Economía

Los reyes del ladrillo, del cielo al olvido

Que la crisis inmobiliaria ha causado estragos no es ningún secreto. Las empresas del sector, otrora grandes productoras de beneficios, se ven ahora inmersas en complicadas situaciones, con deudas difíciles de afrontar. Y sus principales dirigentes, aquellos que fuesen grandes protagonistas del éxito empresarial, sufren ahora para reflotar sus compañías.

El diario El País repasa hoy algunas de las situaciones más delicadas que se están viviendo en nuestra economía. Son los problemas de empresarios en apuros, como Fernando Martín.

El que fuese presidente del Real Madrid impulsó a la empresa Martinsa (en origen, una compañía familiar) hasta fusionarla con otra grande del sector, la gallega Fadesa, para lograr conjuntar una de las grandes constructoras de Europa. La mala gestión desencadenó una deuda de 5.200 millones y provocó el mayor concurso de acreedores de la historia en nuestro país. Y la actual situación de suspensión de pagos no parece tener fin a corto plazo.

Igualmente drástica fue la situación vivida en Metrovacesa. El promotor catalán Román Sanahuja se hizo con el control de la compañía y emprendió grandes proyectos en Inglaterra y Alemania... que terminaron en fracaso. El resultado, más de 800 millones de deuda y la pérdida de la empresa a manos de los bancos.

Delicada situación viven también en Global Consulting y Reyal Urbis. En la primera, el empresario manchego Domingo Díaz de Mera afrontó un 'macroproyecto' urbano en torno al aeropuerto de Ciudad Real, que tuvo una amplia financiación por parte de Caja Castilla La Mancha... cuyos nulos resultados han provocado, entre otras situaciones turbulentas, el embargo de 172.000 euros por parte de la Agencia Tributaria. Y en Reyal Urbis, la excesiva dependencia de la venta de viviendas ha llevado a la empresa de Rafael Santamaría a un endeudamiento de 5.000 millones de euros, aunque hasta ahora, sostenido por el apoyo de los bancos (aunque el Santander empieza a perder la paciencia y Banesto lleva similar camino...).

Mejor camino parece llevar la recuperación de Nozar. Su propietario Luis Nozaleda afronta el concurso de acreedores con medidas como la aportación de dinero procedente de la venta de sus recursos familiares, algo que ha provocado tensiones en el seno de su familia, pero que podría ser eficaz en la solución de la situación.

Justo lo contrario de lo vivido en Colonial, donde su dueño Luis Portillo vivió la faceta más efímera del éxito empresarial. La suya es quizá la historia más representativa de lo que ha vivido el sector en nuestro país: el crecimiento inmediato y la explosión de la burbuja, que provocó un fugaz retorno hacia la austeridad más absoluta. Claro paradigma de que las reglas están cambiando. Y si alguien pretende entrar en el sector, que tome nota.

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