El presidente de la FSA, lord Adair Turner, ha expresado su apoyo a un nuevo impuesto a la banca con el que evitar el pago de primas excesivas en el sector. En declaraciones que publica la revista Prospect, el presidente de la Autoridad de Servicios Financieros (FSA), calificó de "socialmente inútiles" muchas de las actividades desarrolladas por la banca.
Su propuesta de aplicar un impuesto a los millones de transacciones que tienen lugar en la City serviría para reducir los ingresos de la banca y dejaría menos dinero disponible para el pago de primas millonarias, según explicó.
Según lord Turner, esta medida sería "una buena y sensata" fuente de ingresos con los que financiar bienes y servicios de utilidad social.
Hace unas semanas, el regulador de los mercados financieros británicos anunció que a partir del próximo enero se pondrán en marcha nuevas normas por las que se exigirá repartir en tres años el apgo de los bonus, además de limitar a un año las garantía de su conseción en los contratos.
Una City demasiado grande
El presidente de la FSA ha sido criticado en el pasado por su postura considerada excesivamente condescendiente con las pagas excesivas a los banqueros y el organismo que preside corre peligro de perder muchas de sus actuales funciones si llegan al poder los conservadores, según se espera, el próximo año.
Turner añadió que la promoción de Londres como centro financiero global ha dejado de ser uno de sus objetivos prioritarios. "La cuestión fundamental es la de si el nivel alcanzado por las pagas en los servicios financieros es consecuencia de una hipertrofia de ese sector derivada a su vez de una desregulación excesivamente simplista", señaló.
"No es algo en lo que se hayan fijado ninguno de los políticos, pero creo que es un asunto importante de legítimo interés público", agregó lord Turner, quien opina que la City ha crecido "por encima de un tamaño razonable".
El presidente de la FSA rechazó, sin embargo, el plan propuesto por los conservadores de llevar a cabo una investigación de las eventuales prácticas anticompetitivas de los bancos porque no serviría para hacer frente a las transacciones financieras globales. Lord Turner también se opone a la idea de los liberales demócratas de separar las actividades de banca minorista de las de inversión, que encierran un riesgo mucho mayor.