Economía

Imanol Rego (Innobasque): "El objetivo es que la inversión en innovación en Euskadi alcance los 3.000 millones (3% del PIB) en 2030"

  • El nuevo presidente de la Agencia Vasca de la Innovación señala que las políticas de I+D+i llegan en un momento clave, con la reciente presentación del Plan de Industria del Gobierno vasco y del Plan de Ciencia y Tecnología que se dará a conocer a finales de año
Imanol Rego, presidente de Innobasque. / JON BERNÁRDEZ
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Euskadi invierte el equivalente al 2,16% de su PIB, 2.002 millones de euros, en I+D+i, y se mantiene como la comunidad autónoma líder en este indicador, según los últimos datos del Eustat relativos a 2023. Y es que la innovación se considera un factor que determina la competitividad global del territorio y de sus empresas, tal y como defiende Imanol Rego, el nuevo presidente de Innobasque, la Agencia Vasca de la Innovación, que engloba a más de 900 socios que conforman un ecosistema en el que grandes empresas, pero también pymes, centros tecnológicos y de investigación, educativos, agentes sociales y económico-financieros, que juntos conforman el 62% de la I+D+i vasca.

Y, aunque el territorio se encuentra alineado con la política europea en este ámbito, Rego señala que aún queda camino por recorrer y adelanta, en esta entrevista concedida a elEconomista.es en las instalaciones de Innobasque, en el Parque Tecnológico de Zamudio, que el nuevo plan estratégico que la entidad está construyendo, que compartirá la visión del Plan de Ciencia y Tecnología que se presentará en noviembre y del Plan Industrial que el Gobierno vasco presentó hace unas semanas, tendrá como objetivo alcanzar una inversión en innovación de 3.000 millones de euros, en torno al 3% del PIB, para 2030.

-¿Qué papel juega Innobasque en el contexto actual?

-Es un momento de inflexión en el contexto geopolítico, pero de protagonismo y de liderazgo de Europa, que en el curso de los últimos años se ha ido cuestionando paulatinamente. El peso relativo de la economía europea dentro del producto interior global no ha parado de caer y ya había surgido una reflexión muy importante que, desde el informe Draghi, planteaba la brújula estratégica de Europa, que establecía un momento de reacción.

A esto hay que añadirle que las noticias van cambiando el contexto día a día y existe la necesidad de realizar un impulso. Las políticas de innovación de Euskadi llegan en un momento clave y, en ese sentido, para mí es un honor tener la posibilidad de estar presente, como presidente, liderando junto con Leire Bilbao como directora general y todo su equipo, para apoyar el desarrollo de estas nuevas políticas de innovación que permitan a Euskadi continuar liderando, generando empresa y generando industria.

-Ofrecen apoyo a 908 socios y en su Asamblea hablaban de extender la invitación a nuevas incorporaciones para seguir creciendo.

-Sí- Innobasque tiene la capacidad de aglutinar a diferentes agentes, desde a grandes empresas de Euskadi, hasta pymes, que juntas rondan en torno al 50% de los socios, y también tenemos una representación muy importante de centros tecnológicos y educativos, agentes sociales, financieros... Todo el ecosistema necesario para catalizar la innovación y tener la posibilidad de escuchar, pero también transmitir las políticas de innovación.

-Viendo su trayectoria se deduce que la innovación es un paso natural que ha guiado su trayectoria. ¿Qué significa a día de hoy innovar?

-La innovación, hoy en día, es un elemento sustancial en cualquier empresa europea. Si tomamos las diferentes variables de competitividad, economistas como Adam Smith, hablaban de las variables de la inversión, el coste laboral y la tecnología.

Actualmente, el coste laboral se mueve en contenedores, es decir, de una forma u otra se puede fabricar cualquier cosa en cualquier lugar del mundo. Y los costes de la logística, a pesar de lo que ha ocurrido en la pandemia en los últimos años, prácticamente se ha dividido entre 5 en los últimos 40 años. Lo cual, hace que la variable de competitividad, con respecto al coste, ya no es algo que genere una ventaja competitiva.

Por otra parte, los capitales se mueven de un lugar a otro, por lo que hay una necesidad de generar arraigo y proyectos interesantes en los cuales haya inversión y, en ese sentido, la soberanía financiera también es un elemento importante y sustancial para cualquier tipología de desarrollo de innovación y desarrollo de empresa.

Y, con respecto a la tecnología, también se exporta y se compra, pero es la única variable que hoy en día permite generar una ventaja competitiva de forma sustancial. Emulando a Adam Smith, la tecnología es la única forma que tenemos de continuar generando esa ventaja competitiva o incluso una competitividad absoluta, con lo cual, en cualquier campo en el que actuemos hoy en día es indispensable la inversión en I+D+i.

-En el actual contexto de incertidumbre, en el que las inversiones entran en standby, ¿son muchas las empresas que están paralizando su inversión en I+D+i?

-Cuando se establece una situación de bajada de actividad y un incremento de los riesgos, la innovación puede verse afectada, pero creo que en las dos últimas décadas, las empresas se han dado cuenta de que es una herramienta sustancial competitividad, pero no solamente la innovación disruptiva de productos y servicios, sino también la utilización de inteligencia artificial o la digitalización pueden generar una mejora de procesos que haga que en situaciones más complicadas económicamente, la inversión revierta en una mejora operativa en costes y, lógicamente en eficiencia. Con lo cual, el contexto puede que la innovación se erosione de alguna manera, pero no creo que haga que decaiga, porque las empresas saben que tienen que continuar en esa carrera global.

-¿No han percibido entonces preocupación a través de la ralentización de inversión en I+D+i desde el regreso de Trump?

-Tenemos cifras anticipadas de las empresas, de previsión para este año 2025, en las que observamos que el crecimiento en innovación no se ve afectado, aunque generalmente, cuando se dan este tipo de situaciones, su impacto suele producirse sobre el ciclo siguiente, así que, de observarse, sería en el año 2026.

Por ahora, todas las empresas, en este caso yo también como director general del grupo Irizar, estamos, lógicamente, observando con atención para identificar las tendencias para los próximos dos años.

-Y en cuanto al ranking de innovación europeo, ¿cómo está Euskadi?

-Euskadi, con un 2,16% de inversión en innovación, prácticamente se sitúa al nivel de la media europea del 2,22%. Estamos en la posición 72 de las 239 regiones más innovadoras de Europa en 2023. Pero más allá de rankings, tenemos que pensar verdaderamente cuál es nuestro objetivo, que es atraer inversión y fidelizar inversión. Lógicamente el número es importante y en eso se trabaja, de la misma forma que trabajan el resto de las regiones, pero lo importante es, al fin y al cabo, situarse bien dentro de ese ranking para que se valore nuestro ecosistema de soporte de la innovación y eso es en lo que tenemos que continuar trabajando, en mantener esa ventaja competitiva.

-Sin embargo, el consejero de Industria, Mikel Jauregi, advertía hace unos días, en la presentación del Plan de Industria, de que hace cincuenta años que no viene una multinacional a Euskadi. Entonces, ¿qué es lo que se está haciendo mal o por qué no resulta atractivo el territorio vasco para esos proyectos?

-Hay diversos factores en los que se tiene que seguir trabajando. Hace 50 años la situación hegemónica de Europa no tiene que ver absolutamente nada con el peso que tiene hoy actualmente el producto interior bruto de Asia, por ejemplo. Las multinacionales, pero en toda Europa, generaron importantes inversiones entre finales de los 70 y los 90, que luego trasladaron a los países de Europa del Este de forma muy breve, porque muy rápidamente se aceleró el desarrollo de China a finales de los 90, lo que hizo que otra mucha inversión fuera a China y a todos los países de alrededor por la mejora de la logística y del transporte, que hace que puedas invertir lejos y que de esa forma tengas la ventaja competitiva del coste.

No obstante, el paradigma ahora está cambiando y volvemos a una regionalización de las cadenas de suministro por dos factores principales, por un lado por un factor geopolítico de aranceles, pero por otro por las disrupciones que se puedan producir y que obligan a tener una cadena de suministro más resiliente y eso genera oportunidades, de la misma forma que genera riesgos para Europa.

-A falta de consolidar las cifras de I+D+i del pasado ejercicio, ¿cuáles son sus previsiones?

-Estamos observando una serie de crecimientos en la parte de empresa del orden del 10% en 2024 y del 8,4% este año y el objetivo es alcanzar los 3.000 millones, en torno al 3% del producto interior bruto. Así lo vamos a plasmar en nuestro nuevo plan estratégico, que estamos ya construyendo con visión 2030, junto con el plan de ciencia y tecnología que se presentará en noviembre y el plan industrial que se presentó hace unas semanas.

-¿Qué sectores lideran la innovación en Euskadi?

-No lo personalizaría en ningún sector específico. Tenemos iniciativas muy potentes, que están en una fase muy de anticipación, por ejemplo, en todo lo que es la neutrónica, la cuántica, las biociencias, además de los sectores tradicionales de metalúrgica, movilidad, energía, máquina-herramienta o redes eléctricas. Hoy en día no hay sector que no requiera de una inversión importante en innovación para seguir compitiendo.

-¿La apuesta por la innovación es mayor también en las compañías de mayor tamaño?

-En realidad depende mucho de la tipología de empresa. Generalmente sí es cierto que la empresa grande va a estar generalmente en factores superiores el 4%, pero también se observan pymes con esos factores o incluso muy superiores. Depende más de la tipología y del sector en el que se encuentren. No es lo mismo si una empresa tiene un producto o servicio específico, lo que le genera una necesidad continua de innovación, que empresas traccionadas por otras empresas como Tier 2 o 1 Tier 1, aunque invierten también cada vez más.

-El plan de Industria recoge 20 proyectos transformadores, de diferentes ámbitos, en los que se ve oportunidad de crecimiento a nivel global y donde la innovación es clave.

-Sí. Se habla de más industria, de mejor industria y de una industria descarbonizada. Y dentro de las diferentes tipologías de proyectos se establecen aquellas actividades en las que hay que crecer y aquellas actividades que son disruptivas, por lo que se traslada el soporte industrial a todos esos proyectos de referencia y que están catalogados en esas tres tipologías de actividades industriales. La gestión de la actividad industrial, como actividad económica que es, es como la gestión de un portafolio de capital riesgo. Tiene que centrarse en las actividades que han generado la riqueza y han soportado el crecimiento económico de Euskadi y se tiene que apostar por aquellas que tienen visos de crecer. Y, de la misma forma, se tiene que ir a un campo de actuación y de inversión en el que puedan surgir nuevas industrias.

-Parte de esos proyectos van a estar dirigidos por instituciones públicas y otra parte por empresas privadas, pero todos ellos se van a desarrollar bajo colaboración público-privada. ¿Qué ventajas presenta este modelo?

-Sí. Al final yo creo que cualquier tipología de actividad, de innovación o de generación de industria tiene que contar con ese apoyo público-privado para generar impacto, pues efectivamente es la ecuación que permite establecer una correa transmisora de la parte pública a la parte privada que genere empleo, transformación y bienestar en la sociedad.

-¿Cómo valora ese modelo y los instrumentos que se están habilitando en torno a la Alianza Financiera Vasca para apoyar el tejido empresarial?

-Nosotros hemos establecido una serie de reuniones con las grandes empresas, pequeñas empresas, los centros tecnológicos, de educación, y los agentes sociales que forman parte de Innobasque y acabamos de tener también una reunión con los agentes económicos y financieros para escuchar y ver qué elementos sustanciales pueden articularse para que esa transmisión económica se acelere y para que ideas que puedan surgir a nivel de centro tecnológico tengan la posibilidad de generar startups y empresas.

Creemos que, efectivamente, la posibilidad de tener fondos y tener soporte financiero que genere un arraigo económico y una soberanía en la toma de decisiones es un elemento sustancial que ha caracterizado a la industria de Euskadi. En ese sentido, todo lo que permita generar un arraigo científico-tecnológico y de investigación industrial y al mismo tiempo financiero-económico es clave precisamente en esos factores de Adam Smith que comentaba anteriormente. El capital se mueve hoy en día globalmente, de forma rápida, no tiene arraigo ni raíces, y generar un tejido económico-financiero made in Euskadi puede ser un factor diferenciador que genere más y mejor industria.

-¿Tiene previsto Innobasque crear alguna herramienta propia para incentivar esa financiación?

- Nosotros no vamos a elevar financiación porque no es esa nuestra vocación, pero estamos viendo cómo podemos ayudar conectando a los agentes económico-financieros con aquellas empresas que quieren realizar inversiones y ver qué tipología de mecanismos pueden emplear. Esa escucha va a ser muy importante para poner en conexión sobre todo a las pymes.

-En cuanto al arraigo, tan importante sobre todo cuando se ha hecho esta inversión en innovación, estamos viendo cómo empresas punteras de Euskadi, pioneras a nivel internacional, son compradas por fondos extranjeros.

-Uno de los problemas es que el tejido empresarial vasco, con muchas pymes y empresas familiares, no dispone de estructuras que permiten generar mayor tamaño o escalado y, en muchos casos, caen en manos extranjeras, de modo que viene un fondo y elige una serie de empresas que encajan dentro de su portafolio, lo que genera la pérdida de la toma de decisión. Es algo que ocurre aquí pero también a nivel global, pero es necesario trabajar para generar ese arraigo y consolidar, en la medida de lo posible, que las empresas estén aquí, que la toma de decisiones esté aquí y que también el capital esté aquí.

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