Economía

El negocio de los 'Grand Slam': más de 1.600 millones de euros cada año

  • Sólo cuatro torneos, Open de Australia, Roland Garros, Wimbledon y US Open, reparten entre los deportistas más de 235 millones de euros en premios
Jannik Sinner en la final de Wimbledon 2025. Reuters.
 

Especial Deportes

 

Hace apenas dos semanas Jannik Sinner se proclamaba campeón de Wimbledon, mientras que Iga Swiatek hacía lo propio en el cuadro femenino. Un torneo que no sólo es especial por ser el más antiguo del mundo (se celebra en Londres desde 1877) sino por formar parte de los llamados Grand Slam.

En total, son cuatro las competiciones consideradas las más importantes del calendario: Open de Australia, Roland Garros, Wimbledon y US Open. Históricamente, su relevancia se ha debido a que son las que más puntos reparten a lo largo del año para las clasificaciones de la ATP (la Asociación de Tenistas Profesionales) y la WTA (la Asociación de Tenis Femenino).

No obstante, su prestigio se ha visto reforzado por su impacto económico y los premios que distribuyen. En total, este ecosistema factura más de 1.640 millones de euros al año, según los datos recopilados por Intelligence 2P. Precisamente, el último Grand Slam que queda por disputarse este año, el US Open, es el que más relevancia tiene a nivel económico. Desde el 24 de agosto hasta el 7 de septiembre, Nueva York acogerá la que será su edición número 145.

A este respecto, según la Federación Estadounidense de Tenis (USTA), este evento genera más de 500 millones de dólares. Como recoge un estudio del Sport Management Research Institute, esta cifra supone un impulso financiero mayor para Nueva York que los equipos de béisbol Yankees y Mets juntos. Además, según este mismo estudio, el US Open genera el 3% de todos los ingresos por turismo, crea 11.000 empleos y atrae una avalancha de visitantes, ya que el 47% de los asistentes son foráneos.

En el caso concreto de los deportistas, aún se desconocen los premios de este año, pero en 2024 se abonaron 75 millones de dólares (64 millones de euros): destacan los 3,6 millones para el ganador y ganadora, 1,8 millones para los finalistas, 1 millón de dólares para los semifinalistas y 530.000 dólares para los jugadores y jugadoras que alcancen los cuartos de final. A este respecto, el US Open fue el primer Grand Slam en equiparar los premios para hombres y mujeres, en 1973.

Crecen los premios

Precisamente, la dotación que reciben los y las tenistas ha sido motivo de polémica. A principios de abril los 20 mejores jugadores del mundo firmaron una carta (según publicó L'Équipe) para pedir un incremento en los premios en metálico de los Grand Slam. La demanda es que la distribución del dinero sea más equitativa siguiendo el ejemplo de otras industrias como la NBA, que garantiza a los jugadores recibir el 50% de los ingresos generados.

En este sentido, los cuatro grandes torneos reparten, de forma conjunta, más de 235 millones de euros en premios, un 15,5% de lo facturado en total. Así, estos jugadores y jugadoras que denuncian la situación creen que siendo los protagonistas de estos eventos no están valorados como merecen.

Parece que la petición de aumentar el metálico surtió efecto en Roland Garros y Wimbledon. En este último caso, se ha anunciado un importante incremento en los premios. Jannik Sinner e Iga Swiatek, como flamantes ganadores, se han llevado, en cada caso, 3 millones de libras (3,5 millones de euros). Se trata de la cifra más elevada para un solo premio de los cuatro grandes torneos. Los finalistas (Carlos Alcaraz y Amanda Anisimova) han recibido, por su parte, 1,5 millones de libras, mientras que los semifinalistas se han embolsado 775.000 libras. En total, se han repartido 53,5 millones de libras (62 millones de euros), un 7% más que el año pasado.

Iga Swiatek ha sido la ganadora de Wimbledon en 2025. Europa Press.

Es el segundo torneo de tenis que más factura en el circuito, sólo por detrás del US Open. Con unos ingresos de 380 millones de libras (440 millones de euros), se estima que deja en Londres y su entorno 295 millones de euros a lo largo de las dos semanas que dura, según Intelligence 2P.

En caso de Roland Garros, el torneo, celebrado en París entre el 19 de mayo y el 8 de junio, entregó a Carlos Alcaraz y Coco Gauff 2,5 millones de euros a cada uno, un 6,3% más que el año anterior. Los subcampeones, Jannik Sinner y Aryna Sabalenka, se llevaron 1,3 millones, mientras que los semifinalistas ganaron 690.000 euros. En total, el evento parisino ha distribuido este año 56,35 millones de euros, un 5,2% más que en 2024. Según los datos de Intelligence 2P, genera 380 millones de euros.

Por su parte, el Open de Australia, el primer Grand Slam de la temporada que se celebró entre el 6 y el 26 de enero, contó con una bolsa de 96,5 millones de dólares australianos (53,4 millones de euros), cerca de un 12% más respecto a 2024. En este sentido, Jannik Sinner y Madison Keys ingresaron 3 millones de dólares cada uno. Los finalistas, en su caso, disfrutaron de 1,9 millones de dólares y los semifinalistas de 1,1 millones de dólares. Esta cita genera un negocio de 542 millones de dólares australianos (300 millones de euros) y un impacto de 533,2 millones de dólares (295 millones al cambio).

El requerimiento de que el reparto de los premios en metálico sea más equitativo para los jugadores, en relación a los ingresos que generan estas competiciones, se une a la demanda que lanzó en marzo la Asociación de Jugadores Profesionales de Tenis (PTPA, el sindicato fundado por Novak Djokovic). Así, en un comunicado informaban de que habían iniciado acciones legales en EEUU, Reino Unido y la UE contra los organismos rectores del deporte: la ATP, la WTA, la Federación Internacional de Tenis (ITF) y la Agencia Internacional de Integridad del Tenis (ITIA).

Carlos Alcaraz en la final de Roland Garros 2025. EFE.

"Las demandas exponen abusos sistemáticos, prácticas anticompetitivas y una flagrante indiferencia por el bienestar de los jugadores que han persistido durante décadas", recogía el comunicado. Asimismo, recalcan que "tras la fachada glamurosa que promueven los demandados, los jugadores están atrapados en un sistema injusto que explota su talento, reduce sus ingresos y pone en peligro su salud y seguridad".

Así, las demandas se centran en: colusión para reducir la competencia, fijación de premios monetarios y supresión de ganancias de los jugadores, obligaciones de puntos del ranking, forzar un calendario insostenible, desprecio por los jugadores, explotación financiera de los tenistas y violación de los derechos de privacidad.

En el año 2023 la ATP lanzó el programa Baseline (2024-2026) para ofrecer seguridad financiera a los 250 jugadores individuales mejor clasificados cada temporada en lo que podría denominarse el salario mínimo del tenis. Por tanto, en caso de que los ingresos en premios de un jugador queden por debajo del umbral garantizado, la ATP intervendrá para cubrir el déficit. Para la temporada 2024, estos niveles fueron 300.000 dólares (Top 100), 150.000 dólares (101-175) y 75.000 dólares (176-250).

Por otro lado, para aquellos jugadores que jueguen menos de nueve eventos de ATP Tour y Challenger Tour en una temporada debido a una lesión hay unos umbrales fijados de 200.000 dólares (Top 100), 100.000 dólares (101-175) y 50.000 dólares (176-250). Además, aquellos tenistas que están empezando tendrán acceso a 200.000 dólares de financiación al entrar en el Top 125 por primera vez, pagados por adelantado para la siguiente temporada y compensados con los premios en metálico.

Hay que tener en cuenta que en la mayoría de los casos es el propio tenista el que tiene que hacerse cargo del coste del entrenador y del fisioterapeuta, las comidas, los vuelos, los hoteles, el equipamiento... El tenista español Bernabé Zapata (actualmente en el puesto 361 de la ATP) declaraba en una entrevista a Relevo en 2023 que con 15 o 16 años necesitas al mes 5.000 euros sólo para el tenis. Es decir, unos 50.000 euros al año. Según los datos de la ATP, esta temporada ha ingresado 33.300 dólares.

Si nos fijamos en la parte alta de la clasificación, el número 1, Jannik Sinner, ha ingresado 4,3 millones de dólares, el número 2, Carlos Alcaraz, 7,4 millones, Alexander Zverev, en el tercer puesto, 3,4 millones, Jack Draper, cuarto clasificado, 3,1 millones, y Taylor Fritz, en quinto lugar, 2 millones.

Una de las reivindicaciones de la PTPA es que este deporte, que según sus cálculos genera 2.500 millones de dólares, apenas puede mantener un par de centenares de deportistas en el profesionalismo. Según este sindicato, de ese montante que genera la industria, sólo el 17,5% llega al bolsillo de los deportistas, mientras que ese dato es del 22,6% en el golf, del 47% en la NFL, del 50% en la NBA y del 61% en la Premier League.

No para de crecer

Teniendo en cuenta los ingresos que se generan por patrocinios, venta de entradas, derechos de retransmisión, etc., Market Research Future, calcula que en 2023 el mercado del tenis estaba valorado en 4.900 millones de dólares y se espera que protagonice una tasa de crecimiento compuesto anual (CAGR) del 6,7% hasta 2032. Esta evolución estará impulsada por varios factores como la creciente participación, las innovaciones tecnológicas y el interés global por este deporte.

Madison Keys en la final del Open de Australia 2025. Europa Press.

En esta línea, desde Market Research Future indican que "los Grand Slam atraen a millones de espectadores cada año, dando visibilidad tanto al deporte como a las marcas que lo patrocinan. Estos eventos, sumados al creciente atractivo mundial de estrellas del tenis como Rafael Nadal, Serena Williams, Roger Federer y Novak Djokovic, han contribuido significativamente a la creciente visibilidad de este deporte".

Eso sí, donde más énfasis pone la consultora para explicar su proyección de crecimiento es en la aplicación de tecnología de vanguardia: "Las innovaciones en equipamiento, superficies de juego y análisis de partidos han llevado el deporte a nuevas cotas y están atrayendo a un público más amplio".

Hablamos, por ejemplo, de raquetas con sensores que permiten a los jugadores monitorizar su rendimiento. Asimismo, tecnologías como el famoso ojo de halcón, han permitido que los partidos sean más precisos y atractivos, mientras que, por otro lado, se está explorando la realidad virtual y aumentada para la interacción de los aficionados, "permitiéndoles experimentar partidos y entrenamientos de maneras antes inimaginables. Estos avances contribuyen a una experiencia más inmersiva, atrayendo más interés tanto de jugadores como de espectadores".

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