
Indonesia puede estar a punto de comprobar que las buenas intenciones no siempre se llevan bien con la economía. Tras el fulgurante crecimiento de las últimas décadas, este 'tigre' del sudeste asiático (apelativo que se ganó junto a otros países de la región por este rápido desarrollo económico) se ha topado con la realidad de las finanzas cuando se ha puesto a velar por los más vulnerables. La loable intención de sus actuales gobernantes de asegurar la alimentación de más de un cuarto de su población compromete no solo la saludable senda de déficit y deuda públicos del país, sino el futuro de su economía, advierten economistas de diferentes casas de análisis internacionales. Conjugar ambas prioridades supone todo un desafío.
Tras arrasar en las elecciones de febrero del año pasado, el exgeneral indonesio Prabowo Subianto asumía en octubre la presidencia dispuesto a implementar su medida estrella: un programa de desayunos y comidas gratis dirigido a casi 83 millones de escolares y mujeres embarazadas en los próximos cinco años (la duración de su legislatura) con el objetivo de eliminar la desnutrición y el retraso en el crecimiento. Una iniciativa más que ambiciosa en un archipiélago con 277 millones de habitantes y unas 17.000 islas.
Aunque la economía de Indonesia ha experimentado este veloz crecimiento en las últimas décadas, el estándar de vida de sus habitantes aún presenta importantes deficiencias y en esa realidad se enmarca el programa de Prabowo. En los últimos cinco años, Indonesia ha reducido el índice de retraso del crecimiento en un 10%, aunque este problema aún afecta a un 21,5% de los niños, por encima de lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS). En unas declaraciones a Efe, el experto del Centro de Estudios y Política Indonesio, Krisna Gupta, afirma que "cerca del 70% del gasto de las familias pobres o con ingresos bajos es en comida". Según el Banco Mundial, el 1,82% de la población indonesia se encontraba en situación de pobreza según la medición global (con menos de 2,15 dólares al día) en 2023, que se eleva al 9,4% atendiendo a los estándares nacionales.
El programa de comidas nutritivas gratuitas arrancó en enero en los colegios de 26 de las 37 provincias del país con el objetivo de alcanzar inicialmente los 17,5 millones de beneficiarios con un coste de 71 billones de rupias indonesias (unos 4.250 millones de euros). Pero Prabowo pretende ampliar el número de beneficiarios a 82,5 millones, más del 25% de la población, para finales de año. Según diferentes cálculos, la expansión de la medida requerirá 100 billones de rupias adicionales (0,4% del PIB). Y es ahí donde empiezan los problemas.
"La situación presupuestaria de Indonesia está bajo presión desde el inicio de 2025 debido a las tensiones derivadas del emblemático programa de comidas gratuitas del presidente Prabowo. El coste del programa se ha disparado hasta los 171 billones de rupias para 2025, frente a los 71 billones iniciales", constata en un informe monográfico sobre la situación fiscal del país Sunny Liu, analista de Oxford Economics.
Para financiar el programa de comidas gratuitas, el Gobierno ha puesto en marcha una amplia serie de recortes de gastos por un total de 306,7 billones de rupias, equivalentes al 8,5% del gasto total previsto. El presidente Prabowo, para poder aplicar estas medidas "populistas", según las califican analistas de entidades como Nomura o Société Générale (SG), ha ordenado recortar en los gastos, en teoría, más accesorios. "La Instrucción Presidencial impone estrictas limitaciones al gasto regional. Se ordena a gobernadores, alcaldes y regentes que reduzcan las actividades ceremoniales, los estudios, los seminarios y las discusiones en grupo. Los gastos de viaje deben reducirse en un 50%, y los honorarios de los grupos de trabajo y comités deben limitarse adoptando normas más estrictas. Además, las administraciones regionales deben centrar sus presupuestos en resultados mensurables de servicio público, en lugar de repetir los patrones de gasto de años anteriores", recoge Kunal Kundu, analista de SG, en un informe sobre las perspectivas fiscales del país.

Sin embargo, advierte Liu desde Oxford Economics, las infraestructuras y la educación figuran entre los sectores más afectados. Entre los 10 principales beneficiarios del presupuesto, la infraestructura y la educación fueron los más afectados por los recortes. Los presupuestos del Ministerio de Obras Públicas y Vivienda se redujeron drásticamente en 37,1 billones de rupias, hasta alcanzar los 73,7 billones de rupias, cayendo del tercer lugar al quinto. La educación enfrentó una reducción del 24% -el segundo recorte más grande detrás de la infraestructura en términos porcentuales-.
El presupuesto revisado prioriza claramente el gasto en seguridad y el programa de comidas gratuitas. El Ministerio de Defensa, a pesar de una reducción del 16%, sigue siendo el mayor beneficiario del presupuesto, seguido de la policía. Mientras tanto, la recién creada Agencia Nacional de Nutrición, que desempeña un papel fundamental en la implementación del programa de comidas gratuitas, ha evitado en gran medida los recortes a pesar de la campaña de eficiencia, pasando del séptimo lugar al sexto mayor beneficiario de asignaciones presupuestarias.
La otra pata fiscal, los ingresos, también flaquea. Una combinación de problemas técnicos en el despliegue del nuevo sistema de administración tributaria, la caída de los precios de las materias primas (el país es, por ejemplo, un gran exportador de níquel) y la mayor incertidumbre exterior plantea riesgos a la baja para el objetivo de ingresos del Gobierno. Además, la pretensión inicial del Gobierno de subir el IVA, tildada también por los analistas de "populista", finalmente decayó.
"El recorte de gastos propuesto parece optimista, ya que creemos que su aplicación supondrá un reto el primer año. Es probable que solo el gasto propuesto en el programa de comidas gratuitas supere el ahorro potencial, presionando aún más los ingresos presupuestados. Además, la propuesta de aumentar el IVA un 1% a partir de enero de 2025 se ha visto seriamente suavizada. En diciembre, se anunció que el aumento propuesto no sería generalizado, sino que se impondría únicamente a determinados bienes y servicios considerados de lujo o consumidos por hogares con ingresos elevados", precisa el informe de SG.
El país asiático inició el año 2025 con una situación fiscal relativamente sólida. El déficit presupuestario para 2024 se situó en el 2,3% del PIB, inferior al 2,7% proyectado por el gobierno, lo que refleja un rendimiento de los ingresos mejor de lo previsto y un gasto prudente. La deuda pública se mantiene moderada, en torno al 40% del PIB, muy por debajo del límite legal del 60%. Pero con esta nueva situación se prevé que el déficit se acerque al límite legal del 3% del PIB.
Lo que hay más allá del déficit
Pero más allá de la posibilidad de superar ese objetivo de déficit del 3%, límite que desde el gabinete de Prabowo se ha defendido subir, y de un aumento en el envidiable ratio de deuda del país (si se compara con los niveles por encima del 100% de muchas economías avanzadas, aunque en este caso la exigencia es mayor al ser una economía emergente), que ya sería relevante de por sí en la medida en que obligaría al gobierno a emitir más deuda (lo que aumentaría los riesgos de refinanciación) o a reconsiderar sus prioridades de gasto; las preocupaciones son mayores.
"El cambio en las prioridades fiscales de Indonesia está afectando a las perspectivas de crecimiento, la confianza de los inversores y la resistencia económica a largo plazo", introduce Liu. "La reorientación de las prioridades políticas hacia un gasto centrado en el consumo, en lugar de una inversión que fomente la productividad, suscita inquietud", añade, señalando directamente a los mercados. "Los inversores se muestran cada vez más cautelosos ante la posibilidad de que los cambios de prioridades del gobierno, en particular la marginación de la inversión productiva, puedan perjudicar el crecimiento y la competitividad a largo plazo. Las salidas de capital del primer trimestre reflejan esta inquietud". Lo ocurrido en los primeros meses del año se ha saldado con una salida de 1.800 millones de dólares de capital extranjero de la renta variable en el primer trimestre. A mediados de mayo, la rupia se había depreciado cerca de un 2% desde principios de año, lo que la convertía en una de las monedas asiáticas con peor comportamiento.
Prabowo ha defendido que el programa de comidas gratuitas impulsará significativamente la demanda interna, elevando el crecimiento del PIB entre un 1,5% y un 2%, con la agricultura, los servicios de alimentación y la logística entre los principales beneficiarios. Pero los analistas son escépticos. El estudio de Oxford, con datos del Banco Asiático de Desarrollo de 2022, muestra que el sector de la fabricación de alimentos tiene un elevado multiplicador de producción de 1,81, lo que sugiere fuertes vínculos ascendentes. Sin embargo, el sector agrícola tiene un multiplicador menor, de 1,18, mientras que el transporte se sitúa en 1,53. Considerando las ponderaciones sectoriales y la magnitud del programa de comidas gratuitas, estiman que la contribución al crecimiento del PIB probablemente será más modesta de lo previsto, entre un 0,8% y un 1,2%.
Liu (Oxford Economics): "Los recortes de la inversión en infraestructuras y educación para sufragar el programa de comidas socavarán la futura competitividad de Indonesia y aumentarán a largo plazo la desigualdad"
"Aunque el programa puede proporcionar un modesto estímulo a corto plazo, cada vez se cuestiona más su sostenibilidad fiscal. Es más, los recortes de la inversión en infraestructuras y educación -ambos fundamentales para el crecimiento a largo plazo- socavarán la futura competitividad de Indonesia", avisa Liu. "El coste de oportunidad de la reducción de la inversión en infraestructura y educación es preocupante, especialmente desde una perspectiva de productividad a largo plazo", insiste la economista.
Las consecuencias a largo plazo podrían ser más graves, corriéndose el riesgo de 'hipotecar' el futuro del país. Los retrasos en los proyectos de infraestructura podrían socavar la competitividad del país para atraer inversión extranjera directa (IED). En particular, la IED vinculada a la estrategia de "refinación y transformación", que fomenta la inversión en industrias de procesamiento de minerales, se enfrentará a reveses sin una infraestructura logística, energética y portuaria suficiente, alertan desde Oxford. En cuanto a la educación, la reducción de 21,6 billones de rupias ya ha provocado protestas de grupos estudiantiles y docentes. Si bien a corto plazo, el impacto económico de los recortes en educación puede ser pequeño, las consecuencias a futuro podrían ser significativos.
"A largo plazo, una menor inversión pública en educación podría provocar pérdidas en el capital humano. Dados los esfuerzos de Indonesia por ascender en la cadena de valor, el capital humano es fundamental. La reducción de la financiación para becas, formación docente y recursos de aprendizaje podría socavar la accesibilidad y la calidad de la educación, lo que dificultaría futuras ganancias de productividad al frenar las mejoras en las competencias, la innovación y la competitividad en el mercado laboral", sostiene Liu. "También aumentaría la desigualdad. Los recortes presupuestarios suelen afectar de forma desproporcionada a los hogares de bajos ingresos que dependen en mayor medida de la educación pública, lo que reduce la movilidad social y aumenta las disparidades", apostilla.