Paloma Caballero
Pekín, 10 feb (EFECOM).- El presidente chino, Hu Jintao, regresa este fin de semana a Pekín tras una gira de 12 días por ocho países considerados representativos de África en los que si anunció ayudas se vio obligado a rechazar críticas de que China se beneficie de trato comercial desigual.
Una y otra vez y en diferentes escenarios repitió a sus interlocutores la acuñada frase: "relaciones de beneficio mutuo" en un comercio que se triplicó en un lustro.
Su salida de las islas Seychelles hacia Pekín puso broche hoy a la tercera visita que efectúa al continente desde que asumió el poder en 2003 y que fue precedida por numerosas giras de ministros y altos funcionarios.
El máximo líder chino también aprovechó para divulgar el "crecimiento pacífico" del gigante asiático y manifestar que China no tendrá actitud "neocolonialista" con sus socios africanos.
En un intento de contrarrestrar críticas de antiguas potencias coloniales en el continente, desde que inició en Camerún el 30 de enero su viaje, dejó claro que anunciaría la cancelación de deudas de 33 países para impulsar su desarrollo.
Después, en cada etapa, Hu detalló préstamos y ayudas para impulsar intercambios que en 2006, según cifras oficiales chinas, alcanzaron los 55.500 millones de dólares, y que convirtieron a China en el tercer socio comercial de África, reemplazando al Reino Unido tras EEUU y Francia.
El mayor socio comercial de Pekín en el continente es Suráfrica, con importaciones por 240 millones de dólares en 2006 que elevaron en 2006 el déficit comercial surafricano a 400 millones de dólares, frente a 24 millones de dólares en 1992.
Cuando se encontraba allí, Hu llegó a decir que China no hará nada que dañe los intereses de África y sus pueblos porque, dijo, está contra cualquier forma de colonialismo.
El presidente Thabo Mbeki se convirtió en su abogado al expresar su convencimiento de que China no reproducirá anteriores relaciones económicas coloniales.
"China y África tienen una amplia base común y tradición de cooperación en grandes asuntos internacionales", afirmó Mbeki.
Las críticas proceden de quienes consideran que China se asegura contratos en África para explotar los recursos naturales en su propio beneficio y para alimentar su rápido desarrollo.
La mayor parte de las inversiones chinas en el continente son de empresas estatatales en proyectos que van desde infraestructuras como estadios deportivos, carreteras, palacios presidenciales o escuelas y puentes a exploración petrolera, refinación de crudo, minas, pesca, maderas preciosas y telecomunicaciones.
Muchos Gobiernos africanos celebran la cooperación con Pekín, pero algunos analistas les advierten que deberían proteger sus sectores manufactureros y fuerza laboral frente a las baratas importaciones chinas y mano de obra que las empresas chinas llevan siempre en sus inversiones.
Antes de viajar a las islas Sheychelles, la última etapa de su viaje, en Mozambique Hu abordó también la posibilidad de negocios con países de habla portuguesa del sur de Africa como Angola, Cabo Verde, Santo Tomé y Príncipe (aliado de Taiwan) y Guinea Bissau.
Pero, si los negocios de China interesan, también comienzan a inquietar en el continente, como se demostró en Zambia, la etapa más difícil y donde se anularon las visitas a provincias, incluída una a la mina de cobre de Chambishi, para la que sin embargo Hu prometió inversiones de 800 millones de dólares.
A últimos de enero, obreros de la fábrica textil de Mulungushi, de capital chino y la mayor del país, protestaron ante la embajada china en Lusaka por el desempleo temporal de 700 personas, los salarios bajos y las malas condiciones de trabajo.
El principal partido de la oposición, el Frente Patriótico, se negó a reunirse con Hu y al parecer excluyó dle mismo a la alcaldesa de Lusaka, Suzan Nakazwe, que acudió al aeropuerto a recibirle.
En Sudán, que vende el 80 por ciento de su producción de petróleo a China y cuyo Gobierno tiene el apoyo chino en el conflicto de Darfur, al abstenerse en las sanciones del Consejo de Seguridad, Hu dijo confiar en que las partes enfrentadas trabajen en la aplicación del proyecto ONU-Unión Africana.
Los dirigentes chinos son muy bien acogidos por las élites africanas instaladas en el poder ya que la cooperación e inversiones que ofrecen no están condicionadas al cumplimiento de la transparencia, derechos humanos o democracia.
El principio que China cumple a rajatabla de "no injerencia en los asuntos internos" y el de "respeto a la soberanía de los Estados" parece encontrarse detrás de la calurosa bienvenida general. EFECOM
pc/txr
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