
El Índice de Precios al Consumo (IPC) de Estados Unidos subió en noviembre un 0,4% respecto al mes anterior, impulsado por el encarecimiento de la energía. La tasa interanual pasó de registrar un descenso del 0,2% en octubre a subir un 1,8%. Los datos están en línea con las previsiones de los analistas.
La subida mensual de los precios de noviembre supera en una décima el incremento registrado en el mes de octubre, cuando el IPC aumentó un 0,3%.
Este incremento de la inflación se debe principalmente a un aumento del 4,1% en el sector energético. En concreto, los precios de la gasolina crecieron de forma brusca en noviembre (+6,4%) lo que, unido a un repunte de los índices de la electricidad, fuel oil y el gas natural, contribuyó a que noviembre registre el cuarto aumento consecutivo en el índice de la energía y el mayor aumento desde el mes agosto.
"La inflación no es un problema y no esperamos que lo llegue a ser en algún tiempo", comenta Brian Bethune, economista jefe de IHS Global Insight. "Los riesgos de deflación han disminuido considerablemente", añade.
Los analistas apuestan por que la recuperación económica traerá una fuerte inflación en alimentos básicos, según muestra un reciente sondeo de Bloomberg. La caída de la producción en materias primas como el arroz, el azúcar o la leche, sumadas a la demanda creciente de algunas de ellas, van a provocar que su precio en 2010 se encarezca notablemente.
Precios sin energía
La inflación subyacente, que no tiene en cuenta los precios de los alimentos y la energía, se mantuvo estable en el mes, frente al alza del 0,1% esperada. La tasa interanual permaneció en el 1,7%, cuando el mercado había previsto un 1,8%.
"La tasa subyacente moderada mantendrá en su lugar la política expansiva de la Fed", afirmó Michael Pond, estratega de Barclays Capital.
Pero no todo el mercado cree que los precios se mantendrán bajo control los próximos meses. Las hermanas Mary Anne y Pamela Aden, viejas conocidas de los seguidores de Bolságora y unas de las analistas más prestigiosas del mundo de los newsletters de inversión, alertan de que el próximo año se nos puede venir encima una auténtica explosión inflacionista que sería maravillosa para invertir en materias primas pero desastrosa para los que tengan deuda pública en sus carteras.