El gobernador del Banco de Inglaterra, Mervyn King, ha pedido una regulación más estricta del sector financiero en el Reino Unido para prevenir una excesiva asunción de riesgos como la que ha causado la actual crisis económica. Wall Street respira aliviada por la reforma de Obama.
En un discurso pronunciado anoche ante banqueros y dignatarios en la "City" de Londres, King insistió en que era necesario implementar cambios que pasaran por restringir el tamaño de los bancos y dar más poder a la institución que dirige, para que pueda actuar para atajar comportamientos arriesgados.
Además, el gobernador advirtió sobre la situación de los bancos. "Podría tener que haber más captaciones de capital antes de que el sistema bancario sea capaz de dar crédito a un precio y a escala para financiar una recuperación sostenida", señaló King. Además, añadió que "es demasiado pronto para revertir los extraordinarios estímulos que han sido introducidos en la economía del Reino Unido".
En cuanto a los tipos de interés, King señaló que "cuando sea apropiado, el comité de política monetaria subirá los tipos de interés" y gradualmente "reducirá su cartera de activos de una manera consistente para mantener el orden en los mercados". Además, añadió que "es también necesario producir un plan claro para mostrar como se reducir los déficits".
Posición enfrentada con Darling
Su posición frente a la crisis financiera pareció contradecir la expresada poco antes en el mismo acto en el centro financiero de la capital por el ministro de Economía, Alistair Darling, quien indicó que su Gobierno no planea poner en marcha ninguna reforma fundamental del sector.
El primer ministro británico, Gordon Brown, defenderá esta tesis en la cumbre que la Unión Europea (UE) celebra hoy en Bruselas para analizar propuestas de reforma de la supervisión del sistema financiero.
Aunque aseguró que las cosas no iban a continuar como hasta ahora, Darling responsabilizó de la crisis a la falta de criterio de los directores de los bancos, y no a defectos del sistema, y pidió "un cambio de cultura" para que los empleados bancarios fueran "recompensados por el éxito a largo plazo, y no por fracasar". "Las juntas de los bancos deben tener a las personas adecuadas con las habilidades y la experiencia idóneas para gestionarse con más eficacia", afirmó.
Darling no propuso cambios estructurales en la supervisión del sistema financiero del Reino Unido, que actualmente realizan de forma conjunta el Banco de Inglaterra, la Autoridad de Servicios Financieros y el ministerio de Economía.
Por su parte, King sostuvo que una de las mayores lecciones de la crisis es que estas instituciones no tienen los recursos necesarios para prevenir de forma eficaz la excesiva asunción de riesgos por parte de los bancos. Argumentó que hacían falta cambios sustanciales para recuperar la confianza del público, sobre todo después de que las instituciones hayan dado a los bancos apoyo en "una escala inimaginable".
"Los que trabajamos en el sector financiero tenemos mucho que hacer para recuperar la confianza de los que trabajan fuera de él", dijo el gobernador, según recoge hoy el periódico Financial Times.
Su posición, señala el diario, va en la línea de la expresada por el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, quien, al presentar sus planes de reforma financiera, afirmó que una "cultura de irresponsabilidad" había arraigado en Estados Unidos. Según King, se necesitan "instrumentos que prevengan que el tamaño, apalancamiento, fragilidad y riesgo del sistema financiero sean demasiado grandes".
Si se considera que los bancos son demasiado grandes, lo que tendría graves consecuencias si entraran en dificultades económicas, deberían ser obligados a reducir su tamaño, arguyó el gobernador, la víspera de que la UE analice hoy la reforma de la supervisión del sistema.
"No es sensato permitir a bancos grandes combinar banca minorista con una arriesgada banca de inversión o estrategias de financiación y después facilitar una garantía estatal implícita contra el fracaso", sostuvo.
Darling, que este mes debe dar a conocer sus planes de reforma de la "City", había asegurado antes que "la solución no es tan simple como restringir el tamaño de los bancos".
King, cuyas palabras hallan respaldo en la oposición conservadora, fue más allá que el ministro en su propuesta de cambios en la regulación, al proponer también que todos los bancos regulados elaboren un plan -una especie de testamento o inventario- para facilitar la tarea de los reguladores en caso de quiebra. "Hacer un testamento debería ser en el caso de los bancos parte de la buena gestión de la propia casa al igual que lo es para el resto de nosotros", dijo.
Al pedir más poderes para el Banco de Inglaterra, el gobernador señaló que la institución debe dejar de ser "como una Iglesia" cuya congregación "ignora sus sermones", y señaló que difícilmente los bancos van a escuchar sus advertencias de cambiar de comportamiento cuando éste les resulta altamente rentable.
Tanto Darling como King confirmaron en su discurso una cierta estabilización de la economía británica pero se mostraron cautos sobre las expectativas de recuperación.