
La extensión de la esperanza de vida y el envejecimiento de la población activa son dos fenómenos que en España van de la mano, como reflejan los diferentes análisis económicos elaborados en los últimos años. Es por ello que la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) ve en la mejora de la salud de los trabajadores que superan los 55 años y la reducción de la mortalidad en esta franja de edad como una oportunidad para reducir la presión que soporta el sistema público de pensiones con incentivos al abandono gradual del trabajo. Los economistas consideran que es necesario romper con el esquema actual, por el que la mayoría de profesionales pasan de realizar una jornada completa a trabajar cero horas y apuestan por usar los empleos parciales como transición.
El trabajo publicado este lunes y que firman Laia Bosque-Mercader, José Ignacio Conde-Ruiz, Sergi Jiménez y Judit Vall-Castelló señala que el diseño actual "no se ajusta a las necesidades y preferencias de muchos trabajadores mayores, que podrían seguir contribuyendo si existiera un sistema más flexible". Y en su lugar, proponen que se generalice una transición gradual en la que se vayan reduciendo de forma progresiva el número de horas que componen su jornada laboral hasta que se decida pasar a la jubilación total. Esta tesis también es compartida por el Ministerio competente, siempre que sea una opción voluntaria, según transmitió el secretario de Estado, Borja Suárez, la semana pasada en sede parlamentaria y es precisamente la senda que ha guiado las últimas reformas de la jubilación activa o demorada y las propuestas que han puesto sobre la mesa para la "reversible".
Los analistas de Fedea no entran a valorar los nuevos incentivos aprobados en diciembre de 2024 para fomentar que las personas que hayan cumplido la edad de jubilación puedan desarrollar un empleo a tiempo parcial con la posibilidad de percibir una parte de la pensión y además, generar un complemento por demorar el acceso definitivo a la jubilación y se refieren a artículos publicados antes de que se produjeran estos cambios al argumentar que "la actual legislación impone restricciones innecesarias a la compatibilidad entre el trabajo y la pensión, lo que desincentiva la continuidad laboral de los mayores". Y en este sentido, apuestan por rediseñar el sistema para que los trabajadores puedan decantarse por esta salida.
Para los autores, la fórmula gradual conlleva diferentes ventajas. "Permitiría a los trabajadores adaptar su salida del mercado laboral a su estado de salud y sus circunstancias personales, evitando el impacto negativo de una jubilación abrupta sobre su bienestar físico y mental" detallan, al tiempo que hacen referencia al valor añadido que representa para las empresas, al favorecer la transferencia de conocimiento y mitigar la pérdida repentina de capital humano. Por otro lado, hacen referencia a que restaría presión al sistema de pensiones, al solo abonar una parte de la prestación mientras continúa aportando cotizaciones que a día de hoy, no pueden generar una mejora en la base de cálculo de la pensión.
Desde Fedea consideran que esta puede ser una gran oportunidad para España, dado que tras llevar a cabo un análisis de la capacidad adicional para trabajar de los trabajadores con edades comprendidas entre los 55 y los 69 años, aprecian que los hombres pueden trabajar hasta 8 años más que en 1970 y las mujeres 6 años más. Una conclusión que extraen a partir de la metodología propuesta por Milligan y Wise, por la que se observa la relación entre la tasa de mortalidad y la tasa de empleo en diferentes periodos de tiempo.
Entre 1978 y 2018 la capacidad de trabajo observada "supera ampliamente" la participación laboral efectivamente observada. "En 2014 alcanzó su punto máximo, con aproximadamente 7 años adicionales de capacidad de trabajo, y desde entonces se ha mantenido en niveles similares" apuntan los economistas. Esta capacidad de trabajo latente es la consecuencia de la caída de la mortalidad y la mejora del estado de salud de los trabajadores, lo que les lleva a concluir que "muchas personas podrían permanecer activas hasta edades más avanzadas si así lo desean" y reclamar que se eliminen las barreras para prolongar la vida laboral cuando ya se ha alcanzado el derecho a percibir una pensión de jubilación.