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales, Juan Velarde. Con la crisis actual, los ataques al libre mercado se han generalizado en todo el mundo, con un importante matiz: la mayoría de las medidas proteccionistas adoptadas se han hecho efectivas de forma "encubierta e indirecta". Se trata de no llamar la atención y de salvaguardarse ante varios frentes.
El primero: el resto de Estados, ya que "el incremento del proteccionismo en un país conlleva un aumento de esta tendencia en el resto", recuerda Velarde. El segundo agente ante el que los Estados intentan disimular son los propios
ciudadanos. La opinión pública no lleva bien, en general, la protección de determinadas empresas con unos ingresos tributarios que podrían ir destinados a fines de carácter social o a rebajas fiscales.
Además, los gobiernos diseñan nuevas estrategias proteccionistas que les libren de ser directamente señalados con el dedo por saltarse las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC) o de un mercado único como la Unión Europea. "Pese a aumentar algunos aranceles, los Ejecutivos, en líneas generales, no han pasado los límites fijados por la OMC", defiende Ian Vasquez, director del Centro para la Libertad y la Prosperidad Global del Cato Institute.
Sin embargo, a este respecto, los expertos no pasan por alto la actuación de organismos internacionales como el G-20 que, en las reuniones celebradas desde que se originó la crisis, dan voz a los líderes de las grandes potencias defendiendo un libre mercado del que se olvidan, a veces, cuando dejan el foro internacional para regresar a la realidad interna de sus países y a la defensa de sus beneficios. Además, cuestionan la paralización de la Ronda de Doha, el acuerdo para liberalizar el comercio mundial.