Madrid 
En un contexto protagonizado por la falta de talento y las dificultades a la hora de contratar a nuevos trabajadores, el cuidado de la experiencia de los potenciales candidatos -el conjunto de percepciones, emociones e interacciones que vive una persona durante un proceso de selección y contratación- resulta fundamental para fortalecer la marca empleadora y que la mala imagen de la empresa no se expanda por el mercado laboral.
Y es que, actualmente, cada fase del proceso de contratación, que engloba desde la redacción y publicación de la oferta hasta la entrevista final o el proceso de onboarding, construye una narrativa que va más allá del resultado. Una empresa que comunica con claridad y cuida la interacción con los candidatos transmite profesionalidad y confianza. Por el contrario, los procesos impersonales o mal gestionados pueden dejar una huella negativa que afecta a la percepción externa de la organización.
El trabajo que desempeñe la empresa en esta materia se traducirá directamente en efectos positivos a largo plazo, ya que cuando un proceso está bien diseñado puede generar en el candidato una sensación de pertenencia incluso antes de firmar el contrato. Esa conexión temprana favorece una incorporación más fluida y un mayor compromiso y motivación desde el primer día. Algunas organizaciones están empezando a auditar sus procesos desde una perspectiva inclusiva para garantizar que todos los perfiles, independientemente de su origen, edad o capacidades, vivan una experiencia alineada con los valores y principios éticos de la empresa.
En cambio, cuando el proceso es poco transparente, es frecuente que el nuevo empleado llegue con dudas. Desde Gi Group Holding señalan los beneficios futuros que se pueden obtener con un buen proceso de selección: "Debe ser una experiencia que aporte valor, incluso a quienes finalmente no resultan seleccionados. El objetivo es que cualquier persona que pase por la empresa se lleve una buena impresión, independientemente del desenlace porque el candidato de hoy puede ser el cliente, proveedor o prescriptor de mañana", señala sostiene Javier Carbonell, Candidate Experience Manager de Gi Group Holding.
Así, los managers se presentan como un perfil clave y que juegan un papel fundamental para que la experiencia de los candidatos sea los más positiva posible. Aunque los departamentos de Recursos Humanos diseñan los procesos, los hiring managers son los que cuentan con el conocimiento técnico y validan el perfil profesional del candidato, y muchas veces son quienes conducen las entrevistas o toman las decisiones finales. Por este motivo, muchas compañías han decidido incluir una formación específica para desarrollar estos perfiles, ya que su preparación, capacitación y actitud pueden marcar la diferencia entre una experiencia profesional y una decepcionante.
Así, en un contexto en el que atraer y retener talento se presenta como un reto, la experiencia que tengan los potenciales candidatos no puede ser un elemento accesorio, sino que debe marcar la diferencia para que ese futuro trabajador se decante por la compañía.
