
Si en junio el comercio minorista frenó su caída, las rebajas también han supuesto un balón de oxígeno para la temporada de verano. A poco de llegar a su ecuador, son muchos los clientes que se preguntan qué ha sido de las chanclas playeras y las camisetas de tirantes cuando acuden a los estantes de los principales distribuidores: queda más de media campaña y los stocks ya están escaseando.
Los descuentos a la desesperada parecen estar cumpliendo su cometido. A estas alturas, la mayor parte de los establecimientos han agotado sus existencias con rebajas que en muchos casos han alcanzado el 70%, un comportamiento impensable hace tan sólo pocos meses.
Según ha avanzado a este periódico el secretario general de la Confederación Española de Comercio (CEC), Miguel Ángel Fraile, la temporada estival está en línea con las expectativas más optimistas. "Antes de empezar, esperábamos una caída de la facturación de hasta el 10%. Ahora sabemos que sólo descenderá entre el 2 y el 5%", asegura Fraile.
El comienzo de estas rebajas, que representan para el comerciante cerca del 20% de la facturación total de todo el año, no pudo ser más desalentador. Desde la CEC se alertaba de que durante el primer fin de semana de julio los descuentos habían pasado desapercibidos para el común de los mortales. Pero el ánimo del consumidor medio parece haber cambiado con la entrada del verano y los comerciantes ya respiran algo más tranquilos gracias a este repunte.
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