Ya lo apuntaba las últimas semanas la secretaria de Organización del PSOE, Leire Pajín. La coincidencia, en el primer semestre de 2010, de José Luis Rodríguez Zapatero en la Presidencia de la Unión Europea con Barack Obama como presidente de los Estados Unidos será un "acontecimiento histórico".
Y quizá no lo es menos descubrir, a medida que se combate la vigente crisis económica, que gran parte de las líneas de actuación del Ejecutivo español son un remedo de las estrategias de estímulo económico de la Administración Obama.
Además, el escenario que devuelve la crisis y las medidas para combatirla a ambos líderes es el de un gasto público disparado que, en definitiva, se traduce en déficit que, antes o después, habrá que financiar vía subidas de impuestos.
A salvo de graves problemas en el sistema financiero -uno de los dolores de cabeza para el líder estadounidense, que ayer avisó de la creación de un único regulador para grandes bancos-, las líneas del plan de estímulo made in Spain guardan paralelismos y puntos en común de suficiente calado como para no obedecer a la casualidad.
Además, en sentido contrario también se encuentran similitudes. No en vano, Obama ha puesto en valor el modelo español de desarrollo de las energías renovables y ha manifestado su deseo de trasladarlo a Estados Unidos. Además, el demócrata mostró interés por la red de Alta Velocidad española y el secretario de Transportes de EEUU, que visitó España recientemente, calificó nuestro AVE como "el más vanguardista del mundo".
Y algunas de las medidas fiscales de la Administración estadounidense recuerdan, en su espíritu, a ciertas iniciativas del Gobierno español, como la rebaja de impuestos de 400 dólares (unos 290 euros) para las rentas inferiores a 75.000 dólares anuales (54.200 euros).
En ambos países, el dinero público llega a la banca, y el Estado hará nacionalizaciones parciales de las entidades bancarias mediante la adquisición de cuotas participativas, convirtiéndose así en accionista de la firma, con los correspondientes derechos económicos.
Si bien los vaivenes financieros diferencian el impacto de la recesión en ambas economías, con ventaja para España, otras vertientes -como la burbuja inmobiliaria, el aumento del desempleo o la necesidad de diseñar ayudas para familias y empresas- sitúan a ambos mandatarios y sus políticas ante los mismos desafíos.
Política fiscal
El Gobierno de Estados Unidos ha puesto en marcha diversas medidas fiscales para individuos y empresas desde que Obama pusiera el pie en la Casa Blanca el pasado 20 de enero. Todos aquellos ciudadanos que ganen menos de 75.000 dólares al año obtienen instantáneamente una rebaja de impuestos de 400 dólares por cabeza. En el caso de las parejas, aquellas que ingresen menos de 150.000 dólares (unos 108.400 euros) acceden a un recorte fiscal de 800 dólares (578 euros).
Además, todas aquellas familias con niños reciben un crédito fiscal de 1.000 dólares (723 euros), incluidas aquellas familias cuyos bajos ingresos les dejen exentos de pagar impuestos. Medidas éstas que suponen una inyección para las familias, en un papel similar al de la rebaja de 400 euros en IRPF y el cheque-bebé, medidas ambas aprobadas antes de que Obama accediera a la Presidencia, pero que no dejan de reflejar los puntos en común de ambas administraciones.
A ello habría que sumar las ayudas a la compra de nuevos vehículos, donde se invierten cerca de 1.700 millones de dólares (1.228 euros) en rebajas fiscales. El Gobierno federal hace rebajas fiscales por valor de 3.400 dólares por la compra de un coche híbrido o de 4.000 dólares (2.890 euros) por un vehículo de consumo energético alternativo. En mayo, la Administración española aprobó las ayudas directas a la compra de automóviles, en el marco del Plan 2000E, de hasta 2.000 euros.
Para las pymes, el Gobierno estadounidense ha otorgado un máximo de 250.000 dólares por empresa para nuevas inversiones. En España, aparte de las líneas de apoyo a la liquidez del Instituto de Crédito Oficial, este organismo apoya y financia, en condiciones preferentes, el desarrollo de proyectos de inversión de los autónomos y las pequeñas y medianas empresas, por 10.000 millones de euros.
Ayuda al desempleo
El presidente Barack Obama introdujo en su presupuesto fiscal, valorado en 3.3 billones de dólares, una iniciativa que da por terminadas las deducciones de impuestos a las familias adineradas y el gran corporate americano. Durante los próximos 10 años, la administración planea recaudar hasta 2 billones de dólares entre aquellos que ganen más de 250.000 dólares anuales, algo que le permitirá, por ejemplo, financiar su plan sanitario universal, valorado en 634.000 millones de dólares. Además, el demócrata ha preservado el pago de impuestos estatales para todas las familias adineradas, una decisión que acabó con los esfuerzos de su predecesor por evitar que éstas tuvieran que pagar más impuestos en los estados en los que residían.
En España, todas las conjeturas apuntan a una subida de la imposición sobre la renta, también enfocada a las rentas más altas, vía tributación de las rentas de capital.
Desempleo
El Gobierno de Obama ha ampliado en 25 dólares semanales o 100 dólares mensuales las ayudas base de subsidio por desempleo, algo que costará alrededor de 40.000 millones de dólares. También ofrece un total de 300 dólares mensuales en "vales para alimentos" para aquellas familias que ganen menos de 1.500 dólares mensuales. Además, aquellos jubilados, pensionistas y veteranos de guerra han recibido 250 dólares anuales extra. La Administración Obama ha invertido 3.950 millones de dólares en programas de entrenamiento laboral, 400 millones a los servicios de búsqueda de empleo.
En España, sólo en 2008 la cobertura por desempleo se llevó 2.500 millones de euros más, por el aumento de la cifra de parados. La mayor probabilidad de incremento del desempleo de larga duración y la posibilidad de que muchas personas agoten la prestación y el subsidio hace que el Ejecutivo español esté buscando la fórmula para alargar la cobertura, involucrando a las comunidades autónomas en procesos de "búsqueda activa de empleo", en consecuencia, vinculados a aceptar formación laboral.
Rescate financiero
La administración Obama heredó el plan de rescate financiero (TARP, por sus siglas en inglés) del gobierno de Bush. Cerca de 296.000 millones se han gastado en la creación de programas y otros 388.000 millones se han invertido en ayudar a compañías financieras, aseguradoras y automovilísticas. Además el pasado marzo también se presentó la iniciativa público-privada para la compra de activos tóxicos bancarios. Hasta la fecha, el Gobierno federal ha inyectado dinero de los contribuyentes en las principales entidades financieras. Por ejemplo, en el caso de Citigroup, se ha invertido cerca de 50.000 millones de dólares a cambio de un 36 por ciento del accionariado. Las ayudas para Bank of America, el más grande de EEUU según su valor de mercado, alcanzan los 45.000 millones de dólares.
Mientras, el Gobierno español diseñó las subastas del Fondo de Adquisición de Activos Financieros y ahora estudia la posibilidad, para rescatar entidades financieras en dificultades, de aprobar un mecanismo mediante el cual el Estado podrá comprar cuotas participativas (acciones sin derechos políticos, pero con derechos económicos) que luego serían vendidas en el mercado, lo que no deja de ser una nacionalización parcial.
Infraestructuras
Obama tiene previsto invertir un total de 27.500 millones de dólares en mejoras para autopistas y puentes, otros 6.900 millones de dólares en proyectos de transporte público y cerca de 8.000 millones de dólares en nuevos proyectos ferroviarios, en especial la capacitación de trenes de alta velocidad, además de 1.300 millones de dólares en la mejora del sistema actual.
La Administración española ha creado el Fondo Estatal de Inversión Local, dotado con 8.000 millones de euros para estimular las obras municipales, que tendrá una segunda edición en 2010, por un total de 5.000 millones. Mientras, el Ministerio de Fomento, en la etapa de José Blanco, ha prometido y desbloqueado proyectos de infraestructuras de todo tipo, por un importe que supera los 13.300 millones de euros.
Energía
En su afán por importar un modelo energético que apueste por las renovables, como el español, EEUU invertirá cerca de 150.000 millones de dólares en el desarrollo de energías limpias en los próximos 10 años. Por supuesto, aquellas empresas que utilicen energías verdes también pueden acceder a créditos fiscales. Mientras en España, no termina de abrirse el debate nuclear, en Estados Unidos hay 104 reactores en pleno funcionamiento y otros cuatro parcialmente construidos, por lo que no es sólo el inventor de la energía nuclear, sino también su mayor productor mundial. Aun así, esta fuente sólo supone un 19,66 por ciento de la energía que utiliza.
Mercado inmobiliario
Los ciudadanos americanos que compren su primera vivienda reciben ayudas de hasta 8.000 dólares. Para acceder a ellas, han de comprometerse a mantenerla al menos 3 años. Además se han invertido 75.000 millones de dólares para refinanciar hipotecas, algo que ayudará a que al menos 4 millones de ciudadanos no pierdan sus casas. En España, una de las medidas de ayuda a las familias ha venido de la moratoria hipotecaria para parados, de hasta el 50 por ciento de la cuota durante un periodo de dos años. También cubre a los autónomos y pensionistas de viudedad con cargas familiares. La medida puede beneficiar a 500.000 familias.
Sanidad y Educación
En Estados Unidos se baraja un alza del impuesto a las bebidas alcohólicas así como a las sodas, que contribuyen a la obesidad, y al tabaco, mientras España ha subido los impuestos especiales a las gasolinas y el tabaco.
En Educación, Obama, hará que cada familia con salario inferior a 160.000 dólares anuales reciba rebajas fiscales de 2.500 dólares para ayuda a los estudios universitarios y también ha incrementado ciertas becas. En España, el Gobierno pagará ordenadores para los escolares, en un afán por incentivar el uso de las nuevas tecnologías desde la escuela.
