Empresas y finanzas

Reino Unido acotará los 'bonus' de la banca y exigirá su cobro a plazos

  • Los bancos deberán justificar en octubre las primas entregadas a sus ejecutivos
El primer ministro británico, Gordon Brown. Foto: Archivo

Vuelta de tuerca del Gobierno de Gordon Brown. El regulador financiero británico sorprendió ayer al incluir en el código retributivo para el sector financiero la apuesta por dividir a lo largo de un trienio el reparto de los polémicos bonus a los altos ejecutivos y limitar a un año las garantías de su concesión en los contratos.

Donde la City esperaba una rebaja en las severas recomendaciones apuntadas en el borrador publicado en marzo, la Autoridad de Servicios Financieros (FSA, en sus siglas en inglés) mantuvo el pulso firme con unas propuestas que, no obstante, podrían afectar a la competitividad del sector si no son seguidas por Estados Unidos o la Unión Europea.

Los grandes bancos habían presionado para suavizar el alcance del código y el propio responsable de la FSA, Hector Sands, reconoció que la estrategia no funcionará si sólo se aplica en Reino Unido. Sin embargo, ha decidido seguir adelante con un programa que aspira a reducir los estímulos económicos por la asunción de riesgos y vincular las recompensas a objetivos a largo plazo.

Los bancos deberán presentar en octubre un informe detallado sobre las remuneraciones y especificar qué incentivos se impulsaron para lograr beneficios. Los que demuestren no cumplir con la guía, podrían ser obligados a ampliar las reservas económicas para garantizar la estabilidad del sistema.

Sanciones

Una alternativa que tampoco eximirá de posibles multas, a pesar de que los notables resultados cosechados por las divisiones financieras en el primer semestre revelan la dependencia de lo que los expertos han dado en denominar la cultura casino. La máxima "los bonus han vuelto" se ha instalado en la City amparada por las cúpulas directivas, que se aferran a ella como única garantía de mantener a los mejores en sus plantillas.

En consecuencia, la decisión adoptada ayer por el organismo regulador británico podría generar a una recolocación masiva fuera de las islas británicas. Los bancos consideran que su puesta en práctica del código a partir de enero de 2010 amenaza la posición de Londres como centro financiero de referencia mundial.

El propio Hector Sands había llegado a rebajar las expectativas ante las coacciones ejercidas y la asunción de los daños que una apuesta en solitario podría generar para Reino Unido. Sin embargo, la tesis de la sostenibilidad a largo plazo acabó imponiéndose en una guía que contiene ocho principios fundamentales.

La base común defiende la "determinación" del regulador británico de los mercados por garantizar una "remuneración consecuente" con el riesgo. El beneficio a largo plazo pasa a ser el lema de partida y, para ello, los bonus a los quese imputa el origen de la peor crisis financiera desde la Gran Depresión sólo podrán ser garantizados por doce meses y dos tercios de los de los altos ejecutivos se repartirán a lo largo de tres años.

Entre tanto, esta misma semana conocíamos iniciativas como la del Lloyds, que acaba de poner en marcha una ampliación de capital para liberarse del control estatal presente en su capital.

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