Uno de los objetivos de los trabajadores a lo largo de su vida es acreditar los requisitos necesarios para poder jubilarse en el futuro con una pensión de cuantía suficiente para hacer frente a sus gastos. Tener una pensión de 2.500 euros mensuales, por ejemplo, es posible siempre que el trabajador consiga determinados hitos de cotización durante su carrera.
El trabajador debe tener claro que para conseguir una pensión de 2.500 euros es necesario llegar a un nivel de cotizaciones suficiente tanto en cantidad como en calidad. Es decir, importan los años cotizados y las bases de cotización sobre las que se hicieron esas cotizaciones. O lo que es lo mismo: cuánto se cobró, cuánto salario tuvimos.
Todo se debe a la base reguladora de la pensión de jubilación, uno de los dos elementos que se tienen en cuenta para calcular la cuantía de la pensión con el método de cálculo de la Seguridad Social. Esta base reguladora se compone de las bases de cotización de los últimos 25 años trabajados por el futuro pensionista: un total de 300 bases de cotización que se dividen entre 350.
Esa cifra resultante es la base reguladora, y para su cálculo hay dos variables extra: los coeficientes que la Seguridad Social aplica a esas bases (salvo las de los dos últimos años) para reflejar el efecto de la inflación en las mismas y la integración de lagunas que permite rellenar con bases ficticias de entre el 100% y el 50% de la base mínima los periodos sin cotizar.
También hay que saber que el ciudadano tiene derecho a diferentes porcentajes de esa base reguladora en función de los años que ha trabajado antes de jubilarse. Cuantos más años acumule, menos base reguladora necesitará (y salarios más bajos, por lo tanto) para llegar a una pensión de 2.500 euros: una persona con 15 años solo tendrá un 50% de la base reguladora y para tener el 100% de la misma es necesario llegar a 36 años y medio.
Cómo conseguir una pensión de 2.500 euros mensuales
Hay que atender a todos los escenarios posibles, es decir, al número de años que se haya trabajado y al salario que se necesitará en cada caso para llegar a esa cifra de 2.500 euros mensuales una vez se hayan aplicado los porcentajes correspondientes a la base reguladora.
- Con 15 años cotizados la base reguladora tiene que llegar a 5.000 euros.
- Con 16 años cotizados la base reguladora tiene que llegar a 4.760 euros.
- Con 17 años cotizados la base reguladora tiene que llegar a 4.542 euros.
- Con 18 años cotizados la base reguladora tiene que llegar a 4.343 euros.
- Con 19 años cotizados la base reguladora tiene que llegar a 4.161 euros.
- Con 20 años cotizados la base reguladora tiene que llegar a 4.007 euros.
- Con 21 años cotizados la base reguladora tiene que llegar a 3.866 euros.
- Con 22 años cotizados la base reguladora tiene que llegar a 3.734 euros.
- Con 23 años cotizados la base reguladora tiene que llegar a 3.611 euros.
- Con 24 años cotizados la base reguladora tiene que llegar a 3.496 euros.
- Con 25 años cotizados la base reguladora tiene que llegar a 3.388 euros.
- Con 26 años cotizados la base reguladora tiene que llegar a 3.286 euros.
- Con 27 años cotizados la base reguladora tiene que llegar a 3.191 euros.
- Con 28 años cotizados la base reguladora tiene que llegar a 3.100 euros.
- Con 29 años cotizados la base reguladora tiene que llegar a 3.015 euros.
- Con 30 años cotizados la base reguladora tiene que llegar a 2.934 euros.
- Con 31 años cotizados la base reguladora tiene que llegar a 2.858 euros.
- Con 32 años cotizados la base reguladora tiene que llegar a 2.785 euros.
- Con 33 años cotizados la base reguladora tiene que llegar a 2.716 euros.
- Con 34 años cotizados la base reguladora tiene que llegar a 2.651 euros.
- Con 35 años cotizados la base reguladora tiene que llegar a 2.588 euros.
- Con 36 años cotizados la base reguladora tiene que llegar a 2.528 euros.
- A partir de 36 años y seis meses cotizados la base reguladora tiene que llegar a 2.500 euros.
Por qué la base reguladora no es lo mismo que el salario
Hay que dejarlo claro porque a veces lleva a confusiones: la base reguladora, que ejerce de referencia para el cálculo de muchas prestaciones, no es una cantidad equivalente al salario que cobra un trabajador y que recibe en su cuenta. La razón es que ese salario, lo que se considera salario neto, es el que llega al bolsillo del empleado tras practicarse retenciones por IRPF (Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas) y descontarse las cotizaciones correspondientes.
En su nómina, el trabajador puede consultar que tiene una base de cotización a la Seguridad Social: esa base de cotización será mayor que el salario que le llegue a su cuenta porque sobre esa referencia se aplican las cotizaciones correspondientes (por contingencias comunes, desempleo, FOGASA...). Además, si percibe el sueldo en más de 12 mensualidades, se prorratearán las mensualidad extra porque el trabajador solo paga cotizaciones 12 veces al año, una por mes.
