
Sólo 100.000 millones de dólares de los 787.000 millones que destinó el Gobierno estadounidense al plan de estímulo económico (TARP) se han utilizado hasta el momento. En breve, se sumarán otros 90.000 millones en forma de reducciones de impuestos. Así, alrededor de tres cuartas partes del paquete de estímulos aún están por gastar.
Sin embargo, aunque parezca que se está tardando mucho en utilizar los fondos, en realidad el ritmo está en línea con las estimaciones de la Oficina de Presupuestos del Congreso (CBO). Lo que sí es cierto es que gran parte de lo que ya se ha gastado no ha tenido el impacto que debería, según el último informe de la CBO, porque "parece que los fondos de estímulo se han utilizado en algunos casos para cubrir gastos habituales".
Pese a las limitaciones, la Oficina estima que entre 600.000 y 1,6 millones de personas consiguieron empleo en el tercer trimestre, y que esto no hubiera sido posible sin el plan de estímulo.
Así, calculan que el paquete ha contribuido a elevar el PIB del país entre un 1,2 y un 1,3%, y a recortar el desempleo entre un 0,3 y un 0,9%, señala el blog The Huffington Post.
El largo camino del plan
La mayor parte de las veces, cada vez que se habla desde Washington del plan de estímulo se hace como si se hubieran agotado los 787.000 millones en la primera noche, y con sorpresa y alarmismo porque la economía no haya respondido a semejante inyección. Sin embargo, aún queda un largo camino por delante.
En el Congreso, los demócratas han estado asediados por las críticas. Tanto, que incluso cuando han aumentado el gasto han tratado de no ponerle el nombre de estímulo, señalando que eran fondos para frenar el paro. Sin embargo, el descontento en la Cámara es palpable, ya que muchos consideran que la creación de empleos está siendo muy modesta, según el HuffPost.
La CBO considera que su estimación de 600.000 a 1,6 millones de trabajos generados es bastante ajustada. Pero esta cifra podría ser irreal: no tiene en cuenta que la economía aún no ha recibido todo el dinero en concepto de estímulos, pero tampoco que los empresarios siguen eliminando puestos de trabajo a un ritmo muy alto.