Economía

Frida Giannini: "Obama puede cambiar el mundo, pero yo no"

Con una meteórica carrera a sus espaldas, Giannini ocupa uno de los puestos de mayor responsabilidad dentro de la firma Gucci. La italiana gestiona los 2.200 millones de euros anuales de la exclusiva firma de moda, a la que además ha embarcado en ambiciosos proyectos solidarios gracias a su colaboración con Unicef.

Giannini concede este sábado una entrevista al suplemento Yo Dona de El Mundo, en la que reconoce sentirse "orgullosa de su carrera". "Dirigir una línea de accesorios ya fue un logro increíble. Nunca hubiera imaginado alcanzar semejante cargo en tan poco tiempo", reconoce.

La crisis les afecta, pero menos que a otras firmas

La romana admite que la crisis ha afectado a su empresa, pero por ello se centra en crear "iniciativas para atraer a la gente y reactivar el consumo", como "actualizar la publicidad, promover la venta vía internet y aplicar nuevas estrategias" como la difusión por Facebook.

Sin embargo, cree que las clases altas han cambiado en menor medida sus formas de consumo ante esta situación de recesión económica, e incluso, "han aumentado su afán de lujo". "Lo más caro se vende hoy aún mejor", sentencia Giannini, por lo que firmas como Gucci, especializadas en productos de alto nivel, sufrirían menos esta crisis.

Además, considera que la proliferación de firmas de moda a precios más asequibles "es una realidad distinta" a la de Gucci. "Me parece un fenómeno muy democrático y abierto", proclama, aunque al mismo tiempo deja patente su queja por la aparición en estas marcas de diseños que considera "copias" de los suyos.

Los proyectos de Gucci en el Tercer Mundo

En cuanto a sus proyectos solidarios, Giannini se muestra orgullosa de su colaboración con Unicef. "Nuestras 280 tiendas en el mundo son una oportunidad potencial para enviar un mensaje solidario y recaudar fondos, que sabemos positivamente que van directos a la causa", afirma. Además, la italiana es plenamente consciente de la realidad del Tercer Mundo, al que hay que ayudar porque "no saben estructurar un trabajo organizado, ni siquiera en la agricultura".

Al ser cuestionada sobre sus posibilidades de cambiar el mundo, la empresaria es realista. "Probablemente Obama sí pueda cambiarlo, pero yo no", admite. Sin embargo, pide a los Gobiernos que se fijen en las iniciativas de Gucci y "tomen nota de lo que deben hacer en lugar de recortar sus fondos de ayuda".

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