Economía

El Gibraltar de los Balcanes que nadie reclama cuya economía está dominada por la criptomoneda de la 'libertad'

Bajo autoridad británica desde hace más de 300 años, Gibraltar es uno de los enclaves geopolíticos más importantes del mundo, a pesar de que su territorio tan solo cuenta con 7 kilómetros cuadrados. Como este territorio de ultramar, Naciones Unidas reconoce hasta casi una veintena más como territorios no autónomos "cuyos pueblos no hayan alcanzado todavía la plenitud del gobierno propio", entre los que se encuentra el Sáhara occidental, la Polinesia francesa, Nueva Caledonia y las Islas Caimán. Sin embargo, el que seguro que no reconoce el organismo internacional es Gornja Siga, una parcela de tierra exyugoslava que nadie reclama en Europa.

Así, se la conoce popularmente como "terra nullis" (literalmente tierra de nadie), e incluso con el sobrenombre de Liberland, aunque su nombre 'oficial' es Gornja Siga. Y es que el entrecomillado significa que, en realidad, este territorio no está reconocido por ningún país del mundo, a pesar de que nadie exige sus fronteras, ni siquiera Croacia y Serbia, las dos naciones con las que comparte frontera.

Es por este motivo que, Gornja Siga no puede ser comparado con microestados independientes como Mónaco o San Marino, si bien mantiene un sistema político de república constitucional, una bandera propia y una moneda oficial: una micronación de fronteras abiertas, con el inglés como idioma oficial y libre de impuestos.

Ubicación de Liberland
Ubicación de Liberland

Tras la Guerra de Yugoslavia y la desintegración de los territorios surgieron nuevas naciones independientes, antes integradas en el Estado como repúblicas soviéticas, entre las que se encuentran Croacia y Serbia. Ambas delimitaron sus fronteras en 1991 y 2006 respectivamente, y desde entonces existe un pedazo de tierra a orillas del Danubio que no tiene dueño.

El mapa roto de los Balcanes

Gornja Siga fue declarado independiente hace justo 10 años por el político checo Vit Jedlicka, ahora presidente de Liberland, aunque la realidad es que se trata de un territorio sin habitantes, sin apenas edificaciones y en su mayoría rodeado de bosques. Una parcela de poco más de 7 kilómetros cuadrados, el mismo tamaño que Gibraltar, de difícil acceso debido a la falta de infraestructuras. Allí, sin aduanas reconocidas y sin ningún estado que lo reclame oficialmente, florece una economía digital basada en criptomonedas.

Todo comienza con un conflicto fronterizo mal resuelto. Tras la desintegración de Yugoslavia, Croacia y Serbia comenzaron a renegociar los límites de sus territorios. La disputa era compleja, como suele pasar cuando el trazado de una frontera depende de ríos que cambian de curso y de acuerdos que nunca se firmaron del todo. Así fue como Gornja Siga quedó en una especie de limbo legal. Croacia sostiene que pertenece a Serbia. Serbia, que pertenece a Croacia. Y de esta manera ambos países terminaron renunciando de facto a él.

Es decir: Gornja Siga no figura oficialmente en ningún registro catastral como parte de un país. No tiene administración, ni carreteras mantenidas, ni cuerpos policiales permanentes. No tiene edificios públicos ni privados, ni colonias residenciales, pues nadie habita dentro de sus fronteras, ni si quiera el 'Gobierno' presidido por el propio Jedlicka y con el chino Justin Sun como primer ministro, líder también del partido checo Ciudadanos libres. Entre otras cosas porque Croacia ha mantenido restricciones de acceso a la zona desde 2015 y hasta 2023.

Bandera de la República Libre de Liberland
Bandera de la República Libre de Liberland

Y aunque carece de todos los factores para ser considerado nación, o al menos microestado, sí cuenta con un lema rotundo ("Vive y deja vivir", sacado seguramente del Rey León), una bandera amarilla y negra con el escudo de armas, y una constitución basada en la mínima intervención estatal.

La utopía cripto que se construye en la nube

Con todo, Liberland sí mantiene una propuesta económica concreta basada en el remplazo del sistema financiero convencional por un modelo exclusivo de criptomonedas, sin bancos centrales, ni impuestos obligatorios, ni regulación bancaria. Solo blochchain.

"Creemos que la libertad económica es fundamental para cualquier sociedad próspera", ha declarado Jedlicka en más de una ocasión, apuntando además que, en Liberland, las contribuciones al "estado" son voluntarias y se realizan en Merit, el token digital creado por la propia micronación, o en otras criptos como Bitcoin y Ethereum. Así, "todas las transacciones se registran públicamente, de manera que la transparencia está garantizada".

Aunque en la práctica no existen infraestructuras físicas, el ecosistema digital de Gornja Siga crece constantemente en internet como si fuera una nación en la nube. Se celebran cumbres anuales, se emiten documentos digitales y hasta hay embajadores no oficiales repartidos por varios países. Algunos empresarios han instalado oficinas flotantes en el Danubio para acercarse simbólicamente al territorio sin violar las leyes fronterizas.

Fundación de la República Libre de Liberland
Fundación de la República Libre de Liberland

No obstante, expertos señalan que el modelo económico basado en criptomonedas puede facilitar el lavado de dinero y la evasión fiscal, y que su aparente "horizontalidad" esconde una estructura bastante centralizada, con Jedlicka como figura casi monárquica.

Aun así, el proyecto de Liberland está financiado con donaciones de grandes cantidades en forma de criptomonedad. Unas 6.000 personas ya se han inscrito como residentes electrónicos del 'país' para efectuar servicios online, y al rededor de un millar han aportado unos 5.000 dólares, o incluso más, para poder obtener la ciudadanía de pleno derecho (que solo es posible mediante pago previo).

Estrecha relación con España

De manera reiterativa, Liberland no está reconocido de manera oficial por ningún estado del mundo, a pesar de que tenga psudoemabajadas en algunos países, como por ejemplo en México y en España desde 2018. Al país norteamericano, Vit Jedli?ka ha acudido en varias ocasiones invitado a distintas conferencias y congresos, donde recibió el apoyo de empresarios internacionales.

Por su parte, hace más de 7 años que Liberland inauguró su embajada en España, más en concreto en la localidad tinerfeña de San Cristóbal de la Laguna. El autodenominado como embajador liberlandés en España participa activamente en la difusión del sistema de criptomonedas, asiduo del Foro Internacional de Bitcoin en Canarias e incluso es CEO de la empresa Wamalax, un proyecto de red de cajeros automáticos de criptomonedas en Tenerife.

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