Economía

Roubini explica por qué caerá el régimen de Irán: "Podía haber sido el país más rico de los petroestados"

  • Irán era uno de los países más prósperos y avanzados de Asia hace 40 años
  • Cuenta con unas reservas energéticas que compiten con las de Arabia Saudí
  • "En 1990, Irán tenía casi la misma renta per cápita que Israel"
Nouriel Roubini, economista y profesor. Foto de Reuters.

Irán fue durante años uno de los países más ricos de Asia. Su economía era moderna, avanzada y con un PIB per cápita que incluso superaba al de Israel. Además, sus vastas reservas de petróleo y gas lo convirtieron en una de las economías con más potencial. Los astros se habían alineado: un país relativamente avanzado había sido bendecido con grandes reservas de hidrocarburos. Pues 40 años después, Irán es un país que se encuentra prácticamente en bancarrota y que pese a ser rico en energía sufre constantes crisis energéticas. Parecía imposible que una economía tan rica en todos los sentidos acabase tan mal. Nouriel Roubini, economista y profesor en la Universidad de Nueva York explica en un interesante artículo cómo la mala gestión, y no las bombas de Israel, es la que va a terminar derrocando al régimen iraní.

Roubini pone de relieve en una columna publicada en Project Syndicate que Irán fue durante años la gran potencia en la región, una economía aliada de Occidente y que guardaba una buena relación con Israel, un país al que podría mirar 'por encima del hombro', puesto que Irán era relativamente más rico y mucho más grande. Hoy, Israel e Irán son los mayores enemigos que hay sobre la tierra. Aunque las bombas lanzadas por Israel en Irán tenían entre sus objetivos acabar con el régimen de la República Islámica, lo cierto es que esta forma de gobierno caerá por sí sola con el tiempo, según este experto.

"El ataque de Israel ha llevado incluso a la oposición antirrégimen a unirse en torno a la bandera. Sin embargo, con el tiempo, la gran mayoría de iraníes que desprecian al régimen que ha provocado la ruina económica y financiera del país (y ahora su colapso geopolítico y militar) se alzará contra él y lo reemplazará por algo diferente", asegura Roubini.

Este experto explica que hasta hace 'cuatro días', Irán era una auténtica potencia: "En 1990, el PIB per cápita de Irán era casi igual al de Israel; hoy, el de Israel es casi 15 veces mayor. Las reservas energéticas de Irán rivalizan, o incluso superan, a las de Arabia Saudí (Irán tiene mayores reservas de gas y algo menos de petróleo); sin embargo, ha perdido cientos de miles de millones de dólares en ingresos energéticos potenciales en una guerra inútil contra Occidente durante las últimas cinco décadas".

Buena prueba de esta mala gestión es la brutal crisis energética que sufrió este país, uno de los más ricos energía. Una paradoja que totalmente real. El país con las segundas mayores reservas de gas del mundo y las terceras de petróleo (unos 210.000 millones de barriles de crudo por extraer), el hidrocarburo más preciado en el mercado y que sirve como fuente de energía, sufrió en 2024, por ejemplo, una crisis energética histórica. Colegios cerrados, centros de negocio sin vida...

Irán tiene 90 millones de habitantes y un territorio que equivale a la superficie de tres 'Españas' enteras. Eso complica el suministro de energía. Una población muy grande y distribuida a lo largo de un vasto territorio encarece el suministro de energía. Sin embargo, el pasado Irán no tuvo este tipo de problemas, al menos de una forma tan grave. Antes de la Revolución Iraní que término con el régimen del Sha, Irán era una economía relativamente próspera, con una población educada y forma y un futuro prometedor. Sin embargo, con la revolución todo comenzó a cambiar, lo que, agravado por las tensiones con Occidente, Israel y países vecinos como Arabia Saudí, han terminado convirtiendo a Teherán en una especie de 'marginado' a nivel regional y global (cuenta con el apoyo de Rusia o países como Venezuela).

Inflación, corrupción, crisis y pobreza

"Hoy, los iraníes se enfrentan a una inflación desorbitada, un desplome de los ingresos reales, pobreza masiva e incluso hambre, no por las sanciones estadounidenses y occidentales, sino por las políticas absurdas de sus gobernantes", apunta Nouriel Roubini. El profesor de Finanzas de la Universidad de Nueva York no se queda ahí. Este experto cree que Irán lo tenía todo para ser el país más rico entre los petroestados del Golfo Pérsico, unos países que son extremadamente ricos en términos de PIB per cápita, otra historia es como esté esta distribuida.

"Un país que podría haber sido más rico que cualquier petroestado del Golfo está al borde de la bancarrota debido a la corrupción, la incompetencia y la imprudencia estratégica del régimen. Además de ser una maldición para su propio pueblo, la República Islámica ha financiado a grupos terroristas en Oriente Medio durante décadas y ha provocado el fracaso o la semifracaso de Estados en toda la región: en Yemen, Líbano, Siria, Gaza/Palestina e Irak. La estabilización y la recuperación de los Estados fallidos en Oriente Medio requieren ahora un cambio de régimen en Irán", asegura Roubini.

"El pueblo iraní, no fuerzas externas, impulsarán este movimiento el próximo año. Los iraníes se han rebelado contra su régimen al menos media docena de veces en las últimas décadas y, cuando se les ha dado la oportunidad, siempre han elegido líderes moderados en lugar de fanáticos teocráticos", asegura Roubini, que vaticina un final feliz para el país y para la región. Esto es destacable para un experto que es conocido por lanzar previsiones casi siempre pesimistas.

"Cabe esperar que el colapso del régimen en Irán impulse la estabilidad y permita la reconstrucción de la región, con la normalización de las relaciones diplomáticas entre Israel y Arabia Saudí. Un nuevo gobierno en Israel más abierto a la paz con los palestinos y una eventual solución de dos Estados serán entonces posibles. Pero para que eso suceda, la Hidra (temido animal mitológico) iraní debe ser reemplazada por un régimen racional deseoso de reintegrarse a la comunidad internacional, en lugar de atacarla", sentencia Nouriel Roubini.

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