
Las próximas elecciones presidenciales en EEUU se presentan de lo más calientes con una mujer, un hombre de color y un hispano como aspirantes a dirigir la primera potencia del mundo. Pero además, las elecciones de 2008 se perfilan ya como las más caras de la historia.
Lo demuestra el hecho de que el Fondo Público para la Campaña Presidencial -ese del que todos los candidatos pueden echar mano de cara a la carrera por mudarse a la Casa Blanca- se queda corto.
Varios estudios calculan que los dos contrincantes finales gastarán alrededor de 500 millones de dólares, mientras que las previsiones apuntan a que dicho fondo conseguirá acumular cerca de 200 millones de dólares a finales de 2007.
Una cifra que se ahorra gracias a los tres dólares de los impuestos de cada estadounidense que se destinan a estos menesteres.
Como mínimo: 100 millones
Ser candidato a presidente es todo un negocio. Para ser tomado en serio, se deben recaudar al menos 100 millones de dólares, cantidad que se ha impuesto como cuota mínima de entrada en el circuito.
Esta cifra se ha triplicado respecto a la última carrera presidencial y ha demostrado que tanto Hillary Clinton, Barack Obama, John Edwards, John McCain, Rudolph Giuliani como el republicano Mitt Romney, un empresario que esta misma semana hacía pública su candidatura, son verdaderas máquinas de hacer dinero.
En el instante en que la esposa del ex presidente Bill Clinton y senadora por Nueva York confirmó su "estoy dentro", todas las miradas se centraron en su abultada cartera. Y no es para menos ya que, le pese a quien le pese, Hillary Clinton se sitúa entre los candidatos más boyantes con más de 75 millones de dólares en cartera y la posibilidad de superar con creces los 500 millones de recaudación para las primarias y las generales. Superaría así en un 50 por ciento el récord marcado por George Bush durante las pasadas elecciones de 2004.
Además, esta mujer ha demostrado su buen arte con las cuentas después de recaudar más de 50 millones de dólares para su desfile por el Senado estadounidense, uno de los mayores de la historia. Aún así, hay quien asegura que el popular Obama no tardará en alcanzar las cifras de su oponente.
Coste total
Con un coste total que podría aproximarse a los 1.000 millones de dólares, un 20 por ciento más que en 2004, las presidenciales de 2008 tienen como filón una nueva herramienta, Internet. Gracias a sus páginas online, los candidatos podrán recaudar fondos de una forma barata y asequible.
Pero en el espectáculo electoral estadounidense, la mejor forma de sumar fajos de billetes es visitando cada uno de los 50 estados del país y, en especial, la soleada California, considerada por los candidatos un verdadero cajero automático. El Estado dorado, el más grande de la nación, es el Santo Grial para pasar airoso de las primarias a las generales.
Por eso, esta semana Giuliani se reunía allí con empresarios en busca de financiación, y ayer el ex senador Edwards estaba presente en una cena de lujo, donde el cubierto costaba entre 500 y 2.500 dólares.