Economía

Las patronales ponen en valor el papel de los empresarios para consolidar la democracia

  • Garamendi acusa a Díaz de imponer un diálogo "unilateral" y "sin perspectivas" sobre la jornada
C. González Soler, A. Ruiz-Gallardón, Anabel Díez, A. Brufau, J. Sánchez Llibre, F. Armengol, A. Garamendi, R. Clará, P. Rodríguez, P. Cernuda y M. Guindal. David García.

CEOE, Foment del Treball y destacados representantes del mundo empresarial se dieron cita ayer en el Congreso de los Diputados para poner en valor la aportación del sector privado a la consolidación de la democracia española en el 50º aniversario del inicio de la Transición Española. "Los empresarios tenemos la obligación de dedicar tiempo y esfuerzo para redefinir los valores para recuperar la confianza en el sistema y que las personas puedan ganarse la vida dignamente" defendió el presidente de la patronal catalana, Josep Sánchez Llibre, en la jornada organizada por el SEEBS, el 'think tank' de la patronal catalana con sede en Madrid.

El líder de CEOE hizo referencia al diálogo social como pieza clave de esta consolidación, con los Pactos de La Moncloa y la firma del Estatuto de los Trabajadores como principales ejemplos. Antonio Garamendi reprochó que la ministra de Trabajo haga "caso omiso" a la OIT e impone un diálogo "unilateral" y "excluyente" en el que no puede haber perspectiva ni aspiraciones en comunes. En concreto, se refirió a la mesa abierta sobre salarios mínimos y al Proyecto de Ley para reducir la jornada laboral a 37,5 horas, respecto a los que ha mostrado gran preocupación.

Garamendi lamentó que se ignore la evidencia de que cuando el diálogo social acompaña el crecimiento de la economía esto se traduce en un impulso de los salarios. Los ponentes que han integrado la mesa principal de la jornada organizada por el servicio de estudios compartieron la idea de que las buenas condiciones laborales están muy ligadas a la conexión de los ciudadanos con la democracia.

"No hay democracia si la gente no se siente bien retribuida" resumió el presidente de Repsol, Antonio Brufau, quien puso el foco en las apuestas por el talento o la internacionalización como piezas que contribuyen a sostener este sistema. "El empresario aporta mucho a la sociedad para cumplir los objetivos democráticos y tenemos la responsabilidad de hacer aterrizar a los políticos para que esto siga siendo una realidad".

Es decir, la contribución de las empresas se ve condicionada por el entorno que construyen las administraciones públicas, en tanto que este afecta a una de las variables más importantes a la hora de emprender o mantener una actividad. "El problema es que los políticos españoles no se preocupan del entorno para poder competir. Estamos en una locura regulatoria donde nos están llevando Europa y por la que gran parte de la industria se va a Marruecos, pese a que este es el mejor país para vivir, para trabajar y para invertir" lamentaba el presidente del Grupo Alibérico, Clemente González Soler.

En este contexto, señalaron la vía de los pactos y los acuerdos como la fuente de respuestas ante los grandes retos del momento (protagonizados por las amenazas arancelarias de Donald Trump) y a futuro, con un mapa internacional en el que Europa corre el riesgo de perder el tren de la innovación. "Hace falta lo que hacemos en las empresas, pensar estrategias a medio plazo y llegar a consensos" apuntaba el presidente de la Corporación Mondragón, que ya es el quinto empleador a nivel nacional. Un plan que entienden que debería escapar de los tiempos marcados por los periodos electorales e ir mucho más allá.

De cara a los próximos cinco años, todos los ponentes coincidieron en señalar el reto de la integración de los trabajadores extranjeros como principal oportunidad ante una población activa española cada vez más envejecida y el descenso de la natalidad. El pasado 2024 ya sirvió como prueba de este fenómeno, en la que la práctica totalidad del empleo creado fue gracias a la contratación de trabajadores con doble nacionalidad o con origen fuera de las fronteras españolas. Todo ello lleva aparejado un incremento de la población para la que la vivienda se alza como la principal preocupación, tal y como apuntó la presidenta y fundadora del Grupo Rosa Clará, con el mismo nombre.

A este respecto, los diferentes líderes empresariales abordaron la importancia de generar actividad en los sectores que no solo mueven la economía y crean empleo, sino en los que generan riqueza, como es el de la industria que ha pasado de representar un 35% del PIB a apenas un 11% si se excluye la aportación de la energía.

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