Las aguas del diálogo social bajan turbulentas. El Gobierno de Jose Luis Rodríguez Zapatero furioso, probablemente, por no haber logrado la foto del acuerdo tras la cena celebrada el miércoles en el Palacio de la Moncloa, se despachó anoche contra la CEOE.
En un durísimo comunicado acusa al presidente de esta organización, Gerardo Díaz Ferrán, de ser "incapaz de explicar las razones por las que no aceptaba el documento que sí habían consensuado ya sindicatos y Gobierno".
Profundo malestar
Además, le acusa de que se comprometió a envíar un documento alternativo antes de las doce de la mañana de ayer, mientras que éste llegó a la siete de la tarde. El texto termina con la convocatoria de una reunión para la tarde de hoy, después de volver a utilizar el repetido estribillo de que la CEOE "no sólo busca un despido más barato, sino un despido libre".
"Lo que realmente ha causado un profundo malestar en el Gobierno es el contenido de la propuesta, que no sólo no respeta las líneas rojas en las que se basaba todo el proceso de diálogo, sino que por ejemplo, exige que los trabajadores no tengan posibilidad de defensa jurídica en caso de despido", señala el texto remitido por el Ministerio de Trabajo.
Los sindicatos CCOO y UGT anunciaron inmediatamente el envío de otro comunicado para reforzar la versión ofrecida por el Gobierno. Una vez más, la alianza entre sindicatos y Ejecutivo funcionó a la perfección para arrinconar a los empresarios.
La cena frustrada
En la cena celebrada el pasado miércoles, el presidente de la patronal CEOE explicó que no estaba dispuesto a firmar un documento que no recogiera ni una sola demanda de las exigidas por los empresarios para facilitar el desarrollo o la mera supervivencia de sus negocios.
Moncloa recibía a los agentes sociales hacia las nueve de la noche, en lo que iba a ser una velada llena de discusión. A ella se suponía que acudirían sólo "los grandes", según señalaron a elEconomista fuentes próximas a la negociación: el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, el presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, el secretario general de UGT, Cándido Méndez, y su homólogo de Comisiones Obreras, Ignacio Fernández Toxo.
Sin embargo, Zapatero se presentó con sus propios refuerzos para que le ayudaran en el que podía ser uno de sus últimos enfrentamientos de la negociación en julio. El batallón gubernamental se constituía por la vicepresidenta económica, Elena Salgado; el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho; y el director su propio Gabinete, José Enrique Serrano. A los invitados se sumó también el presidente de Cepyme, Jesús Bárcenas.
La intención de los presentes se descubrió rápido. Los miembros del Gobierno y de las fuerzas sindicales se centraron en un solo objetivo: salvar el acuerdo ya. Pero no lo consiguieron. La negociación quedaría emplazada hasta ayer, cuando Díaz Ferrán envió una nueva propuesta que recoge sus mínimas exigencias para firmar la paz social. En el documento, al que ha tenido acceso el Economista, se muestra la estrategia de los empresarios en la negociación: mantenerle el pulso al Gobierno hasta el último momento.
Empresas más competitivas
La introducción del documento advierte al Ejecutivo que con el contenido actual no existe la posibilidad de que un acuerdo inmediato sea tangible. Esto no significa que la patronal cierre la puerta a firmar un compromiso en julio. Según se incluye en el documento, la CEOE estima conveniente "respaldar, en este momento, las medidas necesarias que se tomen para hacer más competitivas a corto plazo nuestras empresas y que deriven, por tanto, en una reducción de costes".
No obstante, aunque la patronal se muestre sensible a firmar ya un acuerdo que beneficie a las empresas, aplaza hasta el próximo 1 de septiembre el inicio de las negociaciones para tratar reformas estructurales.
En esta segunda fase, a partir de septiembre, la CEOE quiere que entren a formar parte del debate entre los agentes sociales todas las exigencias que no ha podido introducir en la primera fase del diálogo social, celebrada de mayo a julio.
Ante la posibilidad de no llegar a un acuerdo en este mes, el ministro de Trabajo anunció ayer por la mañana que si no lo hay tomará las medidas necesarias.
Nuevo documento de la CEOE
Una de las medidas, que incluye este documento y que ha sido uno de los ejes de la negociación, es el recorte de las cotizaciones empresariales. La CEOE en su nueva propuesta no exige ninguna reducción de cuotas sociales de forma concreta, sino que intenta explicar al Gobierno cómo financiar la rebaja de cotizaciones.
Los empresarios explican que si se concluye la separación efectiva de fuentes de la Seguridad Social se pasa a cargo de los Presupuestos los complementos a mínimos de las pensiones y se recupera el excedente de las Mutuas y el del Fondo de Garantía Salarial se recuperaría un total de 15.302,89 millones de euros.
Por tanto, el documento explica que las cuentas de la Seguridad Social tiene la suficiente capacidad para financiar una rebaja de cinco puntos. Un punto de vista con el que no están de acuerdo ni sindicatos ni Gobierno. En medios económicos ha extrañado la dureza de la respuesta oficial hecha pública anoche.